Desafío de liderazgo en la era AI agentic - Magazine Community of Insurance

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Resumen ejecutivo en español para nuestros lectores

  1. El desafío del liderazgo en la era agentic

El informe The Big Rethink plantea que los líderes empresariales enfrentan una disyuntiva histórica ante la irrupción de la inteligencia artificial agentic: sistemas capaces de actuar autónomamente, ejecutar procesos complejos y tomar decisiones multietapa. Este tipo de IA promete transformar radicalmente el trabajo del conocimiento, pero también genera incertidumbre y visiones contrapuestas —desde la utopía de la productividad hasta el temor al desplazamiento laboral masivo—.

McKinsey invita a los CEO a despojarse del ruido y la emoción para analizar los hechos con pensamiento crítico. La velocidad del cambio tecnológico no puede ser excusa para la inacción; las decisiones tomadas hoy moldearán el futuro del trabajo por generaciones. Por ello, la consultora lanza la iniciativa “Enterprise AI Dialogue”, destinada a crear un espacio de reflexión práctica entre líderes empresariales, tecnológicos y académicos sobre cómo dirigir organizaciones en esta nueva era.

El texto propone una agenda de seis puntos para CEOs, orientada a convertir la disrupción en ventaja competitiva sostenible: redefinir el trabajo, recalibrar la ventaja competitiva, reimaginar el valor, reconfigurar los flujos de trabajo, rediseñar la organización y fomentar una cultura de aprendizaje continuo.

  1. Reconfigurar el trabajo y la competitividad

El primer pilar del informe es la transformación del trabajador del conocimiento. La IA agentic no sustituirá únicamente tareas rutinarias, sino también actividades tradicionalmente humanas como el juicio, la creatividad o la orquestación de procesos. Las empresas deberán rediseñar roles, responsabilidades y estructuras de colaboración éticas y efectivas entre humanos y agentes.
El talento pasará a gestionarse por habilidades dinámicas más que por funciones estáticas, con aprendizaje continuo para compensar la rápida obsolescencia de las competencias.

En paralelo, McKinsey advierte sobre la erosión de las barreras competitivas tradicionales. A medida que los costos bajan y las capacidades de la IA aumentan, los nuevos jugadores podrán desafiar a los incumbentes con una velocidad sin precedentes. La propiedad intelectual y la experiencia institucional dejarán de ser suficientes. La clave estará en recalibrar las fuentes reales de ventaja competitiva —datos, tecnología, cultura y capacidades transversales—, así como en fortalecer los aspectos humanos de identidad y pertenencia que la IA no puede replicar.

  1. Redefinir el valor y los modelos operativos

El tercer componente del marco es la reimaginación del valor. La IA agentic no debe verse solo como una herramienta de eficiencia, sino como un catalizador de innovación y diferenciación. Las compañías que se limiten a “pensar dentro de la caja” corren el riesgo de quedar fuera de las grandes oportunidades de la próxima década.
El reto es anticipar cómo cambiará el comportamiento del cliente empoderado por sus propios agentes de IA, y cómo aprovechar las capacidades de esta tecnología para resolver problemas imposibles o crear nuevos modelos de negocio.

Sin embargo, el valor no se genera por la simple adopción de herramientas. El informe subraya que el 80 % de las organizaciones que utilizan IA generativa no observa impacto financiero significativo, porque implementan pilotos dispersos sin rediseñar procesos de extremo a extremo. La recomendación es pasar de implementaciones horizontales (copilotos, chatbots) a despliegues verticales, integrando la IA profundamente en los flujos de trabajo clave para lograr un salto en productividad y valor.

  1. Hacia organizaciones agentic: cultura, estructura y aprendizaje

La cuarta y quinta partes de la agenda apuntan a rediseñar la empresa misma. McKinsey prevé el surgimiento de “organizaciones agentic”, más planas, rápidas y fluidas, donde pequeños equipos multifuncionales combinen visión de producto, ingeniería y experimentación continua. El foco dejará de estar en la gestión funcional y se moverá hacia modelos orientados a resultados, en los que la rendición de cuentas humana y la velocidad de los agentes se complementen en lugar de enfrentarse.

El último componente es desarrollar una “superpotencia de aprendizaje”. En un entorno de innovación vertiginosa y costos marginales casi nulos del conocimiento, el éxito dependerá de cuán rápido aprenda la organización. Esto exige una cultura de prueba, aprendizaje y adaptación, respaldada por infraestructuras tecnológicas escalables y flexibles —como arquitecturas de IA malladas y despliegues multicloud—. La organización que aprenda más rápido que sus competidores obtendrá una ventaja sostenida.

Conclusión: Liderar con audacia y responsabilidad

El mensaje final del informe es inequívoco: la IA agentic no es una opción, es una inevitabilidad. Los CEO no pueden delegar su liderazgo en esta transformación; deben involucrarse personalmente, adquirir fluidez tecnológica y lanzar al menos una transformación integral impulsada por IA.

McKinsey llama a una nueva forma de liderazgo: valiente, adaptable y ético, capaz de equilibrar autonomía y control, velocidad y responsabilidad. El propósito no debe ser solo la eficiencia o el beneficio a corto plazo, sino la construcción de prosperidad y confianza sostenibles.

La era agentic redefine el papel del líder: no como gestor de recursos, sino como arquitecto del aprendizaje y la responsabilidad colectiva. Aquellos que abracen esta agenda con visión y coraje estarán mejor preparados para prosperar en la próxima década de transformación tecnológica.

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