La batalla por los chips

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En plena batalla por la hegemonía de la inteligencia artificial (IA), esta semana hemos conocido que Meta se estaría planteando usar los chips de Google (unidades de procesamiento tensorial, TPU) en su infraestructura para centros de datos. Meta es uno de los principales desarrolladores de modelos de IA y hasta ahora se basaba en el uso de las unidades de procesamiento gráfico (GPU) de NVIDIA, el estándar actual para entrenamiento e inferencia. Con la aparición de las TPU, no solo de Google sino también de Amazon, surge la oportunidad de diversificar el suministro de hardware y mitigar la dependencia casi total de NVIDIA. Están diseñadas específicamente para acelerar las cargas de trabajo y destacan por su alta eficiencia en tareas de entrenamiento modelos extensos de lenguaje (LLM) y por su coste reducido. El mercado tiende siempre a la eficiencia, así que es positivo que existan diferentes opciones y se democratice el acceso a infraestructura. Es el paso previo a una posible adopción masiva, lo que se conoce como paradoja de Jevons.

China, por un ecosistema alternativo de IA

También relacionado con los chips, los reguladores chinos han prohibido a ByteDance —propietaria de TikTok y de algún que otro LLM interesante— usar las GPU de NVIDIA para sus nuevos centros de datos. Según un informe de The Information, que cita a varios empleados, esta prohibición surge después de que la compañía china aumentara sus inversiones para asegurarse potencia de cómputo. Tal y como hemos ido contando estos meses, Pekín está centrando sus esfuerzos en reducir su dependencia tecnológica y en construir un ecosistema alternativo de IA.

Sanidad estadounidense

Si pasamos de la tecnología al sector sanitario, el presidente Trump ha afirmado que se opone a un plan que reformaría la Ley de Cuidado de Salud Asequible mediante la ampliación de subvenciones, que expiraban a finales de este año. En su lugar, sigue apostando por su concepto de sustituir las ayudas por pagos directos a los ciudadanos para que adquieran seguros de salud. Un toma y daca que está afectando a algunas compañías del sector como Molina Healthcare y Oscar Health.

Primeras lecturas en EE.UU.

En el plano macroeconómico no tuvimos apenas referencias ni en Asia ni en Europa. En EE.UU. sí; todavía están poniéndose a punto tras el cierre de la Administración, y destacaron los débiles pedidos de bienes duraderos excluyendo defensa (0,1% vs. 1.9% esperado), las menores peticiones de subsidios por desempleo (216.000 vs. 226.000), el débil PMI de Chicago (36,3 vs. 44,3) y la revisión de una décima a la baja del PIB estimado por la Fed de Atlanta (3,9% vs. 4,0%).

Estabilidad frágil

No vimos grandes cambios en el Libro Beige de la Reserva Federal. Nueve de los doce distritos reportaron poca variación en la actividad, dos mostraron desaceleración y uno registró un crecimiento modesto. El consumo general se debilitó con mayor intensidad, aunque los hogares de altos ingresos siguieron resistiendo mejor; algunos minoristas señalaron que el cierre parcial de la Administración afectó a las compras. El empleo cayó levemente y persistieron dificultades para contratar personal cualificado y trabajadores inmigrantes. Los precios subieron de forma moderada, con presiones alcistas principalmente por los aranceles en los sectores manufactureros y comerciales.

Las bolsas celebraron la víspera del Día Acción de Gracias con subidas importantes. Europa (Euro Stoxx 50 +1,48%, DAX +0,98%, Ibex 35 +1,36%) volvió a superar a Estados Unidos (S&P 500 +0,69%, Dow Jones 0,67%, Nasdaq 0,82%) y, por segunda sesión consecutiva, la gran mayoría de las empresas participaron en las subidas. Las rentabilidades de los bonos apenas se movieron y el oro se situó en los 4.200 dólares por onza, cada vez más cerca de los máximos de octubre. También rebotó, ligeramente, el mundo cripto. En los últimos meses llama la atención la divergencia de comportamiento entre Nasdaq y Bitcoin, cuya correlación histórica es alta:

Fuente: Apollo.

Y ya para acabar, como dato curioso, las raíces del Día de Acción de Gracias se remontan a 1621, cuando colonos de Plymouth, Massachusetts, compartieron una comida con la tribu nativa Wampanoag para celebrar una cosecha abundante. Aunque la festividad ha cambiado, hoy sigue siendo un momento muy yanqui de agradecimiento con amigos y familiares, así como una magnífica ocasión para seguir empeorando sus niveles de colesterol. Les dejo algunas referencias, que aunque no les van a servir de mucho en su día a día, sí harán las delicias de sus acompañantes durante esas largas cenas navideñas: el gasto promedio por persona los cinco días de celebración será de 235 dólares, necesitaríamos pasar diez horas seguidas corriendo en la cinta para quemar las 4.500 calorías que se consumen en una comida típica y se gastarán, en total, unos 1.200 millones de dólares en pavos. Brutal.

1001 días en el bienestar de un pavo de Acción de Gracias.

Fuente: El Cisne Negro (Nassim Taleb).

Feliz jueves.

Víctor Álvarez Sanz
Director de renta variable
Recapiti
Armando