La cabeza estalla cuando se acepta la frase que nadie quiere decir en voz alta “todo es dato y siempre lo fue”, solo que ahora la densidad, la velocidad y la colección sucede en nuestra cara cada minuto que pasamos conectados, trabajando o simplemente viviendo en una ciudad llena de sensores humanos y no humanos.
Decir “todo es dato” no es cinismo, es una invitación radical a cambiar el lugar desde donde miramos, porque si todo deja huella y tiene historia, entonces la estrategia deja de ser un documento PDF repleto de indicadores estáticos para pasar a vivir una coreografía de decisiones cotidianas, inciertas y directamente asociadas a una tecnología que ofrece una experiencia híbrida cada vez más normalizada.
Y aquí llega la segunda explosión: si la estrategia es tecnología, la conversación relevante no es qué consumimos sino qué sabemos hacer juntos.
El reto de las relaciones humanas en las organizaciones
Durante años nos enseñaron a ordenar el mundo y, en especial, el negocio en segmentos, productos y servicios, a juzgar sin dudar. Pero el presente exige mirar de frente a lo que realmente genera valor y crea riqueza: las relaciones humanas —a veces brillantes, a veces inconvenientes— que cambian de forma con cada interacción. Que viven en la incertidumbre pero que sabemos gestionarlas desde el principio de los tiempos. Es la base de nuestra evolución y civilización.
Una relación es como una factoría viva repleta de señales y expectativas ocultas, a veces inconscientes. Esas señales no entienden los silos de los organigramas y los laberintos organizacionales, por eso, la ventaja nace cuando mezclamos equipos, lenguajes, sensibilidades, gustos y dominios como una fuerza transversal que rompe los límites relacionales que pensábamos que eran eficientes.
La tercera explosión es emocional porque la incertidumbre tiene que dejar de ser un zumbido molesto y volverse un paisaje reconocible. Pero con ella, llegan riesgos nuevos que no caben en nuestras listas de control ni anticipación, así que las viejas respuestas ya no alcanzan. Esos datos no sirven y el miedo se apodera de nuestra toma de decisiones. No queremos jorobarla.
Las 3Ps para una estrategia en tiempo real
Si todo cambia a ritmo exponencial, el plan no es buscar certezas, sino detectar señales que invitan e inspiren, y eso empieza por un estándar cultural incómodo: hay que decir la verdad de los datos aunque duela, hay que sostener una consciencia de la situación, dar valor a la identificación de realidades, hay que moverse con agilidad y tener la valentía de fracasar a tiempo.
Porque así aprendes y avanzas de verdad. Las señales guían, las certezas ya no existen.
Equivocarse y estar preparados es aprender antes que la competencia. Aprender antes que la competencia es ganar tiempo, innovar con sentido y tomar decisiones que fortalezcan el negocio que nos sustenta.
Para activar esta ética o responsabilidad como práctica diaria proponemos una estrategia 3Ps que conecta horizontes del corto al largo plazo: Predecir, Prevenir y Personalizar.
- Predecir es trabajar los futuros largos, no como bolas de cristal repletas de señales y tendencias sobre nuevas tendencias, sino como mapas que orientan capacidades, habilidades, estándares y apuestas “fiables” antes de que el mercado las imponga, porque todos quieren cambiar estratégicamente cada trimestre y lo que necesita es una mirada desde la distancia viendo el bosque y no solo la rama del árbol que tenemos delante. Predecir es tomar decisiones gracias a un propósito para alcanzar el mejor futuro posible.
- Prevenir es diseño estratégico de medio plazo. Poder reducir exposición a lo que puede salir mal, convertir incertidumbre en opciones reales, o decidir con métricas y dinámicas que se revisan con la misma naturalidad con que se revisa el clima antes de salir de casa. El tiempo real no como una presión extra para decidir, si no como el marco para poder pensar a medio término. Recuperar la visión estratégica capaz de modificarse pero no de cambiarse.
