Lengua deshidratada: consejos prácticos para mantener la boca hidratada - Laboratorios KIN

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La lengua deshidratada causa sequedad, grietas, ardor y mal sabor de boca, pudiendo afectar a cualquier persona, independientemente de su estado de salud o edad. Dado que puede ocasionar distintas complicaciones orales, es necesario mantener la lengua hidratada con productos específicos como KIN HIDRAT y reducir hábitos que dejan la lengua reseca.

¿Qué es la lengua deshidratada?

La lengua deshidratada sucede cuando su superficie no cuenta con suficiente saliva para mantenerse húmeda. La saliva ejerce un importante papel en el proceso de masticación y deglución de los alimentos, contiene sustancias lubricantes, cicatrizantes, reguladoras del pH, e incluso bactericidas para el control de las bacterias patógenas que puedan ingresar en la cavidad oral.

Cuando la producción de saliva disminuye o se altera su composición, la lengua puede volverse áspera al tacto, con grietas visibles, sensación pastosa o pegajosa e incluso un gusto desagradable persistente. Esto no solo es incómodo, sino que también puede causar problemas orales a medio y largo plazo. Si notas varios de estos síntomas de manera recurrente, es posible que sea necesario llevar a cabo un tratamiento de hidratación oral diaria.

A diferencia de la xerostomía, que suele afectar sobre todo a personas mayores de 50 años y está relacionada con una alteración en las glándulas salivales, la lengua deshidratada puede aparecer en personas jóvenes y saludables como resultado de hábitos diarios, alimentación o factores ambientales.

Causas comunes de la lengua deshidratada

Hay múltiples factores que pueden contribuir a que la lengua pierda humedad, la mayoría relacionadas con hábitos diarios que con el paso del tiempo y la edad pueden llegar a agravar los síntomas. Es clave comprender la causa específica para aplicar soluciones efectivas.

Hidratación insuficiente No beber suficiente agua reduce la producción de saliva.
Alimentación desequilibrada Dietas ricas en azúcares, sal o alimentos muy procesados.
Consumo de alcohol y tabaco Deshidratan los tejidos y afectan la secreción salival.
Medicamentos Como antihistamínicos, antidepresivos o diuréticos.
Respiración por la boca Respirar habitualmente por la boca reseca la lengua y las mucosas.
Factores ambientales Ambientes con aire muy seco o calefacción intensa.

Relación entre hidratación y salud bucodental

La lengua deshidratada puede parecer un problema puntual, pero en realidad tiene implicaciones en la salud bucodental y general: mayor riesgo de caries e inflamación en las encías, halitosis, dificultad para masticar y tragar, además de una sensación de incomodidad constante. 

1. Caries e inflamación en las encías

La saliva contiene iones de calcio y fosfato que remineralizan el esmalte dental y enzimas que inhiben la proliferación de bacterias. En una lengua sin saliva suficiente, la placa bacteriana se puede acumular y aumenta el riesgo de caries y gingivitis.

2. Mal aliento persistente

Si la lengua está deshidratada, las defensas naturales de la saliva disminuyen, permitiendo que las bacterias se multipliquen en la cavidad oral y liberen compuestos sulfurados volátiles, que son responsables del mal aliento.

3. Alteraciones en el gusto

La saliva ayuda a disolver los alimentos y a que el sabor llegue a las papilas gustativas, por lo que su carencia altera la percepción de los sabores: los alimentos pueden sentirse menos dulces, más amargos o incluso insípidos.

4. Dificultad para masticar y tragar

La saliva actúa como lubricante natural, haciendo más fácil el paso de los alimentos por la faringe y el esófago. Sin suficiente humedad, masticar y tragar se vuelve incómodo y puede generar tos o sensación de que la comida se queda retenida.

5. Sensación de incomodidad constante

El ardor, las grietas y la sequedad en la lengua pueden doler y molestar, haciendo más difícil hablar, comer o dormir. Además, la irritación constante debilita la mucosa de la boca, lo que puede favorecer la aparición de aftas o infecciones por hongos y bacterias.

Rutinas de higiene para lengua seca 

Mantener la lengua hidratada con productos profesionales es esencial para proteger tu salud oral a largo plazo.

Un cepillado suave y regular que incluya lengua y encías permite deshacerse de las bacterias que contribuyen al mal aliento. Ha de hacerse con productos específicos, como la línea KIN HIDRAT con pasta dentífrica, gel humectante y spray para la sequedad bucal. La pasta de dientes ha de estar formulada con ingredientes como xilitol, vitamina E o provitamina B5 para mantener las encías sanas y ayudar a estimular la producción de saliva. También se recomienda usar enjuagues hidratantes sin alcohol para complementar la higiene bucodental.

Más consejos para mejorar la sequedad en la lengua

Además, adquirir ciertos hábitos y rutinas hará que el tratamiento sea más efectivo: hidratar la boca constantemente, incluir en la dieta alimentos que favorezcan la humedad y estimulen la saliva de manera natural. Por contra, se ha de cortar con hábitos contraproducentes. 

1. Hidratación constante

Beber agua a lo largo del día, sin esperar a tener sed, ayuda a mantener la boca y la lengua húmedas. Por la noche, tener un vaso de agua junto a la cama puede evitar que la lengua esté seca al despertar. Siempre es mejor beber agua a temperatura ambiente o fresca, las bebidas muy calientes o con mucho azúcar pueden irritar la boca.

2. Alimentación que favorezca la humedad

Frutas y verduras ricas en agua como sandía, melón, pepino y naranjas ayudan a mantener la boca hidratada, mientras que alimentos fibrosos como las manzanas o las zanahorias crudas estimulan la producción de saliva mientras masticas. Lo mejor es evitar alimentos salados o picantes que puedan resecar la lengua y empeorar la sensación de sequedad. 

3. Estimulación natural de la saliva

Los chicles y caramelos sin azúcar son muy útiles para estimular la producción de saliva de manera natural. Al masticarlos lentamente, se activan las glándulas salivales y, al concentrar la atención en masticar, se promueve la respiración por la nariz en lugar de por la boca. Este es un hábito sencillo que puede marcar una gran diferencia. 

4. Evitar hábitos contraproducentes

El consumo de alcohol y tabaco contribuye a la deshidratación de la lengua, así como el café o té muy cargados por su efecto diurético. Es importante reducir o suprimir dichos hábitos. Si el ambiente en casa o en el trabajo es excesivamente seco, lo ideal es colocar humidificadores para equilibrar los niveles de agua en el aire. 

Recapiti
Maria del Mar Ferrándiz Lorenzo