Hipotiroidismo: síntomas, causas, diagnóstico, tratamiento y vida diaria
El hipotiroidismo es una de las alteraciones hormonales más frecuentes, especialmente en mujeres a partir de los 40 años. Aunque sus síntomas —cansancio, piel seca, aumento de peso o dificultad para concentrarse— pueden confundirse con el ritmo de vida o el estrés, detrás puede haber un desequilibrio de la glándula tiroides.
Este artículo ha sido revisado con la colaboración de la Dra. Iris De Luna, especialista en Endocrinología en el Centro Médico Viacare de Madrid, a quien agradecemos su aportación y experiencia clínica.
¿Qué es el hipotiroidismo?
El hipotiroidismo aparece cuando la glándula tiroides produce menos hormonas de las que el cuerpo necesita. Esas hormonas se llaman T4 libre (tiroxina libre) y T3 libre (triyodotironina); regulan el ritmo de muchos órganos (corazón, intestino, cerebro, piel, músculos).
Cuando faltan, todo va más lento: el metabolismo, la energía y, a menudo, el estado de ánimo.
- La forma más habitual es el hipotiroidismo primario, donde el problema está en la tiroides.
- Más raramente, el origen está en el cerebro (hipófisis/hipotálamo) y hablamos de hipotiroidismo central.
Síntomas y signos
No todas las personas tienen los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Lo típico es un conjunto de señales de enlentecimiento del cuerpo:
- Cansancio persistente y somnolencia.
- Intolerancia al frío, piel seca, pelo quebradizo y uñas frágiles.
- Aumento de peso leve o dificultad para perderlo, incluso comiendo igual.
- Estreñimiento, sensación de digestión lenta.
- Ánimo bajo, irritabilidad, dificultad de concentración o “mente nublada”.
- Reglas irregulares o más abundantes; a veces cambios en la fertilidad.
- Bocio (tiroides aumentada) en algunos casos.
En el hipotiroidismo central los síntomas pueden mezclarse con los de otros déficits hormonales, por lo que el enfoque diagnóstico es distinto.
Causas de hipotiroidismo
El porqué importa, porque orienta el tratamiento y el seguimiento.
Autoinmune (la más frecuente)
- Tiroiditis de Hashimoto: el sistema inmunitario daña progresivamente la tiroides y reduce su capacidad para producir hormonas. Suele acompañarse de anticuerpos anti-TPO (antiperoxidasa).
Posterapéutico
- Tras cirugía tiroidea o RAI (radioyodo) por hipertiroidismo o nódulos: al retirar o “apagar” tejido tiroideo, puede ser necesario reponer hormona de por vida.
Déficit o exceso de yodo
- Con sal yodada es raro el déficit en nuestro entorno, pero el exceso (por algas o suplementos) también puede alterar la función tiroidea.
Fármacos
- Algunos medicamentos (p. ej., amiodarona, litio, interferón, determinados antineoplásicos) pueden inducir hipotiroidismo.
Tiroiditis posparto / subaguda
- Tras una fase de tirotoxicosis (exceso transitorio de hormona) puede aparecer un hipotiroidismo temporal.
Hipotiroidismo central
- Problemas en hipófisis/hipotálamo (tumores, cirugías o radioterapia) reducen la señal (TSH) que ordena a la tiroides producir hormonas.
Congénito
- Se detecta en recién nacidos mediante el cribado neonatal universal (prueba del talón) y se trata de forma precoz.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se apoya en síntomas y analíticas:
- TSH alta y T4 libre baja → hipotiroidismo clínico (manifiesto).
- TSH (hormona estimulante del tiroides) es la señal que envía la hipófisis a la tiroides; si la tiroides no responde, la TSH sube para estimularla.
- TSH alta con T4 libre normal → hipotiroidismo subclínico (más leve).
- Hipotiroidismo central: TSH baja o normal con T4 libre baja (la señal desde el cerebro falla).
- Anticuerpos tiroideos (anti-TPO, a veces anti-tiroglobulina) ayudan a confirmar enfermedad de Hashimoto.
- Otras pruebas según el caso: ecografía si hay bocio o nódulos, perfil lipídico, hemograma (para ver anemia), etc.
La interpretación de TSH y T4 libre se hace en conjunto con tus síntomas y otros datos clínicos.
Tratamiento y plan personalizado
El tratamiento de elección es reponer la hormona que falta con levotiroxina (T4 sintética), ajustando la dosis a cada persona.
