Buenos días.
Llegamos al I Domingo de Adviento, con el que comenzamos un nuevo año litúrgico, a lo largo del cual reviviremos en las celebraciones los misterios de la salvación.
Las lecturas de este domingo nos invitan a velar y estar preparados para la llegada del Señor. Las advertencias del Evangelio deberían generar alegría, y no miedo ni angustia; porque, como dice el profeta Isaías, avanzamos hacia la luz del Señor, nos encaminamos no hacia un final destructivo, sino hacia un tiempo de salvación en el que hay paz y convivencia fraterna. Por eso mismo el salmista nos invita a estar alegres y alabar a Dios mientras peregrinamos a la casa del Señor, y san Pablo, a llevar un estilo de vida propio de los hijos de la luz.
El tiempo de Adviento es tiempo de espera.
¡Feliz Semana!