- Personalizar es táctica de corto alcance y alta pulsación. Es la operación para ajustar producto, servicio o tono a cada interacción en tiempo casi real, cerrando el loop entre ideas y su éxito y apostar por una decisión con la menor burocracia posible. Personalizar es hacer que la estrategia respire al ritmo del cliente.
¿Cómo se hace visible la oportunidad 3Ps en el día a día sin perder la humanidad mínima viable?
La magia no surge en trabajar cada “P” por separado, sino en el alineamiento y relación de todas ellas. Pensemos que lo que se Predice informa lo que se Previene, y lo que se Previene abre espacio para Personalizar sin romper la coherencia de un propósito.
Por eso, más que un framework o marco de uso, las 3Ps son una oportunidad para decidir tomando aire. Para organizaciones que quieren pensar a décadas, ejecutar por semestres y aprender por días.
La oportunidad se hace visible cuando aplicas tres decisiones operativas o métricas que cualquier equipo puede adoptar mañana:
- Una métrica de futuro que mida “qué tan preparados estamos”, sin miedos ni sesgos de confirmación. Siendo honestos y jugando con la verdad crítica. Con la ayuda de una mirada externa.
- Una métrica de riesgo que mida “qué tanto evitamos el golpe si no funciona” y cómo adaptarnos a esos nuevos riesgos. El riesgo tiene que enseñarnos porque pasarte, te va a pasar.
- Una métrica de relación que mida “qué tan bien tratamos a esta persona”, cómo la cuidamos, cómo responde.
Cuando esas tres métricas se retroalimentan y están conectadas con los datos que se gobiernan, la estrategia diferencial está en marcha.
Así la toma de decisiones deja de ser puro teatro y se vuelve gimnasia de resistencia y mantenimiento. La cultura deja de celebrarse con pósters y mails personales para aparecer en la agenda real de cada semana.
Y esto de adquirir habilidades para el uso sensible de los datos de repente es un problema y duele. Claro que duele, porque un gobierno responsable de los datos exige verdad, consciencia, agilidad y valentía.
No son palabras bonitas para una slide, son habilidades y fuerzas de acción que se ganan con práctica y con roces y con equivocaciones. Las organizaciones, como las personas, prefieren la comodidad del sofá o el algoritmo previsible. Igual ya no sirve.
Duele pero la alternativa es peor porque es seguir segmentando personas inertes y estáticas (sujetos) mientras las relaciones vivas cambian de forma frente a nuestras narices (predicados), y seguir celebrando proyectos “perfectos”que llegan tarde a un mundo que tomó decisiones sin pedirnos permiso.
De copiar a la competencia a innovar desde el dato con la mirada 3Ps y la relación como nuevo formato de organización
El costo del ensayo ya no es opcional. El costo del error es más alto cuando no se ensaya. Así que la única salida digna es experimentar con sentido y con estándares, no con ocurrencias o mejoras de negocio desde la experiencia de otros.
Si todo es dato, las preguntas que surgen hoy son qué conversaciones o datos me faltan, qué nuevas ideas merecen nuestra atención y qué pequeñas decisiones tomadas hoy escalarán para convertirse en grandes oportunidades mañana.
Ahí las 3Ps se vuelven brújulas y su relación permite establecer una organización moderna y capaz de asumir una realidad exponencialmente incierta. Planifica una reunión al mes para Predecir con evidencias investigadas y recogidas.
Mantener una cadencia trimestral para Prevenir con foco, y que ayude a decidir la puesta en marcha o una sesión diaria para Personalizar con responsabilidad y eficiencia, porque cada interacción es una oportunidad de relación y cada relación es un activo que se fortalece en el tiempo.
