La Alta Sensibilidad y Disney, de la mano

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Es innegable que la magia de las películas de animación de la factoría Disney viene abrazando, en su travesía por la infancia, a muchas generaciones; si bien únicamente la de aquellos afortunados criados en cunas de algodón que pudieron soñar con ellas despiertos y dormidos. Desde “Blancanieves y los siete enanitos” (1937), su primer estreno tras los cortometrajes del icónico Mickey Mouse (1928) con los que se presentó en sociedad, este holding viene liderando el entretenimiento audiovisual infantil, además de hilar y bordar con delicada maestría los tejidos de la psique humana en cada una de sus escenografías.

Más allá del atractivo comercial de sus personajes, narrativas y bandas sonoras, The Walt Disney Company representa hasta nuestros días un legado de significativa contribución a la pedagogía y a la psicología, ofreciendo al unísono a niños y adultos oportunidades de asomarse, e incluso bucear, en el océano de las emociones humanas. Cada una de sus creaciones animadas se erige en arquetipos de nuestras debilidades y fortalezas, espejos donde mirarnos y encontrarnos tan sólo si queremos. Quizás por ello continúan, doy fe, ocupando una butaca preferente en nuestra memoria, incluso de mayores.

En el desempeño de mi trabajo como médico especialista en pediatría, compruebo a diario que muchos preescolares, y también escolares, acuden a mi consulta con un peluche de la mano, su muñeco de apego u objeto transicional para escudarse del estrés y ansiedad que les generan las vacunaciones y demás intervenciones sanitarias. Es curioso que la gran mayoría de ellas, y algunos de ellos, siguen eligiendo a día de hoy a Elsa, personaje de la película “Frozen, el reino del hielo”, estrenada en España en 2013. Me pregunto por qué sigue siendo trending topic después de tantos años, más de una década tras su estreno, conquistando sus retinas y sus almas, seguramente también las de sus madres y padres, pudiendo haber sido eclipsada por estrenos posteriores con innovadores personajes de alto impacto mediático… En mi opinión, la respuesta podría estar en la personalidad de Elsa y en la ALTA SENSIBILIDAD que este personaje revela.  

¿Qué es la Alta Sensibilidad o Sensibilidad de Procesamiento sensorial (SPS)?

No es un trastorno, ni un déficit ni una disfunción. Es un rasgo de personalidad, una forma de ser, de sentir y de percibir. Este término fue descrito por la psicoterapeuta estadounidense Elaine Aron en 1997, quien lleva tres décadas investigando sobre ello, además de otros autores internacionales que también han publicado numerosos estudios sobre esta forma particular de percibir el entorno y procesar la información, presente en un 15-20% de la población general. Por tanto, no se trata de ninguna rareza; simplemente es una DIVERSIDAD, como por ejemplo los niños con altas capacidades o los niños transgénero. Al ser más perceptivos, los niños y adultos con Alta Sensibilidad son como antenas GPS; es decir, tienen mayor conciencia sensorial y absorben como esponjas todo lo que les rodea, analizándolo y procesándolo en profundidad y con tendencia a la sobreestimulación por su mayor intensidad emocional, de ahí que se abrumen más fácilmente. Por ello, precisan más tiempos de descanso para autorregularse, son más vulnerables al estrés y a la ansiedad y a presentar trastornos emocionales si no se les entiende ni se les atiende en esta necesidad. Pero no son más frágiles que otros seres humanos; aunque así se sienten ellos cuando su rasgo de personalidad no ha sido identificado ni comprendido por sus educadores (familia, docentes), ni por sus iguales, ni por ellos mismos siquiera.

En la infancia y adolescencia, este rasgo puede tener consecuencias negativas: retraso en el aprendizaje por disminución y dispersión de su atención al verse sobreestimulados, bajo rendimiento escolar, e incluso trastornos emocionales y de conducta por su baja autoestima, autoexigencia y su mayor susceptibilidad también a la crítica social. En contrapartida, destacan por ser muy empáticos y porque suelen tener una creatividad artística que despunta ya desde la infancia, con habilidades también para convertirse en excelentes consejeros o mediadores grupales en la edad adulta. En definitiva, las raíces de sus fortalezas necesitan ser regadas y abonadas con mimo, cual orquídeas, para que puedan germinar y florecer en todo su esplendor a los ojos de una sociedad que, sin duda, los necesita para sumar. 

Elsa de Frozen: ¿retrato de la Alta Sensibilidad en la animación?

