Como adidas uso el pasado para innovar su estrategia de marca - Carlos Amselem

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Toda historia tiene un comienzo. Esta comienza en un pequeño pueblo de Baviera, Alemania. Adi y Rudolf Dassler fundan en 1924 la fábrica de zapatos “Gebrüder Dassler Schuhfabrik”.

Tras la separación de los hermanos a finales de 1948, cambió su nombre a adidas. Adolf permaneció al frente de adidas, mientras que Rudolf fundó su propia marca, Puma.

En sus inicios, adidas se centró en satisfacer las necesidades de los deportistas profesionales, en particular de los atletas, la mejora de su rendimiento y la relevancia de la artesanía industrial como cimientos de la estrategia de marca.

Asimismo, la marca se valió del marketing deportivo para mostrar sus novedades al público. Empezó trabajando con atletas y jugadores ya reconocidos como una manera de dar publicidad y credibilidad a los productos.

La comunicación se convirtió en un elemento esencial de la política de la empresa. adidas se dedicó a presentar un producto más innovador que el anterior en cada uno de los grandes eventos deportivos, demostrando la superioridad del calzado producido por la empresa.

Al fallecer el fundador, deja una marca fuerte, reconocida y valorada por los clientes, trabajadores y otros grupos de interés y su heredero, se centra aún más en la promoción deportiva y en la expansión internacional de la empresa.

Bajo su liderazgo como presidente, adidas se convierte en un líder mundial del branding deportivo y patrocina a los mejores atletas, selecciones nacionales, clubes, eventos, etc., pero al morir su hijo se abre la etapa más negra de adidas.

Nike ya era un competidor importante, había desplazado a adidas. Sumado a lo antedicho, las nuevas colecciones alejadas de los diseños del pasado, no tuvieron una buena acogida en el mercado. La calidad y la producción empeoraron, la empresa rechazo un acuerdo de patrocinio con la estrella de baloncesto Michael Jordan, el cual termino firmando por Nike.

adidas se había transformado de una marca con pérdidas continuas a finales de los años 80 y principios de los 90 y al final la familia decidió vender el negocio a un grupo financiero.

En ese momento sus directivos optaron por buscar la salvación en dos antiguos empleados de Nike, Rob Strasser, director de marketing y Peter Moore director y diseñador creativo.

Los dos eran conscientes de la importancia de tener un enfoque claro y coherente para construir una imagen de marca y enseguida vieron, que adidas había perdido la confianza en sí misma y no se fijaba en sus propias capacidades.

Fue entonces cuando la empresa decidió retomar la filosofía de Adi Dassler y adoptaron una serie de medidas que tuvieron una influencia directa sobre los resultados, entre otras:

Desarrollar una línea de alto rendimiento que uniese el legado de la marca con la tecnología moderna. La colección de productos Equipment, se creó bajo la filosofía de ofrecer a los atletas «solo lo esencial», con el objetivo de priorizar la funcionalidad sobre lo superfluo.

La decisión fue determinante para la marca porque regresó a sus raíces de rendimiento deportivo, se centró en cuatro principios clave (protección, amortiguación, estabilidad y tracción) y demostró la diferencia entre moda y rendimiento.

Además, introdujo el emblemático logotipo de las tres barras en una disposición de tres barras, que es un componente clave de la identidad de la marca hoy en día.

También, la marca volvió a patrocinar a los mejores jugadores, atletas, clubes, selecciones y eventos: Mundiales, Eurocopa, Champion’s League, Campeonatos del Mundo de Atletismo, de Natación, etc.

Estas determinaciones resultaron claves para salvar a la empresa. En 1989 adidas se recuperó de una quiebra casi segura y una década después, alcanzó unas ventas y beneficios millonarios.

3 aprendizajes sobre cómo usar la historia para innovar

Vuelta a las raíces. Se establecieron normas de marca que remarcaban la calidad del producto. En concreto, implantaron limites en el color, la talla y la posición del logotipo y al principio hasta en los colores de las zapatillas. Querían que el producto fuera el protagonista, tal como lo habría hecho el fundador.

Como dijo Moore. «El modelo consistía en volver a lo que Dassler había intentado hacer toda su vida: crear los mejores productos para que el atleta pudiera competir».

Regresar al enfoque de diseño de Adi Dassler, que priorizaba la funcionalidad sobre el estilo, lo que le había permitido imaginar una cartera de diseños de calzado atemporales y auténticos.

A modo de ejemplo, para realizar una nueva marca de calzado urbano, la idea fue retomar algunos modelos clave del pasado y modernizar la calidad, la comodidad y el ajuste.

Aun cuando adidas mira a su pasado, no vive en el ayer. En cierto modo, utiliza sus capacidades junto con el conocimiento del comportamiento de los usuarios y clientes para concebir productos modernos y singulares.

Como consultor de branding sé que aceptar la historia no implica quedarse anclado en ella, sino innovar de forma coherente con las capacidades que la marca ha cultivado desde su nacimiento.

Lo anterior es una lección valiosa para las empresas de Zaragoza y cualquier otra ciudad del planeta, que ante una competencia creciente y un entorno incierto, buscan cómo diferenciar su marca. A veces, la respuesta está justo delante de sus ojos.

Es suficiente con mirar más allá de la superficie y profundizar en los orígenes para redescubrir las ideas y perspectivas que impulsaron la innovación en el pasado e integrarlas con ingenio en las estrategias actuales de la empresa.

Como escribió Dassler: «Ven a trabajar todos los días como si fuera la primera vez. Esto evitará que la rutina te ciegue». El pasado puede ser un estímulo y usarse cuando tenga el potencial de ayudar a dar un paso delante de la competencia.

Trabajando juntos encontraremos respuestas a preguntas del tipo:

¿Qué ideas y valores del pasado hicieron que la empresa tuviera éxito en sus primeros años, y cómo podrían reinterpretarse hoy para volver a generar impulso?, ¿en qué momentos la empresa ha perdido coherencia entre lo que fue, lo que hace y lo que comunica?, ¿qué símbolos del pasado siguen teniendo valor hoy, aunque la empresa ya no los use o los haya olvidado? y ¿cómo podría el relato fundacional de la empresa inspirar nuevas líneas de negocio, productos o experiencias para el cliente actual?

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Carlos Amselem