Cuando esa ecuación se formula, la estrategia deja de ser un PDF y se convierte en una forma de estar en el mundo, donde la tecnología no es tendencia sino extensión de una ética de negocio que pone en el centro del tablero del juego comercial a las relaciones con los consumidores y a los estilos de vida.La cabeza estalla cuando se acepta la frase que nadie quiere decir en voz alta “todo es dato y siempre lo fue”, solo que ahora la densidad, la velocidad y la colección sucede en nuestra cara cada minuto que pasamos conectados, trabajando o simplemente viviendo en una ciudad llena de sensores humanos y no humanos.
Decir “todo es dato” no es cinismo, es una invitación radical a cambiar el lugar desde donde miramos, porque si todo deja huella y tiene historia, entonces la estrategia deja de ser un documento PDF repleto de indicadores estáticos para pasar a vivir una coreografía de decisiones cotidianas, inciertas y directamente asociadas a una tecnología que ofrece una experiencia híbrida cada vez más normalizada.
Y aquí llega la segunda explosión: si la estrategia es tecnología, la conversación relevante no es qué consumimos sino qué sabemos hacer juntos.
El reto de las relaciones humanas en las organizaciones
Durante años nos enseñaron a ordenar el mundo y, en especial, el negocio en segmentos, productos y servicios, a juzgar sin dudar. Pero el presente exige mirar de frente a lo que realmente genera valor y crea riqueza: las relaciones humanas —a veces brillantes, a veces inconvenientes— que cambian de forma con cada interacción. Que viven en la incertidumbre pero que sabemos gestionarlas desde el principio de los tiempos. Es la base de nuestra evolución y civilización.
Una relación es como una factoría viva repleta de señales y expectativas ocultas, a veces inconscientes. Esas señales no entienden los silos de los organigramas y los laberintos organizacionales, por eso, la ventaja nace cuando mezclamos equipos, lenguajes, sensibilidades, gustos y dominios como una fuerza transversal que rompe los límites relacionales que pensábamos que eran eficientes.
La tercera explosión es emocional porque la incertidumbre tiene que dejar de ser un zumbido molesto y volverse un paisaje reconocible. Pero con ella, llegan riesgos nuevos que no caben en nuestras listas de control ni anticipación, así que las viejas respuestas ya no alcanzan. Esos datos no sirven y el miedo se apodera de nuestra toma de decisiones. No queremos jorobarla.
Las 3Ps para una estrategia en tiempo real
Si todo cambia a ritmo exponencial, el plan no es buscar certezas, sino detectar señales que invitan e inspiren, y eso empieza por un estándar cultural incómodo: hay que decir la verdad de los datos aunque duela, hay que sostener una consciencia de la situación, dar valor a la identificación de realidades, hay que moverse con agilidad y tener la valentía de fracasar a tiempo.
Porque así aprendes y avanzas de verdad. Las señales guían, las certezas ya no existen.
Equivocarse y estar preparados es aprender antes que la competencia. Aprender antes que la competencia es ganar tiempo, innovar con sentido y tomar decisiones que fortalezcan el negocio que nos sustenta.
Para activar esta ética o responsabilidad como práctica diaria proponemos una estrategia 3Ps que conecta horizontes del corto al largo plazo: Predecir, Prevenir y Personalizar.
- Predecir es trabajar los futuros largos, no como bolas de cristal repletas de señales y tendencias sobre nuevas tendencias, sino como mapas que orientan capacidades, habilidades, estándares y apuestas “fiables” antes de que el mercado las imponga, porque todos quieren cambiar estratégicamente cada trimestre y lo que necesita es una mirada desde la distancia viendo el bosque y no solo la rama del árbol que tenemos delante. Predecir es tomar decisiones gracias a un propósito para alcanzar el mejor futuro posible.
- Prevenir es diseño estratégico de medio plazo. Poder reducir exposición a lo que puede salir mal, convertir incertidumbre en opciones reales, o decidir con métricas y dinámicas que se revisan con la misma naturalidad con que se revisa el clima antes de salir de casa. El tiempo real no como una presión extra para decidir, si no como el marco para poder pensar a medio término. Recuperar la visión estratégica capaz de modificarse pero no de cambiarse.
