¿Creías que ChatGPT solo servía para escribir textos o resumirte series de Netflix? Pues prepara la tarjeta de crédito: OpenAI acaba de abrir las puertas del comercio dentro del chat con ChatGPT Merchants. No hablamos de enlaces ni redirecciones, sino de comprar directamente mientras hablas con el asistente. Y esto, amigos, cambia las reglas de juego del e-commerce.
¿Te imaginas charlar con ChatGPT sobre zapatillas y acabar comprándolas sin moverte del chat? Pues deja de imaginarlo. OpenAI acaba de abrir una puerta que mezcla lo mejor (y lo más peligroso) del e-commerce con la inteligencia artificial: comprar mientras conversas. Ya no hará falta saltar entre pestañas, rellenar formularios o buscar el botón de “añadir al carrito” como si fuera un huevo de Pascua escondido. Todo ocurrirá dentro del propio chat, de forma fluida, casi mágica… y probablemente algo adictiva.
Si hasta hace poco hablar de posicionamiento GEO, tenía sentido a la hora de posicionar negocios de servicios B2B, los e-commerce en todas sus variables, tendrán una gran ventaja competitiva si saben adapatarse a este nuevo paradigma.
Porque si antes buscábamos en Google, ahora simplemente le pediremos a la máquina que nos lo consiga. Y lo hará. Con una sonrisa sintética y la pasarela de pago ya lista.
¿Qué es eso de ChatGPT Merchants?
En pocas palabras, ChatGPT Merchants es el nuevo “Google Merchants” del chat. Las marcas podrán mostrar sus productos directamente en ChatGPT, con fichas optimizadas para lenguaje natural: descripciones, precios, tallas y fotos, todo dentro de la conversación. Algo parecido a lo que hay en Google Merchan Center pero que va a tratar de que la compra la puedas realizar dentro de la plataforma y no en una web concreta.
Hasta ahora, el comercio digital dependía de llevar al usuario a la web correcta. Con Merchants, el escaparate está dentro del asistente. Esto significa que el viaje del usuario será más corto, más natural y, sobre todo, más conversacional.
¿A dónde nos lleva esto? Si ChatGPT se convierte en el punto de partida de la compra, la visibilidad dejará de depender del SEO clásico para pasar a depender del “SEO conversacional”: qué marcas saben conversar con la IA. ¿Da algo de miedito, no?
¿Y el famoso Instant Checkout?
El Instant Checkout es la función que permite comprar sin salir del chat. En lugar de añadir productos al carrito, ir a la web, registrarte, meter tu dirección y acordarte de la contraseña que nunca recuerdas, ahora todo se hará en un clic dentro del propio ChatGPT.
Este sistema convierte la compra en una experiencia fluida: el asistente te muestra el producto, responde tus dudas (“¿tiene envío rápido?”, “¿hay en azul?”) y ejecuta la compra cuando das el visto bueno.
El futuro del e-commerce pasa por reducir fricción. Y OpenAI lo ha entendido: menos clics, más conversación. ¿Por qué no aprovechas todas las bondades que ofrece la IA para aplicarla ahora a la compra online? Es la digitalización de la confianza, con un toque de asistente personal.
¿Quién cobra aquí y cómo?
Aquí entra Stripe, el gran aliado de OpenAI. Toda la infraestructura de pagos de ChatGPT se apoya en esta pasarela, que ya es estándar en miles de tiendas online. Stripe garantiza seguridad, cumplimiento normativo y facilidad de integración.
Para los negocios, esto significa que no tendrán que reinventar su sistema de cobros: bastará con conectar su cuenta Stripe a ChatGPT Merchants y empezar a vender. ¿Fácil, no?
Por ahora, este ecosistema solo está disponible en Estados Unidos, pero la intención de OpenAI es clara: expandirse progresivamente al resto del mundo una vez se estabilice la infraestructura. Y sí, Europa está en el radar (aunque con nuestro ritmo regulatorio, no esperes verlo mañana).
¿Qué demonios es ACP y por qué lo escucharás mucho a partir de ahora?
ACP significa Agentic Commerce Protocol, y es el motor que hace posible que ChatGPT no solo recomiende, sino que venda por ti.
El protocolo ACP permite que el asistente actúe como agente autónomo de compra: analiza lo que pides, compara opciones, valida stock, aplica políticas y ejecuta el pago. Todo dentro del flujo de conversación.
Piénsalo así: si GPT es el cerebro, ACP es el sistema nervioso que conecta catálogo, precios, inventario y pasarela de pago.
Este protocolo será el estándar del ‘comercio agentic’, una nueva capa de automatización donde los modelos de lenguaje se convierten en intermediarios comerciales capaces de actuar por el usuario.
En otras palabras, el asistente dejará de ser tan solo “un mero chat inteligente” y pasará a ser un comprador con iniciativa.
¿Quién gana con poner IA en el e-commerce?
Bastantes actores, y cada uno por razones distintas:
- OpenAI gana por partida triple: suscripciones, publicidad y comisiones por venta dentro del chat.
