En el nuevo programa de «Con Buena Energía«, en colaboración con EsRadio Elche, Manuel Romero, gerente de ETRES Consultores y Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puerto, analizó uno de los espacios más ignorados y, al mismo tiempo, más valiosos que tenemos en nuestro entorno urbano: los tejados de las ciudades, un recurso desaprovechado que podría ofrecer beneficios energéticos, económicos y climáticos de enorme impacto.
Un simple vistazo a cualquier municipio lo confirma: cubiertas planas vacías, terrazas abandonadas y azoteas llenas de aparatos envejecidos. Esa superficie, visible desde un dron o desde cualquier edifico alto, representa miles de metro cuadrados sin uso que podrían estar contribuyendo a producir energía, reducir el calor en verano, recoger agua o crear cubiertas verdes. Hoy, más que nunca, es necesario mirar hacia arriba, pero con los pies firmemente en la tierra.
Noticias energéticas recientes y su impacto en el consumo
Manuel Romero compartió una noticia relevante que afectará a todos los consumidores de electricidad: la modificación de los peajes eléctricos prevista para enero del próximo año.
Los peajes son la parte fija de la factura de luz, aquella que no depende ni del precio de la energía ni del consumo real. Cubren la red de transporte, la distribución, el mantenimiento y parte de los contadores. Aunque no se consideran impuestos, para los ciudadanos funcionan casi como si lo fueran, ya que son obligatorios y fijados por el Estado.
La CNMC (Comisión nacional de los mercados y la competencia) y el ministerio han anunciado que estos peajes subirán entre un 5% y un 12%. Esto supone entre 3 y 6 euros más al mes en una vivienda estándar y hasta 400 euros al año para una PYME. La razón es que la red eléctrica necesita modernizarse para integrar más renovables, reforzar zonas débiles y mejorar su estabilidad. El apagón del 28 de abril demostró que el sistema requiere inversiones urgentes.
Esta subida, en el fondo, intenta cubrir retrasos acumulados durante años.
El potencial de los tejados de las ciudades: un recurso desaprovechado
Cuando hablamos de potencial de los tejados de las ciudades, nos referimos a un territorio urbano sin explotar. Más del 70% de las cubiertas urbanas en España están vacías, sin uso energético, sin cubiertas verdes y sin ningún aprovechamiento real.
Existen datos que muestran lo que podría lograrse. En Barcelona, un estudio municipal estimó que si se utilizarán adecuadamente las cubiertas, se podría generar hasta el 60% del consumo eléctrico de los hogares. Esa cifra introduce un mensaje contundente: aquello que ignoramos a diario podría resolver una parte importante de nuestras necesidades energéticas.
Y la gran ventaja es que los tejados no compiten con nada ni con nadie.
No ocupan suelo agrícola, no restan espacio al peatón, no requieren expropiaciones.
Están ahí, esperando que alguien tome la decisión de darles un uso.
Beneficios de aprovechar los tejados de las ciudades
Se destacó varias ventajas concretas del uso energético de las cubiertas. Todas ellas refuerzan la idea de que estamos desperdiciando un recurso evidente.
Ahorro energético y económico directo
Una instalación solar fotovoltaica en una vivienda puede cubrir entre el 40% y el 60% del consumo anual.
Para un familia que consume alrededor de 4.000 kWh al año, el ahorro oscila entre 400 y 700 euros.
Menos pérdidas energéticas
La energía producida en el propio tejado y consumida en la misma vivienda reduce la pérdidas al 3% o 4%, frente al 10% habitual en la red general.
Estabilidad para el sistema eléctrico
Las instalaciones en cubiertas forman parte de la llamada generación distribuida, que complementa a la generación centralizada. Producir cerca del punto de consumo reduce picos y mejora la estabilidad del sistema.
Menor dependencia del gas natural
Aprovechar los tejados reduce la demanda de combustibles fósiles. este aspecto ha sido recurrente en el programa: menos gas implica menos vulnerabilidad y más autonomía energética.
Otros países ya llevan ventaja. En Alemania, muchos edificios públicos generan su propia energía. En Países Bajos, la norma «Solar First» obliga a estudiar primero el potencial del tejado antes de autorizar instalaciones en suelo agrícola.
La cubiertas verdes: un segundo uso para los tejados de las ciudades
Además de la energía, Manuel Romero recordó las múltiples ventajas de la cubiertas verdes:
- Ayudan a reducir el efecto isla de calor, que hace que las ciudades registren entre 3 y 5 ºC más que su entorno;
- Disminuyen la temperatura interior de los últimos pisos;
- Absorben contaminantes, partículas y ruido;
- Alargan la vida útil de la impermeabilización al protegerla de cambios bruscos.
Ciudades como París ya instalan cubiertas verdes en colegios para combatir el calor extremo.
Toronto las exige por ley en edificios grandes de obra nueva.
Si los beneficios son tantos, ¿por qué no se aprovechan los tejados de las ciudades?
Las barreras son diversas y reales:
- Normativas anticuadas que no contemplan autoconsumo compartido ni cubiertas verdes.
- Comunidades de propiedades difíciles de organizar.
- Mitos técnicos, como pensar que el tejado no soporta el peso.
- Coste inicial, aunque hoy existan fórmulas como el renting o el autoconsumo compartido.
- Falta de incentivos locales, como bonificaciones del IBI por instalar fotovoltaica o impulsa cubiertas vegetales.
El resultado es un freno colectivo que mantiene miles de metros cuadrados inutilizados.
Conclusión: los tejados de las ciudades son una oportunidad que no podemos seguir ignorando
El mensaje final de Manuel Romero fue claro: los tejados de las ciudades son el gran recurso olvidado.
Pueden servir para producir energía barata, reducir el calor en verano, mejorar el aislamiento de los edificios y recoger agua de lluvia.
Como recomendaciones finales:
- Revisar el estado del tejado una vez al año;
- Consultar con un instalador la viabilidad de instalar fotovoltaica;
- Pedir información al ayuntamiento sobre posibles ayudas.
Y conviene recordar lo dicho al inicio: con la subida inminente de los peajes eléctricos, cada euro que podamos ahorrar será más necesario que nunca.
Por eso, aprovechar los tejados de la ciudades es una decisión con sentido económico, energético y climático
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