La gobernanza de la IA, un reto para los consejos y la alta dirección - Asociación Española de Directivos

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La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una prioridad estratégica para las empresas, pero su incorporación sigue planteando grandes desafíos. Aunque el 90% de los empleados ya utiliza herramientas de IA a nivel individual, solo una de cada cuatro compañías ha logrado escalar su adopción con éxito. Esta fue una de las principales conclusiones del webinar Gobernanza de la IA: responsabilidades y brechas de conocimiento en el consejo y la alta dirección, organizado por la Asociación Española de Directivos (AED) con la participación de Aleix Valls, CEO y cofundador de WeArtificial y director académico de la iniciativa AED Factor ‘IA’.

Valls, reconocido experto en transformación digital e innovación, advirtió que las empresas “no pueden esperar a que la tecnología madure”. A diferencia de la revolución digital, la IA “es una tecnología magmática, en constante cambio”, que exige una toma de decisiones más rápida y estratégica. Para el experto, la gobernanza de la IA debe apoyarse en tres pilares: control, dirección y agilidad.

El control permite gestionar los riesgos derivados de una adopción desordenada. La dirección estratégica, por su parte, implica situar la IA al servicio de la estrategia empresarial, y no limitarla a la eficiencia operativa. Finalmente, la agilidad es esencial para que la organización pueda adaptarse al ritmo vertiginoso del cambio tecnológico.

Un asunto del negocio, no solo de tecnología

Valls insistió en que la IA no puede abordarse únicamente desde los departamentos de sistemas. Por eso, marketing, operaciones o finanzas deben implicarse en la definición de objetivos y proyectos. Además, recordó que la IA hereda los sesgos de Internet, y que “el verdadero reto está en asegurar que esos sesgos no entren en conflicto con los valores culturales de la empresa”.

El papel del consejo y la dirección general

Según Valls, el Consejo de Administración debe actuar en dos planos. Primero, el de la supervisión, garantizando que el uso de la IA sea responsable, conforme a los principios éticos y sin poner en riesgo la seguridad ni la privacidad de los datos. Y segundo, el de la orientación estratégica, anticipando cómo transformará la IA los modelos de negocio, la cadena de valor y la competitividad del sector.
“El consejo debe incorporar el estado de la IA en su agenda de forma regular”, afirmó.

Para los CEOs, el desafío es aún más profundo. Valls alertó de que muchos líderes adoptan una visión “cortoplacista”, centrada en los beneficios en eficiencia o productividad. “Pensar que la IA solo sirve para ahorrar costes es un error; el reto está en integrarla en el modelo de negocio y en la estrategia”, apuntó.

Cerrar las brechas de conocimiento

Valls identificó tres brechas que obstaculizan la adopción responsable de la IA: la conceptual (falta de comprensión real de la tecnología), la estratégica (visión limitada a la eficiencia) y la cultural (miedos y resistencias internas). A su juicio, muchas formaciones actuales son “demasiado técnicas o futuristas”, y no ofrecen herramientas concretas para la toma de decisiones.

Con ese diagnóstico, AED ha impulsado junto a Valls el programa Factor ‘IA’, diseñado para ayudar a consejeros y directivos a comprender cómo incorporar la inteligencia artificial en sus planes estratégicos y en la gestión real del negocio. Su objetivo: ofrecer una formación práctica y accionable, que traduzca la complejidad tecnológica en decisiones efectivas de gobierno corporativo.

“Las empresas son personas”, concluyó Valls. “Los empleados ya han decidido que la IA mejora su día a día; ahora corresponde a los líderes acompañarlos en ese cambio”. Una advertencia y, al mismo tiempo, un recordatorio de que la gobernanza de la IA no es solo un deber técnico, sino una nueva dimensión del liderazgo empresarial.

Más información sobre la iniciativa de upskilling en IA para liderar con visión y criterio en: https://asociaciondedirectivos.org/factor-ia/

Recapiti
Raúl Lozano