TAV del Mediterráneo: ellos lo han conseguido

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Cuentan las crónicas que hace 20 años, en 2005, se conoció el Informe Van Miert donde la Comisión Europea, con el consentimiento del Gobierno de España, excluía como obra prioritaria de la Alta Velocidad española el denominado Corredor Mediterráneo entre Almería y Port-Bou. Como una reacción en cadena, ante lo que consideraron una injusticia histórica y un gran error estratégico, se inició entonces en la fachada mediterránea una batalla ciudadana liderada por empresarios, con la Asociación Valenciana de Empresarios a la cabeza, además de académicos, agentes sociales y el apoyo de los medios de comunicación, estableciendo una alianza para revertir de raíz esta situación que fraguó en la Plataforma #QuieroCorredor.

El Corredor Mediterráneo no es una obra menor, pues son cerca de 1.000 kilómetros a lo largo de la abrupta costa mediterránea con la pretensión, además, de contar con doble vía en ancho internacional para pasajeros y doble vía en ancho Renfe para trenes regionales y mercancías. Los promotores de esa Plataforma mediterránea sabían que las vías ferroviarias no se construyen con declaraciones, promesas y mensajes de autobombo. Los ferrocarriles solo se construyen con gestión, con proyectos, con obras y con financiación pública. Durante estos años los integrantes de la Plataforma han sido perseverantes, exigentes e inconformistas. Y exigieron a Gobiernos de uno y otro signo que atendieran sus reivindicaciones. Decenas de actos, incluso en Madrid donde acudían cientos de empresarios, anuncios en prensa y en televisión denunciando la situación y, sobre todo, un escrutinio milimétrico del avance de los proyectos y de las obras, lograron que se movilizasen el Ministerio de Transportes y el ADIF. Como ellos mismos declararon: “cuando las instituciones fallan, la sociedad organizada puede cambiar el curso de los acontecimientos”. Tras estos años de reivindicaciones, la Plataforma #QuieroCorredor va a dar por concluidos sus trabajos al comprobar que las obras de todo el recorrido, entre Almería y Port Bou, pasando por Andalucía, Murcia, Valencia y Cataluña ya están al final del túnel. Ellos sí lo han conseguido.

Como ya hemos denunciado en anteriores ocasiones, el Corredor Navarro de Alta Velocidad se convirtió en el hermano pobre de la Red de Alta Velocidad Española. Cerca de 20 años para construir el tramo de 60 kilómetros entre Castejón y Campanas, y dejarlo con una vía en ancho Renfe, no parece un gran logro. No obstante, puede que algo se esté moviendo. La constitución de la Plataforma PRO-TAV en Navarra el pasado mes de marzo y el reconocimiento de su eficacia por el propio Gobierno de Navarra debiera ser el punto de no retorno para cambiar por completo la vivido hasta ahora. Si como muestra vale un botón, hace escasos días ADIF sacó a concurso el proyecto de construcción para extender la vía del TAV desde Campanas hasta Echavacoiz, más la infraestructura inferior de la nueva Estación de Pamplona. Esto no sería especialmente relevante si no fuese porque esta licitación del MITMA-ADIF se ha adelantado en más de un año sobre el calendario que se podía prever. En este caso, una buena noticia. No hay manera de recuperar todos los años perdidos. Pero sí hay manera de acelerar todo lo muchísimo que queda por hacer. El Mediterráneo lo consiguió. Quizá nosotros lo consigamos.

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ana-yerro