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Esta frase, sin sentido aparente, en 2013 nos habría parecido una auténtica absurdez. Pero ahora, en 2025, es la definición de la corriente social que atravesamos, representada en todas las esferas de la cultura y filtrada en cada decisión que toma el algoritmo de TikTok por nosotros.
Todas las manifestaciones artísticas del momento luchan por ser (o parecer) lo más nicho posible, para conectar de manera profunda e intensa con la microcomunidad a la que aspiran llegar. Pero lo hacen, curiosamente, con intenciones grandilocuentes: sabiendo que conectar con una estrategia nicho es de hecho, lo más mainstream que pueden hacer. Y, a la vez, hacer algo descaradamente mainstream los alejaría de cualquier nicho. Sí, es un juego extraño. Una paradoja infinita.
Entonces nos preguntamos: si el nicho es el nuevo mainstream, ¿deja de ser nicho?
Más allá de la pregunta, como agencia creativa digital abordamos esta reflexión desde el punto de vista de la comunicación de marcas.
Microculturas: donde pasan las cosas de verdad
Lo más fascinante de las estrategias nichos actuales es que ya no son solo “subculturas”: son ecosistemas completos con humor propio, rituales, estéticas, vocabulario e incluso reglas de participación tácitas. Y, aunque sean pequeños, son intensos. Intensisimos. Lo suficiente como para determinar tendencias que luego vemos replicadas hasta en anuncios de televisión.
Y lo irónico es que, mientras las marcas aún intentan “entender a la Generación Z”, la Generación Z ya no existe como tal. Lo que existen son decenas de microuniversos que no tienen nada que ver entre sí: Gente ultra especializada en temas concretos, Fans absolutos de fenómenos, Comunidades obsesionadas, Microgrupos…
En estos espacios es donde se cuece lo nuevo. Lo genuino. Lo que tiene alma.
Las marcas que mejor funcionan no intentan ser del nicho: colaboran con él
Y esto no es postureo, es realidad: las campañas que más conectan son las que reconocen que el valor está en la comunidad, no en la marca.
La diferencia entre amplificar y apropiarse recae en sumar desde el respeto, dejar que los códigos sigan siendo de la gente y no exigir que todo se entienda fuera.
Una buena estrategia permite que el contenido en redes sociales llegue al público adecuado y se perciba como auténtico.
¿Y ahora qué con las estrategias nicho?
Lo interesante de todo este movimiento es que no es una moda: es un cambio estructural en cómo se forma la cultura. Más pequeño, más segmentado, más rápido y más profundo.
Y aquí viene la opinión personal: Creo que estamos entrando en una época en la que dejar de querer “gustar a todos” es lo más liberador que puede hacer una marca. Porque conectar con todos es imposible, y conectar con nadie es demasiado fácil.
El reto real está en encontrar ese nicho que de verdad te corresponde, no el que está de moda. Cuidarlo. Entenderlo. Aportarle. Y, poco a poco, convertirte en parte del tejido cultural que lo sostiene.
Si la estrategia nicho es el nuevo mainstream, entonces lo más mainstream que puedes hacer es elegir cuál es tu nicho y comprometerte con él. Una buena estrategia digital marca la diferencia. Y en Jirada, agencia de social media, podemos ayudarte a definir la tuya.
