En el proceso concursal, hay una fase que define el resultado económico final: la enajenación de activos. Es aquí donde los acreedores esperan recuperaciones, los administradores concursales buscan cumplir su deber fiduciario, y los jueces evalúan la eficacia del procedimiento.
Pero también es la fase más sensible. Y por eso, quienes gestionamos subastas concursales tenemos una responsabilidad única: ser garantes de la transparencia.
En Escrapalia, creemos que esta transparencia no puede quedarse en discursos o eslóganes. Debe convertirse en una exigencia operativa, visible y verificable.
Más allá del trámite: hacia una transparencia real
No nos conformamos con “cumplir el trámite” ni con publicar un lote y esperar pujas. Nos sentimos responsables de que cada subasta se desarrolle con el más alto estándar de rigor, accesibilidad y transparencia.
Porque en este sector, la verdad está en los resultados.
Y si de verdad queremos construir confianza, debemos responder preguntas clave:
- ¿Cuántos inversores realmente compitieron?
- ¿Qué precio máximo alcanzó el activo?
- ¿Se maximizó su valor real?
Sin estas respuestas, cualquier afirmación de transparencia queda en aire.
El termómetro definitivo de la transparencia: publicar los resultados reales
¿Sabes cuál es el acto más revelador que puede hacer una entidad especializada en subastas concursales?
No es tener una web moderna.
No es emitir comunicados de prensa.
No es decir “somos transparentes”.
Es publicar, sin filtros ni excusas, los resultados reales de cada subasta:
✅ Número total de pujas recibidas (incluso si fue 0).
✅ Mayor postura alcanzada (aunque no se adjudicara).
✅ Precio final de adjudicación (si aplica).
✅ Histórico comparado (si el inmueble ha pasado por varias subastas).
Estos datos no son triviales. Son indispensables para verificar que el proceso fue competitivo, legítimo y eficaz.
Por qué esto importa: impacto real en todos los actores
- Para los acreedores: Saber que hubo 23 pujas y un incremento del 40% sobre el precio de salida les da certeza de que se maximizó el valor.
- Para los administradores concursales: Pueden justificar sus decisiones ante juzgados y comités.
- Para los inversores: Pueden analizar tendencias del mercado y tomar decisiones informadas.
- Para los juzgados: Tienen evidencia objetiva de la eficacia del proceso de enajenación.
Y para todo el sector: eleva la reputación colectiva. Cuando los procesos son visibles, atraen más inversión, más participación y más confianza.
Datos sensibles vs. transparencia activa: una falsa dicotomía
Algunos argumentan: “no podemos publicar porque hay datos sensibles”.
Pero el número de pujas o la mayor postura no son datos personales. No revelan nombres, DNIs ni cuentas bancarias. Son datos públicos del procedimiento concursal, parte del expediente, y deben formar parte de la rendición de cuentas.
Lo que se protege con opacidad no es la privacidad… es la falta de escrutinio.
Un llamado al sector: basta de excusas
Si de verdad crees en la transparencia:
- Publica los resultados.
- Hazlo desde el primer día.
- Hazlo en cada lote.
No es obligatorio… pero es necesario.
No es costoso… pero es transformador.
No es marketing… es ética operativa.
Descubre cómo lo hacemos en Escrapalia
Queremos que lo veas con tus propios ojos.
Regístrate en Escrapalia y accede a cualquier lote finalizado en:
👉 https://inmuebles.escrapalia.com/es/categoria?country=Espa%C3%B1a
Busca la sección “Resultados anteriores” y comprueba tú mismo:
✔️ Sin filtros.
✔️ Sin medias tintas.
✔️ Con orgullo.
Conclusión: La transparencia no se mide por lo que dices… sino por lo que te atreves a mostrar
En Escrapalia, asumimos con orgullo nuestra responsabilidad como garantes de la transparencia. No solo facilitamos subastas: garantizamos que sean justas, competitivas y verificables.
Y creemos que el resto del sector debe hacer lo mismo.
Porque cuando los resultados hablan, todos ganan.