El informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ofrece las previsiones más actualizadas sobre el despliegue global de energías renovables hasta 2030.
Según este estudio, la capacidad eléctrica renovable mundial se duplicará en los próximos cinco años, con un incremento de 4.600 GW, equivalente a sumar toda la potencia instalada de China, la Unión Europea y Japón. La energía solar fotovoltaica representará casi el 80% de este crecimiento, seguida por la eólica, la hidroeléctrica, la bioenergía y la geotérmica.
A pesar del contexto económico incierto, el avance de las renovables sigue siendo robusto. En 2025 se espera un nuevo récord de instalación con más de 750 GW, impulsado por la caída de costes, la mejora en la aceptación social y la rapidez de los procesos de tramitación. No obstante, el informe advierte que la previsión global se ha revisado un 5% a la baja respecto a la edición anterior, debido a cambios regulatorios en Estados Unidos —reducción de incentivos fiscales y restricciones a nuevos proyectos— y a la transición de China hacia subastas competitivas que pueden reducir la rentabilidad de las inversiones. Pese a ello, China seguirá aportando cerca del 60% de la expansión mundial y podría alcanzar sus objetivos de 2035 cinco años antes de lo previsto.
El crecimiento más dinámico se espera en India, Europa y las economías emergentes, donde las políticas de apoyo, los acuerdos corporativos de compraventa de energía y la mejora del marco regulatorio estimulan las inversiones. En la Unión Europea, el incremento de grandes proyectos solares compensa el menor avance de la eólica marina. En Oriente Medio y el norte de África, Arabia Saudí lidera una expansión solar sin precedentes.
El informe destaca, sin embargo, importantes desafíos estructurales. Las cadenas de suministro siguen concentradas: más del 90% de la producción de componentes críticos para solar y eólica se mantiene en China. Además, la creciente participación de fuentes variables como la solar y la eólica —que generarán el 30% de la electricidad mundial en 2030— plantea retos de integración en los respectivos sistemas eléctricos y exige inversiones masivas en redes, almacenamiento y flexibilidad.
Según la AIE, las renovables evitaron ya importaciones equivalentes a 1,3 billones de dólares en carbón y gas desde 2010, reforzando la seguridad energética mundial. No obstante, si los países desean cumplir el compromiso de la COP28 de triplicar la capacidad renovable global antes de 2030, deberán acelerar los permisos, reducir la incertidumbre regulatoria y aumentar la inversión en infraestructura eléctrica.