El regreso al trabajo presencial plantea una transformación de los espacios. Las oficinas del futuro se convierten en ecosistemas vivos. Un lienzo en blanco para los diseñadores, donde el bienestar, la sostenibilidad y la flexibilidad se consolidan como pilares estratégicos. El modelo tradicional de cubículos y despachos da paso a entornos más humanos, verdes y conectados, donde el diseño y la tecnología impulsan una nueva forma de trabajar.
El impacto de la pandemia aceleró un proceso que ya estaba en marcha: la oficina híbrida como nuevo estándar. Arquitectos, diseñadores y empresas líderes apuestan por espacios adaptables, inspiradores y sostenibles, capaces de responder a las nuevas dinámicas laborales y a la necesidad de socialización del talento.
Espacios que se adaptan a las personas
“El mobiliario debe ser reconfigurable, versátil y dinámico. Es el espacio el que debe ajustarse a las necesidades de las personas y no al revés”, explica Soledat Berbegal, consejera y responsable de reputación de marca de Actiu, referente internacional en diseño de mobiliario de oficina. Su visión refleja una tendencia clara: los espacios deben facilitar que cada profesional elija cómo y desde dónde trabajar, promoviendo tanto la concentración como la colaboración.
Actiu ha integrado en sus proyectos la biofilia y la ergonomía emocional, conceptos que vinculan bienestar, productividad y sostenibilidad. Jardines interiores, zonas de descanso y materiales naturales contribuyen a generar comunidad y a reforzar la conexión emocional con el entorno laboral.
Oficinas como ecosistemas sostenibles
El estudio Atienza Maure ha llevado esta filosofía a otro nivel con La Nave, su innovador espacio híbrido en Sant Adrià de Besòs, galardonado con el Premio FAD 2025. Este proyecto combina oficinas y vivienda, y propone estructuras desmontables, reutilizables y de bajo impacto ambiental.
Para Rubén Mateos Brea, Head of Design de Viccarbe y Premio Nacional de Diseño 2025, la evolución de la oficina pasa por crear espacios flexibles y diversos, donde la interacción social siga siendo el núcleo de la experiencia profesional. En su visión, las oficinas no solo se diseñan para trabajar, sino para fomentar creatividad, bienestar y sentido de pertenencia.
Las oficinas del futuro se presentan como un entorno estratégico de innovación y cultura corporativa, donde las empresas proyectan su forma de entender el trabajo y el compromiso laboral.
Fuente: Expansión