- El Fondo para la Protección de la Naturaleza (Fondena) ha concedido su XV Premio de Protección a la Naturaleza a la Asociación Silva Venatio por un proyecto desarrollado en más de 5.700 hectáreas de la Campiña de Cádiz, un territorio marcado por los cultivos extensivos y por ecosistemas esteparios que en las últimas décadas han sufrido un progresivo deterioro debido a la intensificación agrícola, el abandono de prácticas tradicionales y la presión de usos alternativos que amenazan con transformar de manera irreversible el paisaje.
- El proyecto, que se desarrolla en más de 5.700 hectáreas, ha tenido un impacto positivo también en otras especies esteparias en regresión como el sisón, la ganga, el alcaraván, la avutarda y el águila imperial ibérica. Además, ha incorporado estudios específicos para prevenir y controlar enfermedades como el virus Bagaza o la Enfermedad Hemorrágica del Conejo, fortaleciendo así el ecosistema y favoreciendo la recuperación de poblaciones silvestres.
Eduardo Fernández / Terabithia Press / Foto: cortesía SINC
Fondena otorga un galardón dotado con treinta mil euros que será entregado el próximo 18 de noviembre y que, desde su creación en 1997, se ha consolidado como uno de los más prestigiosos en el ámbito de la conservación de la flora y la fauna en España. El jurado ha valorado especialmente el enfoque integral de un proyecto que ha sabido conjugar la restauración ecológica, la protección de la genética autóctona, la prevención sanitaria y una gestión cinegética sostenible, con la participación activa de instituciones públicas, investigadores y propietarios de fincas privadas.
La iniciativa de Silva Venatio se ha desarrollado en más de 5.700 hectáreas de la Campiña de Cádiz, un territorio caracterizado por los cultivos extensivos y por ecosistemas esteparios que han sufrido un progresivo deterioro a causa de la intensificación agrícola, el abandono de prácticas tradicionales y la presión de usos alternativos que amenazan con transformar de manera irreversible el paisaje. Ante este escenario, la asociación gaditana ha puesto en marcha un modelo de recuperación de la perdiz roja que se ha convertido en un ejemplo para todo el país. Las actuaciones han consistido en mejorar el hábitat de la especie, garantizando la presencia de espacios abiertos, matorral y vegetación autóctona que faciliten su reproducción y refugio, así como en reforzar el control sanitario de las poblaciones para evitar la propagación de enfermedades como el virus Bagaza o la Enfermedad Hemorrágica del Conejo, que en los últimos años han tenido un fuerte impacto en la fauna silvestre. Junto a ello, la asociación ha trabajado para preservar la genética autóctona de la perdiz, evitando hibridaciones con ejemplares de otras procedencias y asegurando que los individuos adaptados al entorno local mantengan su capacidad de supervivencia en las condiciones propias de la Campiña gaditana.
El resultado ha sido no solo la estabilización de las poblaciones de perdiz roja (Alectoris rufa), una especie que en muchos territorios de España sigue en regresión, sino también la mejora de las condiciones para otras aves esteparias igualmente amenazadas. El proyecto ha tenido un efecto directo sobre especies como el sisón, la ganga, el alcaraván o la avutarda, cuya presencia es indicadora de la buena salud de los ecosistemas agrarios y que en los últimos años se han visto arrinconadas por la pérdida de hábitats. También rapaces emblemáticas, como el águila imperial ibérica, se han visto beneficiadas por un entorno más rico en biodiversidad, donde la recuperación de presas y la restauración de hábitats aportan mayor seguridad a sus poblaciones.
En palabras de Luis Luque, Ingeniero de Montes y responsable del área técnica de Silva Venatio, “el respaldo desde el inicio de la Junta de Andalucía y el acompañamiento técnico y científico del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos han sido fundamentales para el éxito del proyecto. El objetivo a futuro es que cada vez más propiedades en la Campiña incorporen estas prácticas, ante el aliciente que supone ver que funcionan y que es posible revertir la evolución negativa de los últimos años. Así se podrán aparcar otros usos alternativos que transformarían de manera irreversible el paisaje tradicional de la Campiña y sus valores asociados”.
Foto cortesía Museo Nacional de Ciencias Naturales
La aportación científica del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos
El acompañamiento institucional ha sido, de hecho, una de las claves de este éxito. Desde el inicio, la Asociación Silva Venatio ha contado con la colaboración de la Junta de Andalucía, a través de su Consejería y de la Agencia de Medio Ambiente en la provincia de Cádiz, así como con el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), que ha aportado el conocimiento científico necesario para diseñar estrategias eficaces de conservación. Esta alianza público-privada ha permitido que las intervenciones no se limiten a iniciativas puntuales, sino que se extiendan de manera planificada por un territorio de alto valor ecológico, demostrando que la suma de esfuerzos puede revertir tendencias aparentemente irreversibles. Para el jurado del Premio Fondena, la experiencia de Silva Venatio es un modelo de gestión replicable en otras zonas de España, precisamente por esa combinación equilibrada de ciencia, gestión y compromiso social.
