Cómo contratar un plan de pensiones en 2025: claves y consejos - Cultura y ocio

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Cuando se trata de contratar un plan de pensiones es importante ir más allá de la típica aportación de última hora para pagar menos IRPF. Elegir bien el plan marcará la diferencia entre un ahorro que crece de forma eficiente y uno que se queda lastrado por comisiones altas, mala fiscalidad o un riesgo que no encaja contigo.

En 2025 los planes de pensiones han cambiado: los límites fiscales son más bajos que hace unos años, pero la liquidez a partir de los 10 años y la bajada de comisiones han hecho el producto algo más flexible. Por eso, antes de firmar, conviene revisar con calma qué contratas, cuánto pagarás y cuándo podrás recuperar tu dinero.

¿Tiene sentido contratar hoy un plan de pensiones?

Un plan de pensiones es un producto de ahorro a largo plazo pensado para complementar la jubilación. A cambio de inmovilizar el dinero durante años, las aportaciones reducen tu base imponible del IRPF hasta determinados límites y el capital se invierte en diferentes activos (renta fija, renta variable, mixtos…).

No obstante, desde las últimas reformas, el incentivo fiscal de los planes individuales es menor que en el pasado. Hoy tienen más sentido para quienes:

  • Tienen un tipo marginal medio-alto y aprovechan bien la reducción en la declaración de la renta.
  • Ya han creado un pequeño colchón de emergencia líquido y pueden inmovilizar parte del ahorro a largo plazo.
  • Disponen de planes de empleo en su empresa (donde las ventajas fiscales son mayores) o son autónomos con acceso a planes de empleo simplificados.

Si aún no tienes ahorros líquidos o tu situación laboral es inestable, quizá tenga más sentido empezar por productos más flexibles antes de comprometerte con un plan de pensiones.

Puntos clave antes de contratar un plan de pensiones

Al contratar un plan de pensiones no deberías fijarte solo en la campaña o el regalo de turno. Hay varios aspectos que conviene revisar con lupa, porque condicionarán tu rentabilidad y tu tranquilidad futura.

1. Objetivo, horizonte temporal y perfil de riesgo

Antes de comparar planes, dedica unos minutos a definir qué necesitas. No es lo mismo alguien de 30 años que puede asumir volatilidad que una persona de 60 que está a pocos años de jubilarse. Como regla general:

  • Horizonte largo (más de 15–20 años): suelen encajar mejor planes con mayor peso en renta variable, que asumen más riesgo a cambio de potencial de rentabilidad.
  • Horizonte medio (10–15 años): planes mixtos que combinan renta fija y variable.
  • Horizonte corto (menos de 10 años): productos más conservadores, centrados en renta fija o garantizados.

El error típico es elegir un plan muy conservador con décadas por delante o, al contrario, uno muy agresivo cuando estás cerca de jubilarte. Ajustar el riesgo a tu horizonte de tiempo es tan importante como las comisiones.

2. Fiscalidad actual: cuánto puedes desgravar en 2025

La gran ventaja de estos productos es que las aportaciones reducen la base imponible del IRPF. Pero los límites han cambiado con los años y hoy son más bajos que en el pasado.

De forma simplificada, los límites de reducción más habituales son:

Situación Límite general anual aproximado Comentario clave
Plan de pensiones individual Hasta 1.500 € Reducción máxima en la base del IRPF, o el 30% de tus rendimientos del trabajo (lo que sea menor).
Plan de empleo (empresa + trabajador) Hasta 10.000 € aprox. 1.500 € del límite general + hasta 8.500 € adicionales ligados a contribuciones de la empresa y aportaciones del trabajador al mismo plan.
Autónomos con plan de empleo simplificado Hasta unos 5.750 € 1.500 € del plan individual + un límite adicional específico si aportas a planes de empleo simplificados para autónomos.
Aportaciones al plan del cónyuge Hasta 1.000 € Cuando el cónyuge tiene rendimientos del trabajo o actividades económicas muy bajos o nulos.

Recuerda que estos límites pueden actualizarse cada año, por lo que conviene revisarlos en el momento de hacer la aportación o de preparar la declaración de la renta.

3. Liquidez y rescate: cuándo podrás recuperar el dinero

Uno de los puntos más importantes al contratar un plan de pensiones es entender que no es un producto líquido. Tradicionalmente solo se podía rescatar en casos concretos: jubilación, fallecimiento, incapacidad, dependencia, desempleo de larga duración, enfermedad grave o en algunos supuestos de desahucio de la vivienda habitual.

Desde 2025, además, existe un nuevo supuesto de liquidez a los 10 años. Esto significa que:

  • Se pueden rescatar las aportaciones con más de 10 años de antigüedad (y sus rendimientos), aunque no te hayas jubilado ni se dé una contingencia excepcional.
  • En 2025 están disponibles, por ejemplo, las aportaciones realizadas hasta el 31 de diciembre de 2015; en 2026, las de 2016, y así sucesivamente.

Eso sí, aunque haya más flexibilidad, el dinero rescatado tributa siempre como rendimiento del trabajo, lo que puede disparar tu tipo marginal si recuperas grandes cantidades de golpe. Por eso es clave planificar el rescate (en forma de renta, de manera escalonada, etc.).

4. Comisiones: el coste que puede comerse tu rentabilidad

Las comisiones son uno de los factores que más afectan a la rentabilidad neta. Una diferencia “pequeña” de unas décimas se traduce en miles de euros menos a largo plazo. Por ello, antes de contratar un plan de pensiones, revisa siempre el folleto y la ficha de datos fundamentales.