Si bien la galería de personajes Disney per se constituyen un catálogo de rasgos de personalidad y la mayoría de ellos destilan sensibilidad, sería Elsa, el mejor perfil para encarnar la Alta Sensibilidad. A diferencia de otros, su rasgo es el catalizador de toda la película y el núcleo del conflicto dramático; en él conviven el yin y el yang, su poder sobre el hielo y el miedo a la crítica social, dos fuerzas opuestas en permanente interacción. Por eso se aísla, para protegerse y sobrevivir. El desafío de la trama no es luchar contra enemigos externos, sino consigo misma, aprendiendo a aceptar y controlar su propia naturaleza. Su Alta Sensibilidad es el problema y la solución al mismo tiempo. Escena a escena se explora de forma explícita los desafíos de vivir con una intensidad emocional y una alta percepción sensitiva, el miedo a la sanción social y la necesidad de aprender a manejar este rasgo para convertirlo en una fortaleza. Por todo ello, se trata de un personaje que bien podría haber sido diseñado para dar visibilidad al rasgo de la Alta Sensibilidad, desde la perspectiva del impacto mundial que consigue cualquier creación de Disney. En este caso, Frozen consiguió una recaudación millonaria, el Óscar a la mejor película animada y situarse a la cabeza en el ranking  de películas de animación más taquilleras de la historia. Uno de sus creadores, la guionista, productora y directora Jennifer Lee, actual vicepresidenta creativa de Walt Disney Animation Studios, reconocería haberse inspirado en una experiencia vital con su hermana.

Elsa, princesa heredera del reino imaginario de Arendelle enclavado en las montañas de los fiordos noruegos, es mucho más que una figura poderosa con habilidades mágicas. Inspirada en el cuento clásico de “La Reina de las nieves” de Hans Christian Andersen (1844), constituye una adaptación actualizada al siglo XXI. Bajo su digno porte, su perfeccionismo y su aparente capacidad para controlarlo todo, oculta una personalidad profundamente sensible que cumple los criterios que la doctora E. Aron describió sobre las Personas Altamente Sensibles (PAS):

  1. 1Procesamiento profundo de la información: Desde niña, Elsa muestra una tendencia a reflexionar intensamente sobre sus emociones, decisiones y el impacto en los demás. Su frase: “No puedo controlarlo. No quiero hacer daño a nadierevela una conciencia profunda de sus actos y una preocupación constante por las consecuencias. Este rasgo de profundidad en el procesamiento es típico en las PAS, quienes analizan con detalle cada situación antes de actuar.

Cuando Elsa le dice a su hermana Anna: Tú no entiendes. No es tan simpleestá expresando cómo su mente procesa las situaciones con múltiples capas de significado. No se trata solo de controlar sus poderes, sino de entender el impacto emocional, social y personal que conlleva.

  1. Elevada percepción sensorial e intensidad emocional: Su conciencia sensorial y percepción de las sutilezas es intensa: “¡El viento aúlla y se cuela en mi interior!”, “Mi alma crece y hace espirales sin parar”... También siente el miedo, la culpa y el amor tan vívidamente que condiciona su conducta y decisiones. Aunque su padre, desde niña, le impone disciplinas poco sabias sobre sus emociones: “No has de sentir, no han de saber… ” Afortunadamente, encuentra en el troll hechicero del bosque su mejor medicina para el dolor: “Elsa, tu poder seguirá creciendo, hay belleza en él; pero también hay un gran peligro. Debes aprender a dominarlo, el miedo será tu enemigo”.

Con su mayoría de edad, se convierte en reina y se libera a la vez de sí misma. En la canción “Let It Go”, interpreta una letra inspiradora: Con miedo me escondí, pero ahora lo dejo atrásy refleja cómo se siente invadida por emociones intensas que la llevaron a reprimir su verdadera naturaleza, su verdadero yo. La liberación emocional que experimenta en la montaña es un momento clave de reconocimiento y aceptación de su sensibilidad: El temor que me aferraba no me va a hacer volver, suéltalo, suéltalo…”