Defensa de la biodiversidad en España
El reconocimiento de la Fundación Fondena a Silva Venatio se enmarca en una trayectoria de más de cuatro décadas de compromiso con la naturaleza. Constituida en 1982, la Fundación nació con el objetivo de ayudar y reconocer a quienes defienden la biodiversidad en España. Desde entonces, ha financiado decenas de iniciativas destinadas a la protección de la fauna y la flora y, en 1997, instituyó este Premio bianual como una forma de dar visibilidad y respaldo a los proyectos más innovadores y eficaces en este campo. A lo largo de sus quince ediciones, el galardón ha distinguido a personalidades y entidades tan diversas como José Antonio Valverde, la Finca El Castañar de la familia Finat, ADENA/WWF, el Real Jardín Botánico, SEO-Birdlife, el Grupo GREFA o la Fundación Oso Pardo, lo que lo convierte en un auténtico escaparate de la excelencia en conservación en España. La propia Fondena, considerada una de las fundaciones decanas en el país en materia medioambiental, ha mantenido en todo momento una filosofía clara: apoyar a quienes trabajan sobre el terreno, quienes con su esfuerzo cotidiano hacen posible que la biodiversidad siga siendo un patrimonio vivo.
El premio a Silva Venatio adquiere además un significado especial en un contexto como el actual, en el que la biodiversidad española se enfrenta a retos de gran calado. El cambio climático, la expansión de monocultivos intensivos, la pérdida de mosaicos agrarios y la presión urbanística están comprometiendo los ecosistemas mediterráneos y, con ellos, la supervivencia de especies emblemáticas. En la Campiña de Cádiz, uno de los paisajes agrarios más característicos del sur peninsular, las prácticas promovidas por Silva Venatio han demostrado que es posible compatibilizar la actividad agrícola con la conservación de la fauna. La clave está en recuperar las prácticas tradicionales, respetar los ritmos del campo, crear corredores ecológicos y fomentar el equilibrio entre la producción humana y la salud de los ecosistemas. En este sentido, el proyecto no solo ha tenido un impacto ecológico, sino también cultural y social, al revalorizar un paisaje que forma parte de la identidad de la provincia y que, gracias a iniciativas como esta, tiene opciones reales de mantener su carácter.
Un laboratorio natural vivo
La entrega del Premio Fondena el próximo 18 de noviembre servirá, por tanto, no solo para reconocer a la Asociación Silva Venatio, sino también para subrayar la necesidad de continuar apostando por la conservación de la biodiversidad como un eje central del desarrollo sostenible. La Campiña de Cádiz se ha convertido en un laboratorio vivo que demuestra que, con voluntad, ciencia y colaboración, se pueden revertir tendencias negativas y abrir un horizonte de esperanza para especies en regresión. La dotación económica de treinta mil euros contribuirá a dar continuidad a las acciones emprendidas, pero, sobre todo, el reconocimiento público que supone este galardón refuerza la idea de que la conservación no es una tarea marginal, sino una responsabilidad compartida por la sociedad en su conjunto.
La Fundación Fondena, al premiar a Silva Venatio, reafirma su papel como guardiana de la biodiversidad en España, al tiempo que recuerda que la lucha por preservar la riqueza natural del país no puede detenerse. En sus más de cuarenta años de historia, Fondena ha respaldado proyectos que hoy son referentes y que han marcado la diferencia en la conservación de especies y hábitats. Con este XV Premio, vuelve a poner en el centro del debate público la importancia de cuidar lo que nos rodea, de garantizar que el patrimonio natural se mantenga vivo para las generaciones futuras. Y lo hace a través de un ejemplo concreto, el de Silva Venatio, que ha logrado demostrar en la Campiña de Cádiz que la conservación no es una utopía, sino una posibilidad real, alcanzable y replicable.
Al frente de la Asociación Silva Venatio se encuentra Antonio Ruiz-Berdejo, un gaditano profundamente vinculado a la tierra que lo vio nacer y que ha hecho de la conservación de la naturaleza una vocación vital. Su trayectoria refleja un compromiso constante con la defensa del paisaje de la Campiña, ese mosaico de cultivos, llanuras y ecosistemas esteparios que considera parte inseparable de su identidad.
Quienes lo conocen destacan su capacidad para tender puentes entre mundos a menudo enfrentados: el de la gestión cinegética y el de la conservación científica. Bajo su presidencia, Silva Venatio ha logrado articular un modelo que combina el saber tradicional del campo con la investigación de vanguardia, demostrando que la caza puede gestionarse de manera responsable y convertirse en aliada de la biodiversidad.
“Lo más importante es que hemos conseguido que la gente vuelva a creer que hay futuro para nuestro paisaje”, ha afirmado en diversas ocasiones. Una frase que resume bien su manera de entender la conservación: no como un fin en sí mismo, sino como una forma de garantizar que la herencia natural y cultural de la Campiña gaditana siga viva para las próximas generaciones.
La Alectoris rufa, emblema de los ecosistemas agrícolas mediterráneos, mantiene en la Campiña de Cádiz uno de sus últimos grandes bastiones, considerado un reducto de valor mundial por la densidad y extensión de sus poblaciones autóctonas. Aunque la especie atraviesa un declive generalizado en Andalucía por la intensificación agrícola, el impacto de depredadores y las repoblaciones sin control genético, la comarca gaditana resiste gracias a un mosaico de cultivos tradicionales y a la gestión cinegética adaptativa. Expertos y entidades locales insisten en que preservar la pureza genética y mejorar los hábitats de cría es vital no solo para la continuidad de la especie, sino también para la salud global de la biodiversidad agraria andaluza
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