- Personalizar es táctica de corto alcance y alta pulsación. Es la operación para ajustar producto, servicio o tono a cada interacción en tiempo casi real, cerrando el loop entre ideas y su éxito y apostar por una decisión con la menor burocracia posible. Personalizar es hacer que la estrategia respire al ritmo del cliente.
¿Cómo se hace visible la oportunidad 3Ps en el día a día sin perder la humanidad mínima viable?
La magia no surge en trabajar cada “P” por separado, sino en el alineamiento y relación de todas ellas. Pensemos que lo que se Predice informa lo que se Previene, y lo que se Previene abre espacio para Personalizar sin romper la coherencia de un propósito.
Por eso, más que un framework o marco de uso, las 3Ps son una oportunidad para decidir tomando aire. Para organizaciones que quieren pensar a décadas, ejecutar por semestres y aprender por días.
La oportunidad se hace visible cuando aplicas tres decisiones operativas o métricas que cualquier equipo puede adoptar mañana:
- Una métrica de futuro que mida “qué tan preparados estamos”, sin miedos ni sesgos de confirmación. Siendo honestos y jugando con la verdad crítica. Con la ayuda de una mirada externa.
- Una métrica de riesgo que mida “qué tanto evitamos el golpe si no funciona” y cómo adaptarnos a esos nuevos riesgos. El riesgo tiene que enseñarnos porque pasarte, te va a pasar.
- Una métrica de relación que mida “qué tan bien tratamos a esta persona”, cómo la cuidamos, cómo responde.
Cuando esas tres métricas se retroalimentan y están conectadas con los datos que se gobiernan, la estrategia diferencial está en marcha.
Así la toma de decisiones deja de ser puro teatro y se vuelve gimnasia de resistencia y mantenimiento. La cultura deja de celebrarse con pósters y mails personales para aparecer en la agenda real de cada semana.
Y esto de adquirir habilidades para el uso sensible de los datos de repente es un problema y duele. Claro que duele, porque un gobierno responsable de los datos exige verdad, consciencia, agilidad y valentía.
No son palabras bonitas para una slide, son habilidades y fuerzas de acción que se ganan con práctica y con roces y con equivocaciones. Las organizaciones, como las personas, prefieren la comodidad del sofá o el algoritmo previsible. Igual ya no sirve.
Duele pero la alternativa es peor porque es seguir segmentando personas inertes y estáticas (sujetos) mientras las relaciones vivas cambian de forma frente a nuestras narices (predicados), y seguir celebrando proyectos “perfectos”que llegan tarde a un mundo que tomó decisiones sin pedirnos permiso.
De copiar a la competencia a innovar desde el dato con la mirada 3Ps y la relación como nuevo formato de organización
El costo del ensayo ya no es opcional. El costo del error es más alto cuando no se ensaya. Así que la única salida digna es experimentar con sentido y con estándares, no con ocurrencias o mejoras de negocio desde la experiencia de otros.
Si todo es dato, las preguntas que surgen hoy son qué conversaciones o datos me faltan, qué nuevas ideas merecen nuestra atención y qué pequeñas decisiones tomadas hoy escalarán para convertirse en grandes oportunidades mañana.
Ahí las 3Ps se vuelven brújulas y su relación permite establecer una organización moderna y capaz de asumir una realidad exponencialmente incierta. Planifica una reunión al mes para Predecir con evidencias investigadas y recogidas.
Mantener una cadencia trimestral para Prevenir con foco, y que ayude a decidir la puesta en marcha o una sesión diaria para Personalizar con responsabilidad y eficiencia, porque cada interacción es una oportunidad de relación y cada relación es un activo que se fortalece en el tiempo.
Cuando esa ecuación se formula, la estrategia deja de ser un PDF y se convierte en una forma de estar en el mundo, donde la tecnología no es tendencia sino extensión de una ética de negocio que pone en el centro del tablero del juego comercial a las relaciones con los consumidores y a los estilos de vida.