La IA generativa acelera su impacto en la empresa y redefine la productividad directiva - Asociación Española de Directivos

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La irrupción de la inteligencia artificial generativa está transformando a una velocidad inédita los procesos de trabajo y la estructura productiva de las organizaciones. Esta fue la principal conclusión de la sesión  la IA generativa: casos prácticos para la empresa, organizado por la Asociación Española de Directivos y el Foro Nueva Economía, Nueva Empresa, e impartida por David Hurtado, Innovation Lead en Microsoft España y asesor independiente en inteligencia artificial e innovación, quien recordó que la tecnología “apenas tiene tres años de vida útil” y, sin embargo, ya se ha convertido en el mayor vector de cambio empresarial desde la expansión de Internet.

Según explicó, el crecimiento del sector refleja esta aceleración: sólo en 2024 las grandes tecnológicas invirtieron más de 350.000 millones de dólares en nuevos centros de datos, y la cifra seguirá aumentando. Este despliegue soporta el desarrollo de modelos cada vez más capaces, no solo de generar texto o imágenes, sino también de razonar, interpretar contexto, analizar datos complejos y ejecutar acciones.

El experto subrayó que la gran disrupción es que la IA entra en una fase en la que toma decisiones intermedias, planifica pasos y ejecuta tareas. Mostró ejemplos ya disponibles en productos comerciales: modelos que analizan imágenes razonando paso a paso, asistentes capaces de investigar durante 10-15 minutos consultando fuentes externas, o sistemas que programan automáticamente análisis de datos avanzados sin necesidad de abrir Excel.

El siguiente salto será la aparición de agentes autónomos, capaces de completar procesos completos: reservar un viaje, tramitar documentación o ejecutar procedimientos corporativos de principio a fin. El usuario pasará de “preguntar y recibir una respuesta” a “pedir y que la IA lo haga”.

El uso profesional empieza ya por las tareas de mayor carga cognitiva, pero menor valor añadido: gestión de correo, síntesis de documentación, búsquedas, preparación de materiales o primeras fases de análisis. El ponente mostró cómo la IA clasifica automáticamente emails según su urgencia, elabora borradores precisos o genera informes de investigación en minutos, incorporando datos, gráficos y conclusiones.

En ámbitos técnicos, su aplicación es igualmente disruptiva: análisis contables detallados, identificación de anomalías en balances, elaboración de informes normativos a partir de datos brutos o creación de resúmenes ejecutivos listos para comité. Todo ello con revisión humana, pero con un ahorro de horas que cambia el coste de muchas funciones internas. El avance generará, según David, un cambio profundo en los roles: la mayoría de los profesionales pasarán de ejecutores de tareas a gestores de agentes, dedicados a supervisar y validar el trabajo producido por la IA.

La principal barrera no está en la tecnología, sino en la adopción. Las organizaciones que han intentado abordar grandes proyectos de automatización sin antes extender el uso cotidiano entre sus empleados “han fracasado”, afirmó el ponente. La recomendación es que la adopción debe avanzar en dos planos. Primero, un enfoque horizontal que dote a toda la plantilla de herramientas seguras y fomente un cambio real de hábitos. Solo cuando ese uso cotidiano esté interiorizado tiene sentido dar el siguiente paso: que cada área identifique los casos de mayor impacto y automatice procesos concretos.

Pese a ello, Hurtado fue claro: la velocidad del sector no se frenará y la diferencia competitiva entre quienes incorporen la IA y quienes no será evidente en menos de un año. 

Recapiti
Raúl Lozano