Los nuevos códigos masculinos: salud, disciplina y fe en la era de Marcos Llorente

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Los nuevos códigos masculinos: salud, disciplina y fe en la era de Marcos Llorente

Por Paula Cañas · Consultora de comunicación en GAD3.

Durante años, hablar de espiritualidad entre los jóvenes sonaba a algo lejano, casi ajeno. Pero algo está cambiando, en el caso de España, este crecimiento es ligeramente mayor en los hombres. Aunque el perfil más habitual del joven creyente sigue siendo femenino, con una media de 24 años, en España la espiritualidad está creciendo sobre todo entre los chicos. Una tendencia discreta, pero significativa, que convive con un fenómeno más visible: el culto al bienestar físico y mental.

  • Un cambio generacional

La Generación Z está marcando distancia con los modelos de ocio y comportamiento de etapas anteriores. Frente al exceso o la desconexión, muchos jóvenes hoy reivindican la vida ordenada y saludable: cuidar el descanso, entrenar, comer bien, reducir el consumo de alcohol y prestar atención a la salud mental. Los datos lo confirman. Según la última encuesta ESTUDES 2025 del Ministerio de Sanidad, el consumo de tabaco, alcohol y cannabis entre adolescentes ha caído a mínimos históricos. Solo un 4 % fuma a diario y poco más de la mitad reconoce haber bebido alcohol en el último mes, los niveles más bajos desde que existen registros. No es solo una moda “healthy”. Detrás late un cambio más profundo: el autocuidado se ha convertido en una forma de afirmarse y de recuperar control en un entorno que se percibe incierto.

  • El club de los chicos

El ejemplo de Marcos Llorente simboliza bien este fenómeno. Su imagen (centrada en la disciplina, el rendimiento natural y la salud integral) ha dado pie a una especie de “club de chicos” que comparten rutinas, suplementos y una misma narrativa: cuerpo cuidado, mente despejada, energía alta. En ese universo, lo físico y lo espiritual se entrelazan. El gimnasio sustituye al templo, la meditación al rezo, la dieta al sacrificio. Y, en el fondo, todo responde a un mismo impulso: buscar orden, propósito y trascendencia en medio del caos contemporáneo.

  • Espiritualidad como reacción a la posmodernidad

Este giro hacia lo espiritual, ya sea a través del cuerpo, la mente o el bienestar, puede leerse como una reacción frente a la posmodernidad. Tras décadas de relativismo, hiperconexión y ruido digital, los jóvenes parecen reclamar una verdad más estable, una forma de anclarse en algo tangible. Si todo cambia demasiado rápido, el cuerpo y la salud se convierten en la única certeza.

  • Nuevas presiones, viejas lógicas

Sin embargo, este movimiento también arrastra contradicciones. Hoy los hombres jóvenes sienten sobre sí una presión física y estética que antes recaía casi exclusivamente sobre las mujeres. El ideal masculino se redefine, pero sigue siendo exigente: fuerte, disciplinado, saludable, siempre en control. La frontera entre bienestar y autoexigencia es cada vez más difusa. Lo que empieza como búsqueda de equilibrio puede terminar derivando en obsesión por el rendimiento o la perfección.

  • Cuerpo, fe y propósito

En el fondo, este cambio revela una búsqueda común: la de una generación que intenta encontrar sentido y pertenencia en una época marcada por la fragmentación. Ya no se trata tanto de religión como de coherencia. De fe institucional a fe personal. De dogmas a hábitos. Y quizá ahí esté la paradoja de nuestro tiempo: en una sociedad que parecía haber dejado atrás lo trascendente, lo espiritual regresa disfrazado de disciplina, salud y propósito.

Recapiti
maria.martin