La comunicación interna: eso que pasa (o no) entre nosotros - Síntesi

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Hay días en los que pienso que la comunicación interna es como el aire, que solo echamos en falta cuando nos cuesta respirar. Cuando las cosas van bien, parece natural; cuando hay malentendidos, rumores o desconexiones, todo el mundo se da cuenta de su importancia —aunque a menudo ya es demasiado tarde.

En mi experiencia trabajando con todo tipo de organizaciones, he visto como la comunicación interna puede marcar la diferencia entre un equipo motivado y uno que va con el piloto automático. Y no hablo de preparar newsletters, ni de abrir una nueva intranet: hablo de crear circuitos reales de confianza entre las personas. Porque, al final, comunicar internamente no es “enviar mensajes”, sino construir vínculos y sentido compartido.

El Ayuntamiento de Viladecans lo tiene muy claro. Hace años que trabaja para consolidar estos vínculos y para construir una cultura compartida entre todas las personas que forman parte de la organización. Lo hace con un programa que, muy acertadamente, se llama Aire. Ahora, el equipo, encabezado por Montse Sanahuja e Isabel Borràs, han dado un paso más y han celebrado la I Jornada Cultura, Talento y Comunicación Interna. Un encuentro pensado para compartir experiencias, aprender juntos y poner en valor la comunicación como motor del cambio interno.

Esta jornada no nace de la nada. Es fruto de un camino que Viladecans ya hace tiempo que recorre, especialmente con su Modelo de Innovación del Ayuntamiento (MIA), una apuesta para repensar la manera cómo se trabaja, cómo se colabora y cómo se generan proyectos que atraviesan departamentos y áreas. Porque innovar no es solo hacer cosas nuevas: es hacerlas de otra forma, y esto solo es posible si la comunicación interna funciona.

MIA ha demostrado que la innovación es tanto orgánica como cultural. No se impone por decreto, ni por plan estratégico: se cultiva desde dentro. Y es aquí donde la comunicación juega un papel esencial. Explicar bien por qué se hacen las cosas, cómo se puede participar, o qué hemos aprendido de un proyecto que no ha ido cómo esperábamos, es una manera de crear una organización viva y que aprende.

En este sentido, Aire y MIA se complementan: uno es el canal, el otro es el motor. Y juntos hacen que la información circule, que las buenas prácticas se compartan y que la innovación sea, realmente, colectiva.

Por motivos de salud, finalmente no pude moderar una de las mesas de debate de la Jornada, como estaba previsto, ni tan siquiera seguirla, y lamento mucho habérmela perdido. Era una gran oportunidad para escuchar de primera mano cómo otras organizaciones afrontan los retos de la comunicación interna y qué fórmulas han encontrado para hacerla crecer.

Me hubiera gustado vivir en directo todas las mesas: la de comunicación interna, la de cultura e innovación —que moderó mi compañera de Síntesi Aurora Masip—, las Flash Talks sobre employer branding y el debate intergeneracional. Estoy convencida de que todas aportaron ideas valiosas sobre cómo comunicar mejor internamente, impulsar la participación, dar sentido al trabajo y conectar generaciones dentro de las organizaciones.

Felicidades al Ayuntamiento de Viladecans por impulsar una iniciativa tan necesaria como inspiradora, y gracias a todos los ponentes por sus aportaciones y por ayudarnos a seguir aprendiendo cómo comunicar mejor desde dentro.

Recapiti
Dolors Gordils