Diversificación en las carteras de inversión

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Hace apenas unos días, los inversores recibieron un recordatorio tan simple como contundente: la diversificación sigue siendo la mejor defensa frente a la incertidumbre. Todo comenzó con un tuit del presidente de Estados Unidos insinuando nuevas subidas de aranceles a productos chinos. Bastó ese mensaje para desatar una oleada de ventas, la más intensa desde abril, seguida de un rebote que dejó a muchos sin entender qué había pasado.

El episodio expuso una realidad incómoda: la excesiva concentración de las carteras en torno a la inteligencia artificial ha dejado al mercado sin amortiguadores. En otras palabras, la IA se ha convertido en el nuevo “todo o nada”.

La vieja sabiduría sigue vigente

“Nunca pongas todos los huevos en la misma cesta”. Un consejo tan antiguo como eficaz, pero que muchos inversores modernos parecen haber olvidado. En 2025, mientras la narrativa tecnológica domina titulares y carteras, la diversificación ha sido relegada al fondo del cajón, justo cuando más se la necesita.

Durante meses, la historia parecía escrita: la inteligencia artificial era el motor del crecimiento, las grandes tecnológicas eran imparables y los activos defensivos parecían obsoletos. Pero el reciente temblor demostró lo contrario: sin un cinturón de seguridad, el viaje hacia el futuro puede ser mucho más accidentado.

La concentración tiene un precio

Las grandes empresas de semiconductores y tecnología siguen mostrando resultados sólidos, pero incluso ellas no son inmunes a los shocks externos. Cuando un solo tuit, conflicto o cambio de política puede alterar los precios globales, la concentración se convierte en una vulnerabilidad.

Un informe reciente lo confirma: las estrategias “defensivas” tradicionales no siempre protegen. Los fondos de baja volatilidad pierden, en promedio, un 60% de lo que cae el mercado en recesiones, y en los peores días pueden hacerlo incluso más. ¿Por qué? Porque, cuando todo se mueve en la misma dirección, las correlaciones aumentan y la defensa desaparece.

La llamada “calidad”, basada en balances sólidos y baja deuda, tampoco garantiza refugio inmediato. Estas compañías tardan semanas en estabilizarse tras un shock. Y las empresas de gran capitalización, históricamente consideradas seguras, hoy están tan expuestas a la tecnología que ya no ofrecen el blindaje de antaño.

Un entorno monetario más incierto

La dispersión de políticas entre bancos centrales añade otra capa de volatilidad.

  • EE.UU. y el Reino Unido ya iniciaron recortes de tipos.
  • El BCE se muestra prudente.
  • Japón, en cambio, sigue endureciendo.

El resultado: curvas de rendimiento más empinadas, tipos reales volátiles y una deuda soberana que ha perdido parte de su papel como refugio. A eso se suman las tensiones fiscales en Europa y el cierre parcial de la Administración estadounidense, que amenaza con extenderse hasta fin de año.

El mensaje es claro: apostar por una sola clase de activo ya no tiene sentido.

Diversificar para resistir

Diversificar no significa conformarse con rendimientos mediocres. Significa construir una cartera que pueda resistir los inevitables sobresaltos del mercado. Como dicen los gestores institucionales: “la esperanza no es una estrategia.”

Invertir únicamente en IA, en el dólar o incluso en el oro (que superó los 4.200 dólares por onza) puede funcionar… hasta que deja de hacerlo. Los últimos veinte años demuestran que los ciclos se alargan y los errores se pagan más caro.

Estrategia Tressis: equilibrio con propósito

En Tressis, mantenemos una postura neutral en renta variable, a la espera de mayor claridad sobre crecimiento e inflación.

  • En divisas, mantenemos cobertura parcial frente al dólar para mitigar movimientos bruscos.
  • En renta fija, preferimos duraciones medias: los tramos cortos han perdido atractivo y los largos no compensan el riesgo de volatilidad.
  • Y en los perfiles más conservadores, mantenemos exposición al oro como parte de una estrategia prudente.

La clave es una diversificación calibrada, que se adapta a cada perfil y momento de mercado.

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Estamos a su lado para resolver sus dudas, analizar su cartera y proponerle soluciones a medida.

El temblor de la semana pasada fue un aviso, no una crisis. Pero dejó claro algo fundamental: si un solo tuit puede desatar ventas masivas, tu cartera necesita más de una línea de defensa.

La diversificación no garantiza beneficios, pero sí aumenta las probabilidades de sobrevivir —y prosperar— en entornos inciertos.
Porque, como ha quedado demostrado, la volatilidad no se ha ido… solo estaba esperando su turno.

Y cuando vuelva, más vale que los huevos estén repartidos en varias cestas.

Jorge González Gómez
Director de Análisis
Recapiti
Armando