Día Mundial de la Alimentación 2025. La historia de Emerita Cubas en Cajamarca, Perú
Emerita Cubas vive, junto con su familia, en un pueblo llamado Huangashanga, situado en la microcuenca Cullanmayo, en el Departamento peruano de Cajamarca. Desde 2024, participa junto con otros vecinos y vecinas en un proyecto dirigido a promover el desarrollo rural sostenible, que implementamos con nuestro socio local ESCAES y con el apoyo financiero de la Generalitat Valenciana.
“Antes sembraba arveja y maíz con semillas de baja calidad que guardábamos al finalizar la cosecha” recuerda Emerita. Sin embargo, “cada año que pasaba la producción era menor, también nuestros suelos eran de baja fertilidad porque cada vez que llovía el agua lo arrastraba la tierra hacia las partes bajas”.
Esta situación tenía consecuencias dramáticas para las familias de la comunidad de Emerita, ya que estas pobres cosechas no solo provocaban una producción cada vez menor en cantidad y calidad, sino que, además, desencadenaban serios problemas de alimentación y salud para las familias de la región.
Al conocer este proyecto y formar parte de él, la situación de vulnerabilidad de Emerita y otras tantas familias comenzó a cambiar a mejor. “Tuvimos la suerte de que nos orientaran técnicamente en el manejo de los cultivos. También nos proporcionaron semillas mejoradas de buena calidad, nos enseñaron a proteger nuestros suelos con la construcción de terrazas y zanjas de infiltración y aprendimos a producir nuestros abonos orgánicos para fertilizar los cultivos”, cuenta.
Día Mundial de la Alimentación
Este 16 de octubre celebramos el Día Mundial de la Alimentación, una fecha en la que las personas como Emerita son nuestras auténticas protagonistas y merecen todo el reconocimiento. Con su esfuerzo y tesón por mejorar sus vidas, aprovechan todas las oportunidades que encuentran en el marco de este tipo de proyectos para impulsar el desarrollo rural sostenible de sus tierras y, así también, garantizar una alimentación adecuada y saludable para sus familias.
Así, la propia Emerita comparte su propia experiencia al formar parte de esta iniciativa: “hemos mejorado los rendimientos de nuestros cultivos de arveja y de maíz, por lo que ahora obtenemos el doble de producción que antes”. Este incremento tan considerable, “no solo nos sirve para mejorar nuestra alimentación, sino que también nos permite vender nuestros productos en el mercado y obtener más ingresos para seguir mejorando nuestra alimentación, el vestido y la educación de nuestros hijos”.