- Stripe amplía su hegemonía como pasarela de pagos global.
- Las marcas pioneras se benefician de una menor competencia inicial y de un canal con menos ruido.
- Los usuarios, claro, ganan en tiempo y comodidad.
- Seguramente también quienes vedan por Marketing de afiliación, aunque esto está por ver
Este modelo también reconfigura el negocio publicitario: si ChatGPT cobra comisión por cada venta, su incentivo será ofrecer resultados que realmente funcionen.
Y aunque Google probablemente ya esté buscando un desfibrilador, el usuario medio saldrá ganando con un entorno más directo, conversacional y menos saturado de anuncios que nadie pidió.
¿Habrá publicidad dentro de ChatGPT?
Sí, pero no como la imaginas. Nada de banners ni pop-ups: la publicidad será conversacional e integrada. Las marcas podrán pujar por contexto e intención, no por keywords.
Te damos un ejemplo: si tú preguntas “quiero una crema solar sin microplásticos” y ChatGPT te recomienda una marca que paga por esa visibilidad, pero con argumentos coherentes y comparativos. La diferencia es sutil pero profunda: el anuncio deja de interrumpir para empezar a ayudar. Vamos, lo que ya hacía Google con sus Google Ads, pero ahora dentro de la conversación.
Los formatos publicitarios del futuro no serán invasivos, sino explicativos. Quien mejor sepa contextualizar su producto, ganará. Eso sí: también habrá reglas. Si el asistente se llena de promociones disfrazadas de consejo, perderá credibilidad. Y OpenAI lo sabe.
¿Cómo descubrirán los usuarios los productos?
Aquí entra en juego la verdadera revolución: el descubrimiento guiado.
ChatGPT no solo responde, también anticipa. Si mencionas un viaje a la playa, puede ofrecerte protector solar, una maleta o un libro de bolsillo. Es un modelo híbrido entre “pull” (cuando el usuario pide) y “push contextual” (cuando el asistente sugiere con criterio). ¿No es demasiado molón, incluso futurista y épico al mismo tiempo?
El Agentic Commerce Protocol (ACP) se encargará de verificar disponibilidad, precios y condiciones antes de mostrar cualquier opción. Esto abre la puerta a un nuevo tipo de marketing predictivo: el “marketing de conversación continua”, donde la venta se camufla entre utilidad y confianza.
¿Cómo se posiciona una marca en este nuevo escenario?
El nuevo SEO se llama relevancia conversacional. Ya no basta con tener un blog o una landing bonita: hay que preparar tus productos para que ChatGPT pueda entenderlos, explicarlos y recomendarlos.
Te damos unas claves que consideramos que pueden ser básicas:
- Redacta descripciones humanas, que respondan preguntas reales.
- Usa lenguaje natural, no fichas robóticas.
- Reúne reseñas verificables y garantías visibles.
- Integra Stripe para estar listo para Instant Checkout.
- Responde a intenciones de compra, no solo keywords.
- Monitoriza cómo el asistente interpreta tu marca.
- Ensaya micro-conversaciones de marca (prompts tipo “habla como [tu empresa]”).
En este contexto, el SEO deja de ser ingeniería y se convierte en empatía codificada. Podríamos decir que el significado nuevo del SEO sea algo así como “Search Emotional Optimization”.
Una buena: ¿Habrá remarketing dentro de ChatGPT?
Esa es la gran incógnita. En el ecosistema clásico de Google, un usuario podía visitar tu web, dejar el carrito a medias y luego verte perseguido por banners, descuentos y anuncios “casualmente” irresistibles. Eso era el remarketing: una cookie seguía tus pasos y recordaba a las marcas que aún no habías pasado por caja.
En ChatGPT, ese modelo no existe… al menos por ahora. El entorno de OpenAI no utiliza cookies ni trackers tradicionales, y su arquitectura no está pensada para compartir datos personales entre conversaciones o anunciantes. De momento, no hay “seguimiento cross-platform” ni esa posibilidad de “impactar otra vez” al usuario.
¿Entonces se acabó el remarketing? No necesariamente. Podría surgir una nueva forma de “remarketing conversacional”, donde el propio asistente recuerde tus preferencias dentro de un contexto privado —por ejemplo, si en una charla anterior buscaste una cámara y semanas después preguntas por accesorios—, pero todo dependerá de cómo evolucione la regulación y la confianza del usuario.
En fin, que ChatGPT sabe lo que le cuentas y no lo que haces fuera de él. Y eso, para los marketers, va a ser una bendición…. o una pesadilla… según de qué lado del píxel estés.
Entonces, ¿en qué punto estamos?
Hoy, todo esto se prueba en Estados Unidos. Pero los cimientos están puestos. Cuando el modelo se estabilice, veremos cómo ChatGPT se transforma en un ecosistema completo de descubrimiento, publicidad y compra. Y cuando eso ocurra, las marcas que hayan entendido este nuevo lenguaje conversacional tendrán una ventaja enorme.
Porque en el comercio agentic no gana quien más puja ni quien más grita: gana quien sabe hablarle mejor a la inteligencia artificial.