En España existen límites máximos legales a las comisiones de gestión y de depósito de los planes de pensiones, que varían según el tipo de fondo:

Tipo de fondo Comisión de gestión máx. aprox. Comisión de depósito máx.
Renta fija 0,85% anual 0,20% anual
Renta fija mixta 1,30% anual 0,20% anual
Renta variable / resto 1,50% anual 0,20% anual

Como referencia práctica, intenta que el coste total (gestión + depósito) sea lo más bajo posible para tu tipo de plan. Un plan de pensiones caro necesita una rentabilidad mucho mayor solo para empatar con uno barato.

5. Rentabilidad histórica (y cómo interpretarla)

Es lógico fijarse en la rentabilidad pasada, pero conviene hacerlo con cautela. Un buen histórico puede indicar una buena gestión, pero no garantiza resultados futuros. Aun así, es un dato útil para descartar planes claramente mediocres frente a otros similares.

Fíjate sobre todo en:

  • Rentabilidad a 5, 10 y 15 años, no solo en el último año.
  • Comparación con planes de la misma categoría (no compares un plan de renta variable agresivo con uno de renta fija conservador).
  • Comportamiento en años complicados del mercado: un plan que gestiona bien las caídas suele ser más estable.

Si dos planes del mismo tipo ofrecen rentabilidades similares, lo razonable es preferir el que cobra menos comisiones.

6. Bonificaciones, regalos y traspasos: que el gancho no te salga caro

Es habitual que, sobre todo a final de año, las entidades lancen campañas para captar traspasos con bonificaciones en efectivo o regalos. No tienen por qué ser malas, pero debes mirar la letra pequeña.

  • Desconfía de regalos muy llamativos si el plan tiene comisiones altas o una rentabilidad históricamente pobre.
  • Revisa siempre las condiciones de permanencia (a menudo de varios años) y las penalizaciones si te vas antes.
  • Prioriza bonificaciones que se abonen en efectivo o como aportación al propio plan, frente a regalos físicos poco útiles.

La clave es que la bonificación sea un extra, no el motivo principal por el que decides contratar o traspasar tu plan de pensiones.

7. Plan individual, plan de empleo y autónomos

No todos los planes de pensiones son iguales. A grandes rasgos, puedes encontrarte con:

  • Planes individuales: los contratas tú directamente con un banco o aseguradora. Tienen el límite de 1.500 € de reducción en IRPF y suelen ser los más conocidos.
  • Planes de empleo: promovidos por la empresa para sus trabajadores. Permiten mayores ventajas fiscales, ya que la empresa puede realizar contribuciones adicionales y el límite conjunto puede llegar a unos 10.000 € anuales.
  • Planes de empleo simplificados para autónomos: permiten a los trabajadores por cuenta propia mejorar su desgravación combinando el límite del plan individual con un límite adicional específico.

Si tu empresa ofrece un buen plan de empleo con aportación significativa, suele ser prioritaria la inversión allí antes que en un plan individual, ya que las aportaciones empresariales son, en la práctica, dinero extra para tu jubilación.

Cómo elegir un plan de pensiones paso a paso

Para convertir toda esta información en una decisión concreta, puedes seguir este proceso sencillo antes de contratar tu plan de pensiones:

  • 1. Define tu perfil: edad, años hasta la jubilación, estabilidad laboral y tolerancia al riesgo.
  • 2. Elige la categoría de plan: renta fija, mixta o variable según tu horizonte y perfil.
  • 3. Haz una preselección de 3–5 planes: de distintas entidades, dentro de la misma categoría.
  • 4. Compara comisiones y rentabilidades: descarta los que tengan comisiones muy altas o un histórico claramente peor.
  • 5. Revisa condiciones de rescate y traspaso: mira si hay penalizaciones, plazos de permanencia o restricciones.
  • 6. Decide cómo vas a aportar: aportaciones periódicas (mensuales/trimestrales) suelen ser más equilibradas que aportar todo al final del año.

Realizar aportaciones periódicas te ayuda a suavizar las subidas y bajadas del mercado, evitando entrar justo en un mal momento con todo tu capital.

Errores frecuentes al contratar un plan de pensiones



  • Contratar solo por pagar menos IRPF un año, sin pensar en el producto a largo plazo.
  • No revisar las comisiones y acabar en un plan caro y poco competitivo.
  • Elegir un nivel de riesgo inadecuado (demasiado alto o demasiado bajo para tu situación).
  • Olvidar la fiscalidad del rescate y concentrar todo en un único cobro que dispara el tipo marginal.
  • No diversificar y tener todo tu ahorro de jubilación en un único plan o entidad.

Si te reconoces en alguno de estos errores, puede ser buen momento para revisar tu estrategia: comparar alternativas, valorar un posible traspaso a un plan más eficiente o ajustar tu nivel de riesgo a tu situación actual.

En resumen, contratar un plan de pensiones en 2025 exige mirar más allá de la campaña comercial. Analiza la fiscalidad real que vas a aprovechar, las comisiones totales, la liquidez a 10 años y si el plan encaja de verdad con tu perfil y tu horizonte. Y si tienes dudas, pide siempre una segunda opinión independiente antes de tomar una decisión: hablamos de tu ahorro a largo plazo, y merece la pena dedicarle algo de tiempo hoy para evitar sorpresas mañana.

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