  1. 3. Alta empatía: Aunque se aísla por miedo a hacer daño, su empatía es evidente en su relación con su hermana Anna. Su constante preocupación por protegerla, incluso a costa de su propia felicidad, muestra una afilada sensibilidad hacia el sufrimiento ajeno. En el momento en que Anna se enfrenta a ella en el palacio de hielo, Elsa le suplica: Solo vete, por favor. No lo dice por falta de amor, sino porque siente que su presencia puede poner en peligro a su hermana. Esta frase muestra cómo su empatía la lleva a tomar decisiones dolorosas para proteger a quienes ama. Cuando dice: Solo quería protegerte” está expresando una forma de empatía que va más allá de lo racional, típica de las personas PAS que sienten intensamente el dolor y el sufrimiento ajeno, haciéndolo suyo.
  2. Tendencia a la sobreestimulación: Uno de los rasgos más visibles de Elsa como PAS es su vulnerabilidad al exceso de estímulos. En la escena de su coronación, el estrés de estar expuesta públicamente y el miedo a perder el control desencadenan una crisis emocional que le desborda y termina descontrolando sus poderes, sus habilidades innatas. “¡No me toques!, ¡No puedo más!”grita, en un momento de sobrecarga sensorial y emocional, manifestación clara de esa sobreestimulación: demasiada presión externa, demasiadas emociones. Estas respuestas son comunes en PAS cuando se enfrentan a entornos o eventos estresantes: presión académica o entre iguales, ambientes bulliciosos, fiestas o aglomeraciones… El retiro emocional es su mecanismo de protección: Elsa se aísla en su palacio de hielo buscando protegerse del mundo exterior: Aquí estaré, y aquí me quedarées su declaración de intenciones de aislamiento para recuperar el equilibrio interno. Es una necesidad de las personas PAS contar con espacios seguros, acogedores y tranquilos, donde puedan procesar sus emociones sin sentirse invadidas y recuperarse de su agotamiento emocional.

Y por fin, un día, Elsa se libera de sus cadenas cuando deja de tener miedo a ser juzgada y sancionada por cómo es, necesita ser ella misma: “¡Libre soy, libre soy, no puedo ocultarlo más!

 ¿Disney ha querido tender una mano a la Alta Sensibilidad con esta película? 

No me compete certificarlo, pero intuyo que Disney tampoco pretende ser demasiado explícito, permitiéndonos adentrarnos en sus creaciones como lo hacemos con una obra pictórica o narrativa, escuchando lo que nos susurra o grita a cada uno. Las mejores lecciones de vida suelen ser subliminales y hasta calladas; sin embargo, este personaje podría ser un altavoz para todas esas personas altamente sensibles PAS, recordemos que casi una cuarta parte de la población, que siguen siendo invisibles… No me resisto a pensar, o soñar, que Frozen pudo crearse como una invitación a ello para abanderar esta causa.  Y si solo fue una casualidad, ¿por qué entonces Elsa sigue tan de moda? Los niños altamente sensibles (NAS) sintonizan de forma especial con la complejidad emocional de cualquier personaje animado, pero la relevancia de esta película radica en dos aspectos clave:

-Muestra las dos caras de la Alta Sensibilidad, un claroscuro: los desafíos a que se enfrentan -la sobreestimulación, el miedo al juicio y la intensa vida emocional- y en contraste, subraya sus puntos fuertes: capacidad de transformación, empatía, creatividad y fortaleza interior. 

-Demuestra que la ACEPTACIÓN del rasgo es la solución para liberarse del sufrimiento, tanto para la persona PAS como para su entorno.

Frozen es una fantasía que conecta con la realidad porque hace psicoterapia, acompañando a niños y adultos en el aprendizaje de comprender la SPS como una cualidad valiosa, en vez de una debilidad, que siempre ha de sumar y nunca restar. Nuestros NAS pueden encontrar en ella un referente mediático de alto alcance, para que el mundo entero se “sensibilice” con la Alta Sensibilidad, les comprenda,  y para que ellos se comprendan así mismos sin tener que justificarse, ni castigarse, ni perdonarse.

Y mientras, Disney, con su magia sempiterna, por favor, que siga trasformando las pantallas de cine en aulas de inteligencia emocional. Le agradeceremos eternamente que nos haya llevado de su mano en cada travesía…

Referencias bibliográficas:

-García-Manso, Angélica (2017). Frozen: la lectura de “La Reina de las Nieves” en el siglo XXI. Álabe 15. [www.revistaalabe.com] DOI: 10.15645/Alabe2017.15.7

-Aron E. El don de la sensibilidad en la infancia: cómo ayudar a tu hijo cuando el mundo le abruma. 2ª Ed. Barcelona: Ediciones Obelisco.

-De Hoyos López MC, Pérez Chacón MSensibilidad de procesamiento sensorial: los “niños altamente sensibles” siguen siendo invisibles. Rev Pediatr Aten Primaria. 2025;27:211-9

-FUNDESPAS (Fundación Española de Alta Sensibilidad). 

Proyecto E-motion. Proyecto desarrollado por profesionales y dirigido a profesores y padres. Modelo de apoyo integral para niños altamente sensibles en etapas de preescolar y primaria. E-motion Potential of Highlysensitivity – E-motion Potential of Highlysensitivity

Recursos audiovisuales para familias

Dra. Mª Cristina de Hoyos López

Médico especialista en Pediatría y Áreas específicas

Servicio Madrileño de Salud (SERMAS)

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