(Información remitida por la entidad que la firma:)
Una voz desde Honduras que transforma el dolor en literatura de denuncia. La Niña Silenciada, publicada por Círculo Rojo, es una obra valiente que irrumpe en el debate sobre el abuso infantil y la impunidad.
CÍRCULO ROJO.- Hay libros que se leen. Otros que se sienten como un puñetazo. Y algunos que son necesarios. La Niña Silenciada, de María Lourde Aguirre Velásquez, pertenece a esa última categoría. Publicada por la editorial Círculo Rojo, la obra recoge, con una honestidad brutal, el testimonio de una infancia truncada por la violencia sexual en una aldea del sur de Honduras. “Escribí este libro por la niña que fui, a la que durante años obligaron a callar”, afirma la autora.
La obra, escrita en apenas una semana, emerge no sólo como ejercicio literario, sino como acto de justicia emocional. El texto avanza sin concesiones por los rincones más oscuros de la memoria: la autora relata los abusos que sufrió desde los ocho años a manos del marido de su tía, el miedo paralizante, el silencio como forma de supervivencia y las secuelas físicas y emocionales que arrastró durante décadas. “Está escrito sin tapujos, con la crudeza de lo vivido”, explica.
Un cuerpo en guardia, una vida en fuga
Aguirre Velásquez, que actualmente reside en España, ha reconstruido su vida pieza a pieza. Tras emigrar sin papeles, trabajó como limpiadora, cuidadora y cocinera antes de licenciarse en Derecho y especializarse en Recursos Humanos. Hoy forma parte de una gran empresa financiera y compite en powerlifting, disciplina en la que ha batido récords nacionales e internacionales. Pero el dolor no se diluye con los logros.
“Durante años viví con la sensación de estar siendo cazada. Me quería morir, pero no lo conseguí”, confiesa. La escritura, y más tarde la terapia, le ofrecieron una grieta de salida. “Este libro es parte de mi proceso de sanación. Y es también una forma de gritar por todas aquellas que aún no pueden hablar”.
Literatura contra el estigma
El libro no sólo es una catarsis personal. Es una denuncia. Una interpelación directa al sistema judicial hondureño, que sigue sin proteger a las niñas. Según datos de la autora —respaldados por ONG como ASJ y el CDM—, más de 23.000 menores se convierten en madres cada año en Honduras. Muchas como consecuencia de violaciones. El aborto, incluso en casos de abuso, continúa prohibido. “Las niñas siguen pariendo a los hijos de sus agresores. La sociedad las castiga dos veces: primero con el crimen y luego con la culpa”.
En un contexto literario donde la autoficción ha ganado terreno, La Niña Silenciada rompe esquemas. Aquí no hay artificios ni estrategias narrativas complejas. Hay voz. Hay grito. Hay testimonio. Y hay una propuesta: “Si contar mi historia evita que otra niña sufra lo mismo, entonces valió la pena”, sentencia Aguirre.
La niña que escribe, la mujer que grita
La Niña Silenciada no busca el morbo ni la lágrima fácil. Tampoco la absolución. Lo que ofrece es el retrato descarnado de lo que supone crecer con el cuerpo secuestrado, con la mente en estado de alarma y con la infancia borrada. Es un libro incómodo. Pero, como toda buena literatura de denuncia, resulta imprescindible.
“No quiero olvidar lo que viví. Quiero que se escuche. Porque lo que se calla, un día enferma. Y lo que se nombra, puede sanar”.
Con su primer libro, María Lourde Aguirre Velásquez demuestra que la literatura también puede ser una forma de justicia.
SINOPSIS
Hay heridas que no se ven, pero sangran toda la vida.
Durante años, una niña hondureña guardó en silencio los abusos, el dolor y el miedo que marcaron su infancia. Ahora, con la fuerza de una mujer que ha reconstruido cada parte rota de sí misma, decide romper el silencio y dar voz al abuso que enfrentan muchas niñas en Honduras, sobre todo aquellas de aldeas, de familias de bajos recursos.
La Niña Silenciada es un testimonio de lo vivido, es un grito que pide justicia, una mano extendida a quienes aún no pueden hablar, y una prueba de que la dignidad sobrevive incluso al horror.
Con una voz valiente y honesta, la autora convierte su historia personal en un relato universal sobre la violencia machista, la impunidad y la resiliencia. Este libro además de ser una denuncia, también es el renacimiento: desde el infierno, ella resurge y forja una vida llena de logros, estudios, fuerza y dignidad.
Leer este libro es mirar de frente una realidad que muchos prefieren ignorar. Pero también es acompañar a alguien que ha decidido no callar nunca más.
AUTORA
María Lourde Aguirre Velásquez, nació en una aldea de esas con calles de tierra, en El Triunfo-Choluteca, al sur de Honduras.
Su infancia se ve marcada por los abusos, el maltrato y el miedo.
En un entorno de pobreza con grandes esfuerzos estudia el Bachillerato y a los 20 años emigra a España, enfrentandose a lo que es ser mujer, migrante-ilegal; siempre tuvo claro que no quería volver al lugar de sus peores pesadillas, así que cuando regulariza su situación legal empieza a estudiar la carrera en Derecho, se ha especializado en Recursos Humanos, Programación
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