El sector industrial demuestra que la economía circular es rentable y viable - Funseam

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La segunda sesión del Ciclo de Economía Circular de Funseam dejó claro que la economía circular ha dejado de ser una aspiración para convertirse en una estrategia presente y fundamental en la industria española.

La jornada, celebrada el día 23 de septiembre, contó con representantes de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, Schneider Electric, recircular y Petronor.

El ponente principal de esta segunda sesión del Ciclo fue Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, bajo cuyo paraguas están las principales asociaciones industriales del país. En su intervención, sentó las bases del debate, dejando claro que la circularidad «no es el futuro, es el presente«. Y así lo demostraron a continuación los representantes de Schneider Electric, recircular y Petronor, durante la segunda parte de la jornada, mediante casos concretos que evidencian que la economía circular ya es una realidad operativa, un motor de innovación y una palanca indispensable para la competitividad.

En su intervención, Carlos Reinoso defendió que la economía circular está profundamente arraigada en el ADN del sector industrial, gracias a la búsqueda constante de la eficiencia. La Alianza por la Competitividad de la Industria Española representa a sectores que generan el 55% del PIB industrial y trabaja para que la innovación y la inversión sean los motores para esta transformación. Y aportó datos: en los últimos cinco años han invertido 77.000 millones de euros en nuevos procesos y tecnologías ligados a la circularidad.

En palabras de Reinoso, la circularidad se representa a través de lo que ha llamado “la economía de la croqueta que practicaban nuestras abuelas: con los recursos disponibles, consigues preparar un plato fantástico. Y eso es lo que está en la raíz de muchas industrias cuando se aproximan a los modelos de economía circular: Esta conjunción entre la sostenibilidad y la competitividad”. Para ilustrar esta realidad, analizó seis sectores que desarrollan la circularidad de maneras distintas: el papel, como paradigma de reciclaje; la siderurgia, con la reciclabilidad infinita del acero y la valorización de subproductos; la química, impulsando el reciclaje químico, las biorrefinerías y el uso del CO2 como materia prima; la automoción, donde descarbonización y circularidad deben avanzar de la mano; el cemento, como solución para otros sectores al valorizar sus residuos; y la minería, clave para la autonomía estratégica mediante el aprovechamiento de residuos de construcción.

A continuación, se dio paso a un panel de experiencias empresariales, moderado por el redactor de Industry Talks, Francisco Herranz.

Joaquim Daura, director de Active Energy Management en Schneider Electric, explicó el profundo proceso de transformación sostenible de la compañía, fruto de una estrategia iniciada hace casi 20 años. El propósito central de Schneider Electric es desacoplar el crecimiento del impacto ambiental, integrando la sostenibilidad en su modelo operativo. Un ejemplo práctico es su fábrica en Molins de Rei (Barcelona), un centro totalmente descarbonizado que opera con una «microgrid» para una gestión inteligente de la energía. Daura destacó que la clave del éxito reside en el liderazgo: “Si queremos recorrer el camino de la economía circular y de la descarbonización, o lo hacemos de la mano de la alta dirección o no va a ser posible. Hay que integrar la circularidad y la descarbonización dentro de nuestro modelo operativo, hacer de ella un negocio”.

Según Daura, el gran reto está en la cadena de valor, que representa el 99% de su huella de carbono. Para abordarlo, han movilizado a su ecosistema a través del Proyecto Carbono Cero, con el que han comprometido a sus 1.000 principales proveedores a reducir sus emisiones en un 50% para 2025. Pero también trabajan en el rediseño de productos y la creación de modelos de negocio circulares, como sus fábricas dedicadas a dar una segunda y tercera vida a equipos usados, que se reintroducen en el mercado con la certificación Circular Certified.

Por su parte, Patricia Astrain, fundadora y CEO de recircular, puso de manifiesto que la digitalización es una herramienta imprescindible para hacer la economía circular accesible a cualquier empresa. Como ella misma afirma: “Hemos desarrollado una plataforma digital para conectar a empresas, para que los recursos de unas se conviertan en materias primas para otras”. Su plataforma resuelve problemas como la falta de visibilidad de los recursos, la complejidad regulatoria y la desconexión entre generadores de residuos y potenciales consumidores.

La solución de recircular utiliza inteligencia artificial para identificar oportunidades de valorización y conectar a las empresas. Uno de sus grandes valores añadidos es la trazabilidad completa del recurso, desde el generador hasta el consumidor final, con la posibilidad de registro en blockchain para aportar transparencia a un sector tradicionalmente opaco. Además, la plataforma mide y reporta el impacto ambiental generado, permitiendo a las empresas tangibilizar los beneficios de sus acciones. Con más de 25.000 toneladas de recursos valorizados, recircular demuestra que la tecnología puede convertir las estrategias de circularidad en soluciones medibles y escalables.

Finalmente, Ainhoa Martín Morante, técnica de Innovación en sociedades vinculadas de Petronor, presentó la economía circular como una estrategia real en el proceso de transformación de los complejos industriales del Grupo Repsol. Explicó que la compañía, primera del sector en fijarse el objetivo de cero emisiones netas para 2050, ha definido una hoja de ruta que integra la eficiencia, la innovación y la circularidad a través de la empresa Alba Emission Free Energy:La economía circular no es una utopía, es una realidad y estamos construyendo esa realidad en Bilbao. Esta estrategia implica pasar de un modelo lineal a uno circular en el que los residuos se convierten en recursos, utilizándolos como materia prima, y esto es lo relevante”.

El proyecto más emblemático que ilustra esta estrategia es Biscay Eco Aggregates, que está construyendo en el Puerto de Bilbao la primera planta de Europa continental para producir áridos sintéticos con huella de carbono negativa. La planta, cuya puesta en marcha está prevista para mediados de 2026, utilizará una tecnología patentada de carbonatación acelerada para transformar cenizas de la incineración de residuos sólidos urbanos y CO2 capturado de la refinería de Petronor en ecoáridos para la construcción. Este proceso fija el CO2 de forma segura y estable, evita que los residuos acaben en vertederos y ha sido reconocido por la Comisión Europea con una subvención de 3,2 millones de euros del programa Innovation Fund.

La sesión terminó con una sesión de preguntas, moderadas por Francisco Herranz, que puso el foco en los desafíos reales para la implementación de la economía circular. Los ponentes coincidieron en que, más allá de la voluntad y la viabilidad técnica, uno de los principales obstáculos reside en el marco normativo. La complejidad administrativa, la lentitud en la transposición de las directivas europeas y la dificultad para acceder a las ayudas generan una incertidumbre que frena la innovación y la inversión, especialmente en las pymes. Por eso hicieron un llamamiento a que la futura legislación, especialmente la nueva Ley de Economía Circular anunciada por la Comisión Europea para el año próximo, apueste por la simplificación y la agilidad regulatoria, creando un entorno que de verdad incentive y acelere la adopción de modelos circulares como palanca de competitividad.

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