La seguridad del paciente suele asociarse a quirófanos, unidades de hospitalización o servicios de urgencias.
Sin embargo, gran parte de las decisiones clínicas se basan en resultados de laboratorio, y la calidad de esos resultados depende del trabajo invisible —y esencial— de los técnicos de laboratorio clínico y biomédico.
En el laboratorio, la seguridad no es un concepto abstracto: es una práctica diaria que comienza con cada muestra y termina con un resultado fiable.
1. El laboratorio como eslabón crítico en la seguridad asistencial
Más del 60% de las decisiones médicas se apoyan en pruebas diagnósticas de laboratorio.
Esto convierte al técnico en un agente activo de la seguridad del paciente, aunque su intervención no sea visible para el usuario final.
Cada fase del proceso analítico —preanalítica, analítica y postanalítica— puede tener impacto directo sobre el diagnóstico.
Una muestra mal identificada, un resultado mal validado o una comunicación errónea pueden tener consecuencias clínicas importantes.
2. Factores clave de seguridad en el laboratorio clínico
La seguridad se construye sobre procedimientos estandarizados y trazabilidad total.
Entre los pilares fundamentales destacan:
- Identificación inequívoca del paciente y de la muestra.
- Cumplimiento estricto de los criterios de aceptación y rechazo.
- Trazabilidad completa en cada etapa del proceso.
- Verificación y validación supervisada de resultados.
- Mantenimiento preventivo y control de equipos.
- Gestión segura de residuos y sustancias peligrosas.
El técnico garantiza que el proceso diagnóstico sea seguro, controlado y repetible, tres condiciones básicas de calidad asistencial.
3. Los estándares internacionales de seguridad
Organismos como la Joint Commission International (JCI) y la norma ISO 15189 establecen criterios muy precisos de seguridad y calidad para laboratorios clínicos.
Entre ellos:
- Uso de dos identificadores del paciente en todas las etapas.
- Registro digital de cada intervención (firma electrónica).
- Control de temperatura, tiempo y trazabilidad en transporte y conservación.
- Protocolos para comunicación inmediata de resultados críticos.
El cumplimiento de estos estándares depende, en gran medida, de la formación y competencia del técnico.
4. Cultura de seguridad: más allá del protocolo
Garantizar la seguridad no solo es cuestión de procedimientos.
Requiere una cultura de seguridad, donde cada profesional asuma que su trabajo impacta directamente en la salud del paciente.
Esto implica:
- Comunicar los incidentes sin miedo.
- Analizar causas raíz y proponer mejoras.
- Participar en sesiones de formación y actualización.
- Promover la mejora continua como valor de equipo.
La cultura de seguridad se construye día a día, con cada muestra, cada verificación y cada decisión técnica.
5. Formación y desarrollo: la clave para reducir riesgos
Los errores en el laboratorio se reducen cuando el profesional comprende el porqué de cada paso y no solo el cómo.
Por eso, la formación en seguridad del paciente, trazabilidad y control de calidad debe formar parte del desarrollo continuo del técnico.
En FNN, nuestra apuesta por la seguridad se traduce en cursos acreditados y programas específicos que abordan estos temas desde la práctica real, ayudando a los técnicos a incorporar los estándares internacionales a su rutina diaria.
6. FNN y la seguridad como valor transversal
La seguridad del paciente está presente en todos los programas de FNN:
en los cursos específicos de laboratorio, en el posgrado de servicios centrales, en los contenidos de la Píldora de la Semana y en los congresos anuales.
Porque creemos que la calidad empieza en el laboratorio, y que cada técnico formado, atento y comprometido es una garantía de seguridad para miles de pacientes.
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