El nuevo posicionamiento GEO revoluciona la visibilidad en internet

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  • La inteligencia artificial generativa ha abierto la puerta a un nuevo tipo de posicionamiento en internet, en un escenario en el cual las búsquedas de contenido a través de algoritmos generativos está en auge. 
  • Hasta ahora, el posicionamiento SEO regía las posiciones; ahora el Generative Engine Optimization (GEO, por sus siglas en inglés) va ser “de conocimiento imprescindible tanto para empresas como para creadores de contenidos que quieran ser vistos cuando alguien busque algo en ChatGPT, Copilot, Gemini y demás buscadores integrados en aplicaciones de IA Generativa”, de acuerdo con Enric Quintero, CEO de Datarmony.
  • Los sistemas SEO y GEO presentan diferencias en su funcionamiento de cara al contenido; pero también supone “que las empresas tengan sus datos bien ordenados y contextualizados para poder tener una información estructurada que la IA sepa interpretar de manera eficiente para poder mostrar resultados lo más exactos posibles al contenido original”, señala Quintero.

La implementación —y adopción— de algoritmos de inteligencia artificial generativa a gran escala ha abierto un nuevo paradigma por el cual las empresas necesitarán adaptarse si quieren ser visibles: Generative Engine Optimization. 

Donde antes los resultados de Google se mostraban ordenados gracias a la redacción adaptada a motores de búsqueda (SEO), con la llegada de asistentes generativos —como es el caso de ChatGPT, Perplexity, Claude o Gemini, entre otros—, la forma en la que se muestra (y se busca) la información ha cambiado.

En este sentido, el nuevo sistema de posicionamiento GEO no está pensado para aparecer en una posición determinada de un listado. Sino que se trata de que el contenido aparezca gracias a que este sea fiable, esté citado y provenga de fuentes fiables. Además, el contexto en el cual se produce la información es igualmente importante, ya que uno de los puntos más importantes a tener en cuenta de GEO es la contextualización de la información, para que esta sea mostrada a los usuarios que realicen una búsqueda en una app de IA.

Las infraestructuras de datos empresariales necesitan “más orden que nunca”

Ante este nuevo escenario en el cual la forma de crear la información cambia, también “es necesario que cambiemos cómo tenemos almacenados los datos, para que estos sean fácilmente detectables en función de la petición que se realice”, explica Enric Quintero. 

“En Datarmony siempre hemos abogado, no sólo por la calidad del dato, sino para que este esté correctamente ‘empaquetado’. La IA, al seleccionar y citar contenido, es porque considera que este es fiable y está bien referenciado. Se priorizan las fuentes con alta reputación. Pero también los datos han de estar estructurados y etiquetados con metadatos, para que así los algoritmos los puedan reconocer e integrar en las respuestas que ofrezcan a los usuarios”, explica el CEO de Datarmony. 

Las diferencias entre SEO y GEO

El sistema de posicionamiento SEO, que aún se sigue utilizando en la actualidad, se rige por unas reglas muy concretas: el contenido debe constar con las palabras clave adecuadas con el tema de interés. Del mismo modo, la estructura del texto ha de contener ladillos y negritas en aquellos términos que se consideren más relevantes. Además de una mínima extensión de caracteres para que pueda ser indexado. El objetivo es la aparición en los primeros puestos de la lista de Google. 

“Sin embargo, con la IA, no hay listas. La información se muestra de una manera completamente diferente, ya que en muchas ocasiones se nos presenta un resumen de lo que se extrae de la fuente. Tenemos que visualizarlo de la siguiente manera: antes nosotros le pedíamos a alguien que nos buscara libros de cocina. Pero éramos nosotros quiénes teníamos que leer esos libros. Ahora preguntamos por libros de cocina y GEO nos leerá las recetas directamente, sin que tengamos que abrir los libros”, explica Quintero. 

En este sentido, el nuevo sistema de posicionamiento GEO radica en una semántica óptima, en un lenguaje que sea fácil de interpretar por parte de los algoritmos. También por una estructura en la que un algoritmo sea capaz de interpretar —y posteriormente, mostrar—. De cara al contenido, este tiene que ser original, creado por personas y con firma de autoridad. 

Así pues, Enric Quintero celebra “que en un contexto en el cual parecía que las personas ya no iban a escribir más, se reescriben las reglas del juego: ahora la IA va a mostrar aquellos contenidos que estén hechos por personas de verdad. Aunque sea un detalle que parezca menor, se cierra la puerta a la creación de contenido automatizado, de baja calidad y con intenciones dudosas”, concluye.

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