Un Black Friday más racional y menos impulsivo... y con unas cuantas denuncias de por medio

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Para empezar, un poquito de Historia que, por mucho que sea ampliamente conocida, nunca viene mal. El origen del Black Friday se remonta, cómo no, a Estados Unidos y está estrechamente ligado a la celebración del Día de Acción de Gracias, que tiene lugar el cuarto jueves de noviembre. A la espera de que un día de estos los españoles y las españolas nos sorprendamos trinchando un pavo a finales del penúltimo mes del año sin saber muy bien por qué, ya hace tiempo que el Black Friday descendió y se extendió entre nosotros.

El viernes siguiente al Día de Acción de Gracias, ‘Thanksgiving’ en inglés, se consideraba tradicionalmente el inicio de la temporada de compras navideñas, momento en el que los comercios ofrecían grandes descuentos para atraer a los consumidores. Aunque la práctica de rebajas existía desde principios del siglo XX, el término “Black Friday” comenzó a popularizarse en la década de 1960.

El nombre “Black Friday” surgió en Filadelfia, donde la policía lo utilizaba para describir el caos que se producía en las calles el día después de Acción de Gracias: enormes aglomeraciones de personas y tráfico intenso debido a las compras y a los partidos de fútbol americano. Sin ir más lejos, este año, la festividad de ‘Thanksgiving’ fue aprovechada para celebrar varios partidos de una nueva jornada de la NFL, sí, sí, el mismo espectáculo que maravilló hace unas semanas en el estadio Santiago Bernabéu. En concreto, el pasado jueves 27 de noviembre, los Cowboys se enfrentaron a los Chiefs, los Ravens a los Bengals y los Lions a los Packers.

Números negros tras el Día de Acción de Gracias

La terminología del Black Friday está relacionada con que, con el tiempo, la denominación adquirió una connotación positiva para los comerciantes, ya que simbolizaba el momento en que sus cuentas pasaban de “números rojos” (pérdidas) a “números negros” (ganancias), gracias al incremento masivo de ventas.

A partir de los años 80, el Black Friday se consolidó como un evento comercial nacional en Estados Unidos y, con la globalización y el auge del comercio electrónico, se extendió a otros países. Hoy en día, no solo se limita a un día, sino que se ha convertido en una campaña que puede durar varios días o incluso semanas, incluyendo iniciativas como el “Cyber Monday” para compras online. Su impacto es tal que marca el inicio oficial de la temporada de consumo más importante del año y ha provocado el adelanto de las compras navideñas en medio mundo, España, por supuesto, incluida.

Aún es pronto para conocer los datos definitivos del reciente Black Friday, pero distintas fuentes concuerdan en asegurar que, en resumen, resultó ser una campaña de ventas más racional y menos impulsiva que en años anteriores, con menor intención de compra, gasto más controlado y un consumidor más exigente en lo que a transparencia se refiere. Sí que se sabe que la intención de compra cayó al 73 % (frente al 87 % en 2024), y la desconfianza hacia los descuentos alcanzó un récord del 78 %, pero a eso volveremos unos párrafos más adelante.

A nadie sorprenderá, claro, que casi el 90 % de las compras se realizaran por Internet, con Amazon, PcComponentes, MediaMarkt y El Corte Inglés liderando las ventas. Los pagos móviles y las opciones de financiación ganaron protagonismo, mientras que la tecnología continuó siendo la reina, con productos como iPhone, Nintendo Switch y electrodomésticos inteligentes entre los más buscados. Moda, calzado y hogar son las secciones que, a una distancia casi sideral, siguen a la tecnología más puntera.

España, quinto país del mundo en ventas

El 82 % de los consumidores aprovecharon para adelantar regalos navideños y 1 de cada 4 consumidores consideró financiar sus compras. Las listas previas y el control del presupuesto fueron prácticas habituales antes de realizar unas compras, que volvieron a colocar a España en una situación preeminente en el consumo internacional. De hecho, nuestro país se consolida como el quinto país del mundo en ventas durante Black Friday, generando el 6,3 % de las ventas globales. El gasto medio por persona se situó entre 165 € y 210 €, confirmando un consumo más racional que en años anteriores. La horquilla, en 2024, osciló entre los 180 y los 220 euros por persona.

Y, en cuanto a los descuentos, algunos hechos probados confirmaron esa sospecha que, quién más, quién menos, tiene a la hora de afrontar un periodo de compra masiva y de teóricas rebajas como es el Black Friday. De hecho, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 hizo público el pasado viernes, curiosamente el mismo día en el que se celebraba el festín de la compra, la rebaja y los descuentos, el nombre de cinco de las siete empresas que fueron sancionadas por falsas rebajas en el Black Friday de 2023. Todas ellas fueron sancionadas con un monto conjunto de 350.000 euros por una infracción del artículo 47.1 m) de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, referente al uso de prácticas comerciales desleales con los consumidores o usuarios.

A falta de conocer cuáles fueron las otras dos, el Ministerio señaló por conductas fraudulentas a MediaMarkt, Carrefour, PC Componentes, Notino Italia y Gestaweb 2020. Algunas de esas denuncias partieron de usuarios de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que, justo ahora, acabade anunciar sus “próximos objetivos” una vez concluido el Black Friday de 2025.

La propia organización, según reza en un comunicado, “ha vuelto a detectar que la mayoría de las descuentos anunciados en 61 conocidas plataformas online se calculan sobre precios arbitrarios, como el precio recomendado por el fabricante que en muchos casos ni siquiera se ha aplicado. Confundiendo además al consumidor sobre el alcance real del descuento”.

Los resultados del análisis realizado por OCU sobre casi 2.500 productos de electrónica y electrodomésticos (además de sillas de transporte para niños y bebés, y neumáticos) son, a juicio de la asociación, “preocupantes y similares a los de otros años: El 89% de los precios tachados o mostrados como referencia no cumplen la norma”.

En concreto, el 77% de los precios analizados no se compararon con el precio real de venta en un pasado reciente. Mientras que otro 12% de los precios de referencia sí correspondían a precios anteriores, pero no eran el mínimo en los 30 días previos a la promoción, incurriendo en una o en dos irregularidades: El producto estuvo más barato dentro de los últimos 30 días antes de la promoción; y después del último día con el precio tachado el artículo se vendió incluso más barato, lo que demuestra que la supuesta rebaja no era.

Por todo ello, la OCU vuelve a instar al Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 a “tomar medidas contundentes contra estas irregularidades“.

Recapiti
Fernando Rodriguez