Yegua es un espectáculo multidisciplinar de flamenco contemporáneo que bebe de la fuerza poética de Federico García Lorca para rendir homenaje a la figura de la mujer y su inagotable simbolismo. Aunque algo más hay. Inspirada en la imagen del caballo, la pieza explora las jerarquías, los impulsos y las tensiones que atraviesan tanto el cuerpo como el alma. En escena, cante, música en directo, danza y teatro se entrelazan en un diálogo constante que trasciende los límites de cada disciplina, dando lugar a un universo escénico tan bello como intenso, donde la palabra lorquiana resuena con una actualidad que nos duele cerca.
En el corazón de la pieza que galopa en Nave 73, late la imagen del caballo, emblema de deseo, poder y libertad en la obra de Lorca. Pero esta vez, la mirada se posa sobre la yegua, figura femenina que encarna la contención, el instinto y la fortaleza. Desde ahí, el espectáculo lanza una pregunta esencial: ¿qué sucede cuando una yegua abandona la manada? Y la responde con el cuerpo, la voz y la música como lenguajes de liberación.
En Yegua, también resuenan los ecos de grandes nombres de mujeres lorquianas que vamos a reconocer al instante, figuras que, pese a haber nacido en otro tiempo, siguen convocadas con una intensidad que nos interpela hoy. La pieza nos recuerda que los deseos, las luchas y las heridas de aquellas no nos quedan tan lejos. Su unión emerge como un gesto de resistencia y de cuidado, un refugio frente a las normas, habladurías y estándares sociales que buscan domesticarlas. Así, logratejer un puente entre el pasado y el presente, entre las voces silenciadas y las que siguen reclamando su lugar, recordándonos que la libertad, como el arte, es una llama que nunca deja de arder y de intentar apagarse.
Por otro lado, la obra se adentra en los pliegues del tiempo, la memoria y la identidad femenina con una fuerza que desarma. Con una interpretación física y emocionalmente arrolladora, el elenco, formado por Helena Kaittani, Cinta Ramírez, Jess Estévez y Fran Agudo, nos invita a transitar por los territorios del deseo, la violencia y la rebeldía. La dramaturgia y dirección, precisas y arriesgadas, de Lydia Aranda construyen un lenguaje escénico donde la palabra se mezcla con la danza y la imagen, dando lugar a una propuesta de una potencia visual extraordinaria.
En Yegua, el trabajo corporal del elenco alcanza una pasión poco común: cada movimiento, cada respiración, se convierte en un lenguaje propio, tan físico como emocional. Las intérpretes transitan con una entrega absoluta por un viaje que va del pasado al presente, desde la herida hasta la reivindicación.
El trabajo de Lydia Aranda es sencillamente admirable: una creadora que entiende el cuerpo, la palabra y el ritmo como un todo orgánico y vibrante. Su propuesta abraza un pulso tan contemporáneo como histórico, donde la raíz flamenca dialoga con una sensibilidad actual que emociona y despierta. Aranda demuestra una madurez artística que anuncia una voz propia, firme y altiva dentro de la escena contemporánea. ¡Disfrutémosla!
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