Generación Zalpha y Halloween: Reprogramando una tradición

Compatibilità
Salva(0)
Condividi

Si Halloween ha pasado de ser una fiesta prestada a un fenómeno identitario, es porque la Generación Zalpha no celebra tradiciones: las reprograma.

De una tradición anglosajona a una cita imprescindible en España

Hace apenas dos décadas, Halloween era una rareza en España. En los 90, eran pocos los colegios o familias que organizaban fiestas de disfraces el 31 de octubre. Hoy, sin embargo, el panorama ha cambiado radicalmente: Halloween se ha convertido en un evento con fecha marcada en los calendarios, las familias compran chuches y disfraces y los niños y niñas salen a la calle con ilusión por tocar un timbre y decir: «truco o trato». Las tiendas decoran sus escaparates con calabazas, los parques temáticos baten récords de asistencia y los supermercados lanzan líneas de productos «terroríficos».

La globalización cultural, las redes sociales y el auge de plataformas como Disney Channel Netflix, que desde los 2000 popularizaron especiales de Halloween, hicieron el resto. Hoy, esta festividad ha dejado de ser una «importación americana» para convertirse en un ritual social y estético propio de las generaciones más jóvenes. Cada año crecen los datos de consumo en nuestro país: el gasto medio por persona alcanza los 83 €, y un 59% de la población celebra la festividad (según una encuesta de 2024 realizada por la Asociación Española de Consumidores a unas 2000 personas de toda España). Además, la venta de golosinas experimenta un gran pico en estas fechas, igual que los disfraces, que según datos de Data Ventures y compartidos por Walmart, los disfraces de los más pequeños y pequeñas representan más del 50%de las ventas totales de la temporada. 

De fiesta importada a espacio de expresión

Las generaciones cambian y, con ellas, las tradiciones. En España, la tradición del día de Todos los Santos sigue teniendo valor. Sin embargo, Halloween empieza a coger fuerza como tradición importada. Especialmente entre la generación Zalpha. Las nuevas generaciones no olvidan las tradiciones, pero las reinterpretan a su manera. Mientras los millennials, aunque adentrados en la temática de Halloween, mantienen las tradiciones y les dan una gran importancia, los Zalpha han reinventado Halloween y lo han hecho suyo.

Por eso, la festividad ha pasado de ser una simple excusa para disfrazarse a convertirse en un escenario de creatividad colectiva. Si en los 2000 predominaban los disfraces clásicos de vampiros o brujas, la evolución cultural y digital ha impulsado una reinterpretación mucho más libre.

La generación Zalpha no concibe Halloween solo como una tradición «de miedo», sino como una oportunidad de autoexpresión que no es concebida por otras generaciones. En TikTok Pinterest abundan los disfraces que mezclan referencias pop, moda y emociones personales: desde villanas de Disney reinventadas hasta personajes de series o reinterpretaciones irónicas de cualquier personaje de la cultura pop. Halloween, en este sentido, se ha estetizado: se celebra tanto en la calle como en el feed de Instagram.

Inspiración en scroll infinito

Las fuentes de inspiración de esta generación son digitales y, sobre todo, visuales. En octubre, los algoritmos de TikTok, Instagram y Pinterest se llenan de tutoriales de maquillaje, ideas de decoración y tendencias DIY. El hashtag #HalloweenMakeup acumula más de 2.300 millones de visualizaciones en TikTok.

La creatividad ya no se mide solo por el disfraz, sino por el contenido que genera: fotos compartidas, reels challenges que invitan a recrear looks virales. Halloween se ha convertido en una experiencia transmedia donde cada usuario puede ser creador, espectador y tendencia a la vez.

Lo que las marcas deberían de saber

Las marcas no han tardado en ver el potencial. Halloween es una fecha clave para el engagement, especialmente entre audiencias jóvenes que buscan inspiración, interacción y recompensas inmediatas.

  1. No es edición limitada: es edición vivida. Aprovecha el atractivo visual de Halloween con productos especiales o colaboraciones con creadores de contenido inspiradores para ellos. Vivimos en una sociedad donde lo único y lo efímero se convierten en deseo. Por eso, tener un producto limitado edición Halloween crea una necesidad en el consumidor, especialmente entre la generación Zalpha.
  2. La estética también comunica. Incorpora elementos misteriosos o sonidos terroríficos dentro de tus redes sociales, aplicaciones, webs o escaparates. De esta forma, logras que entren en la narrativa de Halloween y consigues captar su atención al romper con la estética de siempre.
  3. Cuenta una historia que les mueva por dentro. Construye una narrativa lúdica, estética o emocional que conecte con los valores y el estilo de vida de la generación Zalpha. Crea una historia por capítulos que se extienda durante la temporada para lograr su atención y que se mantengan atentos a tu campaña
  4. No los invites a mirar: invítalos a hacer. Ya no vale exclusivamente con crear grandes narrativas, sino que tienes que hacerles partícipes de ellas. Sentir que forman parte de algo es esencial para la generación Zalpha, incluirles en la campaña, acercarse a su forma de vivir la festividad… todo logra que se involucren contigo y con tu marca. De esta forma, no les estás vendiendo un producto, sino que ellos se convierten en parte de él. 

No se trata de vender disfraces, sino de ofrecer identidades temporales. Y ahí está el poder real del Halloween de la generación Zalpha. Uno de los ejemplos más brillantes es el de PortAventura, que ofrece una experiencia inmersiva de principio a fin: desde la estética de sus redes sociales hasta la ambientación del parque, los menús temáticos y los productos exclusivos. Incluso plantea dos formas de vivir Halloween: una familiar y otra para los más jóvenes. De esta forma, demuestran que entienden cómo cada generación interpreta la misma festividad a su manera. 

Conectar con una generación que se disfraza de sí misma

Para la generación Zalpha, Halloween no va de esconderse detrás de una máscara, sino de mostrar una faceta más auténtica. El disfraz se convierte en una forma de «manifestar quién quiero ser», aunque sea por una noche.

Las marcas que mejor conectan con ellos son las que entienden esa necesidad de expresión, humor y comunidad. Apostar por campañas cocreadas con usuarios, filtros que inviten al juego, o colaboraciones con microinfluencers que representen distintos estilos y cuerpos, resulta más eficaz que una comunicación unidireccional.

Por eso, Halloween es mucho más que una oportunidad comercial: es una puerta de entrada a los valores que definen a las nuevas generaciones y sus familias.

  • En el plano familiar, Halloween se convierte en un momento de co-creación intergeneracional, donde padres e hijos comparten creatividad y juego simbólico.
  • En el plano educativo, ofrece oportunidades para trabajar emociones, empatía y expresión artística, integrando a las marcas en dinámicas positivas.
  • En el plano del consumo responsable, las marcas pueden liderar con ejemplos de sostenibilidad, reutilización o economía circular aplicados a disfraces y decoración.

Halloween ya no se celebra: se interpreta. Y las marcas que sepan leer ese lenguaje visual y emocional serán las que logren brillar en la oscuridad.

Recapiti
tmkfadmin