La provincia rural de Barahona, en República Dominicana, tiene una de las mayores tasas de desempleo juvenil de América Latina. Muchos y muchas jóvenes se ven abocados a dejar atrás sus hogares para buscar trabajo en la capital o en el extranjero. Pero, para Reinaldo, dejar su comunidad nunca fue la respuesta. De hecho, eligió transformar su vida y su comunidad a través de la creatividad y la sostenibilidad.
“Antes de empezar esta aventura, mi vida era como dar vueltas en círculos. Estaba estancado, y eso fue lo que me llevó a iniciar mi propio negocio”, recuerda Reinaldo.
Todo cambió cuando un amigo que trabajaba como técnico en Plan International le habló del proyecto Green Future, una iniciativa diseñada para dotar a jóvenes de habilidades en emprendimiento verde y facilitar su empleabilidad en una economía baja en carbono.
El proyecto formó a mujeres y hombres jóvenes en prácticas empresariales sostenibles. Los participantes aprendieron a crear microempresas en áreas como la agricultura orgánica, el ecoturismo o el reciclaje. Para Reinaldo, esta fue la oportunidad que había estado esperando. “El papel más importante que el programa tuvo en mi vida fue enseñarme que podía crear un negocio basado en lo que me gustaba hacer”, afirma.
Durante la formación, a Reinaldo le pidieron que presentara una idea de negocio, pero no tenía ninguna preparada. Ese desafío despertó su creatividad. “El momento que marcó la diferencia fue cuando tuvimos que presentar nuestras ideas de negocio y yo no tenía nada que mostrar. Eso me llevó a crear algo de la nada y a aprender a hacer cosas que no sabía hacer”.
A partir de entonces, Reinaldo comenzó a crear joyería, figuras y piezas artísticas a partir de materiales reciclados. Su taller se convirtió en más que un lugar de trabajo: pasó a ser un espacio seguro donde podía concentrarse, crear y crecer. “Ahora mismo me estoy enfocando en figuras de animales y en hacer cosas con materiales desechados. Estoy creando obras de arte. En lugar de estar en la calle, estoy en casa”.
El proyecto Green Future no solo les ofreció formación; también les proporcionó el capital inicial para ayudar a Reinaldo y otros jóvenes emprendedores a poner en marcha sus negocios. Además, organizó Ferias Juveniles Verdes en nueve comunidades, brindando a los participantes una plataforma para mostrar su trabajo e inspirar a otras personas. Estas ferias alcanzaron a más de mil jóvenes, difundiendo la importancia del emprendimiento verde y la sostenibilidad ambiental.
Para Reinaldo, el emprendimiento tiene que ver con la resiliencia y la capacidad de aprovechar los recursos disponibles. “De esto se trata realmente: no de controlar todos los recursos, sino de lanzarte al mercado laboral”, explica. Su mensaje para otros y otras jóvenes es claro: “Seguid desarrollando vuestro talento, porque eso es lo que los convierte en buenos líderes”.
Al transformar residuos en artesanía, Reinaldo no solo genera ingresos, sino que también contribuye a una economía más verde e inclusiva. Su llamado a quienes toman decisiones es sencillo, pero contundente: “Lo que más necesitamos es capacitación y encontrar una forma de mostrar nuestro emprendimiento, para que más personas puedan conocerlo”.
Mientras la República Dominicana continúa enfrentando desafíos económicos, historias como la de Reinaldo ofrecen esperanza e inspiración. Con el apoyo adecuado, las y los jóvenes pueden, no solo encontrar o crear empleos dignos, si no liderar el camino hacia el desarrollo sostenible.
