Aborda la realidad de los cirujanos en su actividad diaria y desmonta mitos
El Dr. Rafael Hernández Estefanía estudió Medicina en la Universidad de Cantabria, comunidad donde también comenzó la especialidad de Cirugía Cardiovascular aunque la completó en el hospital de Santa Cruz, en Lisboa. En la actualidad, es cirujano cardiaco de los hospitales Fundación Jiménez Díaz, Rey Juan Carlos y General de Villalba. También es profesor asociado de la Universidad Rey Juan Carlos y autor del libro «La hora de los valientes», que presentó hace unas semanas en el Ateneo de Santander. En esta entrevista para el Colegio de Médicos de Cantabria aborda el contenido de la publicación.
-Presentaste en Santander «La hora de los valientes», ¿qué te llevó a plasmar en un libro las experiencias de los cirujanos?
A raíz de los artículos quincenales que publico en el periódico El Confidencial, la editorial Planeta se puso en contacto conmigo para ofrecerme la posibilidad de escribir un libro sobre cómo es una intervención y todo lo que rodea, visto por ojos del profesional. La idea era abrir las puertas del quirófano a todo el mundo, acabar con los falsos mitos, normalizar el hecho de que cualquiera puede precisar de una cirugía en algún momento, aconsejar qué puede hacer el paciente para ir bien preparado a su intervención y también explicar cómo vivimos los cirujanos todo el proceso quirúrgico del paciente.
-¿El libro se dirige a todo tipo de lectores?
En efecto. Lo puede leer cualquier persona. No es preciso tener conocimiento médico. Por otro lado, creo que cualquier cirujano lo encontrará interesante, porque relato mi experiencia sin ambages, y todos los compañeros que lo lean encontrarán un paralelismo con sus vivencias diarias. Los residentes y cirujanos jóvenes con más motivo, puesto que están en formación y todos hemos pasado por esa fase de dudas y expectación ante una especialidad tan exigente.
-Uno de tus objetivos es visibilizar el desconocido mundo de los cirujanos y desmontar mitos ¿cuál es el más llamativo que desmontas en el libro?
Hay varios. Aun se cree que el anestesista puede pasarse con la dosis y provocar que no despierte después de la cirugía o, al revés, que puede que le pongan poca cantidad y que se despierte durante la intervención. O que las enfermeras nos secan el sudor de la frente a los cirujanos, o que contamos chistes cada dos por tres. O que puede que a alguien le operen el miembro que no es por error.
-Tienes una larga trayectoria como cirujano ¿ha cambiado mucho la realidad de los quirófanos en los últimos años?
Hoy en día la cirugía está orientada a la mínima invasión; a realizar intervenciones con incisiones más pequeñas para reducir la agresión quirúrgica y para que el paciente tenga una mejor recuperación y menos complicaciones. Pero, ¡ojo!, hay que adecuar la técnica al cirujano y no la cirugía a la técnica. No todos los enfermos son susceptibles de cirugías realizadas con pequeñas incisiones y videocámaras, o con robots; no debemos olvidar la cirugía clásica y sus excelentes resultados. En este tema es importante que el cirujano mantenga su ego controlado y
adecúe su desempeño a las necesidades del paciente.
-¿Cuáles son tus proyectos a medio plazo como cirujano? y ¿como escritor?
Seguir formándome como cirujano, con atención especial a las nuevas tecnologías y abordajes quirúrgicos. ¿Como escritor? Después de tres libros relacionados con la medicina me gustaría cambiar de aires y escribir sobre otros temas. Tengo varios proyectos en marcha. Por cierto, tengo escrita, pero no publicada, una cuarta novela sobre la pandemia del Covid-19, pero nunca encuentro momento para dar el paso. Sobre ese tema la gente no quiere saber nada ya. Y lo entiendo, por otro lado.
-Para terminar, seguro que alguno de tus lectores te ha sorprendido con alguna reflexión sobre «La hora de los valientes»; ¿tienes alguna anécdota que contar?
Me quedo con el cariño de la gente que me ha escrito por redes y me cuenta que le ha gustado pero, sobre todo, que le ha sido útil. Resulta gratificante puesto que es uno de los objetivos primordiales del libro: la divulgación de nuestra profesión en la población general.