Levotiroxina: cómo tomarla bien
El objetivo es normalizar la TSH y la T4 libre y que te sientas bien. Para que el fármaco se absorba correctamente:
- En ayunas, con un vaso de agua, 30–60 minutos antes del desayuno.
- Alternativa válida: por la noche, 3–4 horas después de cenar (estómago vacío).
- Separa 4 horas la levotiroxina de hierro, calcio, antiácidos, suplementos de magnesio, soja/fibra muy abundante o café muy cargado: interfieren en la absorción.
- Tómala siempre igual (misma hora y condiciones) para dosis estables.
- Si olvidas una dosis, no dupliques al día siguiente; sigue la pauta habitual y consulta si olvidas con frecuencia.
Ajuste de dosis
- Se hace de forma gradual, especialmente en mayores o en personas con problemas cardíacos.
- Tras iniciar o cambiar dosis, se repite analítica a las 6–8 semanas (tiempo que tarda la TSH en estabilizarse).
- Una vez estable, controles cada 6–12 meses o antes si cambian el peso, medicación o hay embarazo.
Hipotiroidismo subclínico: ¿siempre hay que tratar?
No siempre. Se valora caso a caso. Suele recomendarse tratar si:
- TSH ≥ 10 mUI/L de forma persistente.
- Embarazo o deseo gestacional.
- Síntomas claros atribuibles al hipotiroidismo.
- Anticuerpos positivos (Hashimoto) y/o alteraciones de colesterol u otros factores de riesgo.
Embarazo y posparto
Durante el embarazo aumentan las necesidades de hormona tiroidea. Si ya tomas levotiroxina:
- Suele requerirse subir dosis (tu equipo te dirá cuánto y cuándo).
- Objetivo: mantener T4 libre en rango y TSH acorde a cada trimestre.
- Ideal: revisar la dosis antes de buscar embarazo.
- Tras el parto se reajusta a la dosis previa y se vigila la tiroiditis posparto si hubiera síntomas.
Hipotiroidismo central
Aquí la TSH no guía bien el ajuste. El objetivo es mantener una T4 libre en rango que te haga sentir bien. El seguimiento lo personaliza Endocrinología.
Suplementos y productos “naturales”
- Evita algas o suplementos con yodo alto sin indicación médica.
- No te automediques con productos de “tiroides natural” o extractos animales: la dosis es impredecible y pueden ser peligrosos.
- En algunos casos seleccionados el endocrino valora selenio u otros suplementos, pero no son sustitutos de la levotiroxina.
Complicaciones si no se trata
El hipotiroidismo no controlado puede favorecer:
- Hipercolesterolemia y mayor riesgo cardiovascular.
- Problemas de fertilidad y complicaciones durante el embarazo.
- Trastornos del ánimo, problemas de memoria y calidad de vida reducida.
- En casos excepcionales y graves: coma por mixedema (situación de urgencia vital).
La buena noticia: con tratamiento correcto, estas complicaciones se previenen.
Vida diaria: dieta, ejercicio y otros consejos
El tratamiento no es sólo la pastilla: tus hábitos marcan la diferencia.
- Alimentación tipo mediterránea: verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva, frutos secos y pescado.
- Sal yodada con normalidad; evita excesos de yodo (algas, suplementos) sin indicación.
- Ejercicio regular para mantener peso y ánimo.
- Adherencia: pon recordatorios para no olvidar la toma; si cambias de marca o formulación, avisa al equipo y revisa analíticas.
- Lleva un listado de tus medicinas y suplementos para espaciar correctamente los que interfieran con la levotiroxina.
Seguimiento y pronóstico
Con una dosis bien ajustada de levotiroxina y revisiones periódicas, la mayoría de pacientes lleva una vida completamente normal. Es importante avisar al equipo si:
- Cambias peso de forma significativa (sube o baja).
- Inicias nuevos fármacos o suplementos relevantes.
- Aparecen síntomas que sugieren exceso (palpitaciones, nerviosismo) o defecto (cansancio, frío).
El hipotiroidismo es frecuente y tiene tratamiento eficaz. Tomar bien la levotiroxina, ajustar la dosis con analíticas y cuidar tus hábitos devuelve la energía, protege tu corazón y mejora tu bienestar. Ante dudas, lo más seguro es consultar y no modificar la medicación por