Entender qué es el pH de la saliva y cómo influye en la salud de tus dientes y encías te ayudará a prevenir problemas bucales y a mantener una sonrisa sana. Para ello, tienes que saber cuál es el pH salival ideal, qué factores pueden alterarlo y qué hábitos te ayudarán a mantenerlo en equilibrio.
¿Qué es el pH de la saliva?
El pH mide el nivel de acidez y de alcalinidad de una sustancia. La escala va del 0 al 14, siendo el 7 neutro, por lo que los valores menores de 7 serían ácidos y los mayores de 7 alcalinos. En el caso de la saliva, el pH suele encontrarse entre 5,6 y 7,9, es decir que la saliva puede ser un poco ácida o casi neutra.
La saliva, además de lubricar y hacer más fácil la digestión, también ayuda a mantener la boca sana. Ayuda a neutralizar los ácidos que pueden dañar los dientes, protege el esmalte dental y controla la cantidad de bacterias orales. Si el pH de la saliva se desequilibra, es decir, se vuelve demasiado ácido o alcalino, pueden aparecer problemas en dientes, encías u otras partes del cuerpo. Entonces, ¿cuál es el pH salival ideal para una buena salud oral? Lo mejor es que el pH salival esté entre 6,5 y 7,5.
¿Cómo influye el pH salival en la salud bucal?
La boca está llena de bacterias, algunas beneficiosas y otras que pueden causar problemas, y el pH en la saliva ayuda a mantener un equilibrio entre ellas. Cuando el pH está bien, la saliva puede neutralizar los ácidos que dañan los dientes y las encías, pero si se vuelve ácida, es fácil que aparezcan caries, que se desgaste el esmalte o que se inflamen las encías.
Aunque es menos común y el valor no suele estar alejado de la neutralidad, tener un pH muy alto en la saliva también altera el equilibrio natural de bacterias orales. Si bien estos cambios no siempre derivan en complicaciones, es importante prestar atención, ya que podrían favorecer ciertas molestias o afecciones en las glándulas salivales. En casos poco frecuentes, podrían asociarse con condiciones más complejas.
Factores que alteran el pH de la saliva
Ciertos hábitos pueden hacer que el pH de la saliva se vuelva más ácido, y la mayoría están relacionados con lo que comemos, cómo nos cuidamos los dientes y nuestro estilo de vida.
1. Bebidas ácidas y alimentos azucarados
Refrescos, bebidas energéticas, zumos de frutas cítricas, vino y café son bebidas que bajan el pH de la saliva temporalmente. Si se consumen de forma continuada o en grandes cantidades, la saliva mantiene su acidez durante más tiempo y daña el esmalte dental. Lo mismo pasa con los alimentos azucarados, las bacterias orales aprovechan su azúcar para producir ácidos que reducen el pH de la saliva, no pudiendo ejercer su función protectora.
2. Mala higiene bucal y xerostomía
Tener hábitos de higiene bucal poco saludables, como no cepillarse los dientes bien o no usar hilo dental, provoca que queden restos de comida y placa en la boca. Este entorno favorece la proliferación bacteriana que altera el pH. Esto, combinado con sequedad en la boca, también llamada xerostomía, agrava la situación. Si no hay suficiente saliva, no se neutralizan ácidos, y la boca está más expuesta a presentar otros problemas.
3. Estilo de vida y otros factores
Fumar y beber alcohol en exceso, además de afectar directamente los tejidos bucales, pueden alterar la producción, la calidad y el pH de la saliva. Del mismo modo, tomar ciertos medicamentos, como antihistamínicos, antidepresivos o tratamientos para la presión arterial, puede reducir el flujo salival y cambiar su composición química.
También influyen factores biológicos como la edad y los cambios hormonales, especialmente durante el embarazo o la menopausia, que pueden alterar tanto la cantidad como el tipo de saliva que se produce. Además, una alimentación pobre en nutrientes, la deshidratación, el estrés crónico y algunas enfermedades sistémicas afectan a las glándulas salivales.
Consejos para mantener un pH salival equilibrado
1. Cuida bien tu higiene bucal
Para una higiene bucal perfecta es ideal poder lavar los dientes al menos dos veces al día, usando una pasta dental con flúor para fortalecer el esmalte. Si se ha comido o bebido algo ácido, esperar unos 30 minutos antes de cepillar los dientes para no dañar el esmalte dental. Utilizar hilo dental o cepillos pequeños para limpiar el espacio entre los dientes y eliminar restos de comida que el cepillo normal no alcanza. También se pueden usar enjuagues bucales para equilibrar el pH y mantener las bacterias controladas.
Lo ideal es contar con productos de cuidado bucal diario profesional como GINGIKIN B5, diseñados para cuidar de las encías cada día. Tanto el dentífrico como el enjuague contienen provitamina B5 y otros ingredientes que ayudan a proteger los tejidos bucales, equilibrar el pH salival y fortalecer las defensas de la boca.
2. Sigue una dieta equilibrada
Se debe intentar disminuir el consumo de alimentos y bebidas con mucho azúcar o acidez e incluir en la dieta alimentos que ayuden a neutralizar estos ácidos, como lácteos, frutas y verduras frescas, que además de ser ricas en nutrientes, estimulan la producción de saliva y ayudan a limpiar naturalmente la boca. Es esencial no picotear a cada rato, las bacterias reaccionan produciendo ácidos.
3. Mantente bien hidratado/a
Beber suficiente agua a lo largo del día ayuda a producir más saliva, la mejor defensa natural contra la acidez. Tras comer o beber algo ácido, enjuagar la boca con agua o simplemente beber un poco puede ayudar a volver a equilibrar el pH más rápidamente. Además, mantenerse bien hidratado/a favorece todo el funcionamiento del cuerpo, incluidas las glándulas salivales.
https://doi.org/10.47422/whj.v4i2.40
https://scielo.isciii.es/pdf/medicorpa/v11n5/15.pdf
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