¿Sabes realmente que hay dentro de cada ventana del calendario de Adviento? Regala Navidad sin aceite de palma -

• Grandes marcas del capital alimentario han entendido que pueden adentrarse en muchos hogares aprovechando el boom de los calendarios de adviento dirigido a la población infantil

• Decenas de calendarios de Adviento llevan figuras de chocolate con aceite de palma cuando existen numerosas alternativas de grasas vegetales ya utilizadas en otros productos y por otras marcas. Busca calendarios de Adviento sin aceite de palma

• Bajo el lema, “¡Alejad vuestra palma de nuestra infancia!”, el nuevo informe de Justicia Alimentaria incide en el aceite de palma presente en gran parte de la comida ultraprocesada del supermercado dirigida al público infantil

Se acercan las fiestas navideñas y cada persona gastará una meda de 796 euros en España según la estimación de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). De esos 796 euros no hay una cifra exacta que haga referencia al boom de los calendarios de Adviento, pero las ventas de estos son masivas moviendo millones de euros anualmente con marcas compitiendo por un mercado creciente.

El calendario de Adviento nació en la Alemania protestante del siglo XIX como una forma de contar los días hasta Navidad, evolucionando de marcar paredes con tiza o encender velas a calendarios impresos por Gerhard Lang en 1908, que incluían imágenes recortables. Luego, en los años 20, se empezaron a popularizar las ventanas con sorpresas o dulces en la posguerra aunque el clásico calendario de Adviento que entraba en las casas era el de papel con ilustraciones y brillantina del folclore navideño.

En la actualidad, existen centenares de opciones y modelos con productos de belleza, juguetes, vino, cosmética, gourmet… Y de todas las opciones actualizadas quizás el más solicitado por estas fechas navideñas sea el calendario que va destinado al público infantil con figuras o productos de chocolate. Es decir, lo que nació como una tradición religiosa, ya es puro marketing de las grandes corporaciones alimentarias para copar un mercado que coincide con una época especialmente consumista que abre una brecha inesperada: productos ultraprocesados de chocolate con aceite de palma que no entran en los hogares durante todo el año se aceptan como regalo a través del espíritu navideño. 

Aquí varios ejemplos:

Precisamente, el décimo informe del Observatorio de Corporaciones Alimentarias (OCA) focalizado en el aceite de palma en ultraprocesados destinados a la población infantil hace referencia a todo ello.

Existe un quorum más o menos mayoritario que insinúa la desaparición paulatina del aceite de palma en el lineal del supermercado. Una concepción general sesgada, ya que el ingrediente oculto más polémico del sistema alimentario industrial sigue estando ahí, pero camuflado, rebautizado o vestido de saludable y mezclado entre otros aceites. La industria alimentaria, el mayor cliente del sector palmicultor, es insaciable y exige cada vez más toneladas de este aceite vegetal por su gran “versatilidad”, un eufemismo para no decir que permite producir alimentos procesados a mayor escala con menores costes pese a que se ha demostrado su afectación a la salud y a la biodiversidad del planeta. Particularmente, alimentos ultraprocesados dirigidos a la población infantil o juvenil, un público extremadamente vulnerable. Y eso pese a que la nueva normativa europea contra la deforestación pretende obligar a reformular e incluso a retirar del mercado productos alimentarios que contienen aceite de palma.