La diabetes gestacional consiste en tener altos niveles de glucosa en sangre, con un comienzo claro: un embarazo. En la mayoría de los casos, la mujer que cuida su alimentación y estilo de vida, vuelve a recuperar niveles normales de glucosa en sangre tras en parto, al cabo de varias semanas. Cuando no es así, la madre pasa a tener diabetes tipo II, con todo lo que implica.
Además, la diabetes gestacional, llamada coloquialmente diabetes del embarazo, pone en riesgo la vida y la salud del bebé. Por todo esto, la mejor estrategia es la prevención. Vamos a ver por qué puede aparecer este problema endocrino, cuáles son los síntomas más frecuentes y cómo debes cuidarte si te la han detectado o si eres una mujer con riesgo de sufrirla en los embarazos.
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¿Por qué se desarrolla diabetes gestacional y qué peligros implica?
Durante el embarazo, se producen cambios hormonales tan bruscos como necesarios. Estos son los responsables, por ejemplo, del aumento de peso. Como habrás visto, hay mujeres que ganan muchos kilos durante el embarazo, incluso cuidando su alimentación, mientras otras se mantienen en los límites recomendados sin mucho esfuerzo.
Con el páncreas y la insulina sucede algo parecido. Los niveles hormonales son similares para todas las mujeres embarazadas, y a algunas les produce cierta resistencia a la insulina, que eleva los niveles de glucosa en sangre. Si le sumas a este hecho la necesidad de producir más insulina, para la madre, para el bebé y para compensar el aumento de demanda debido a la ganancia de peso, es fácil comprender por qué a veces el embarazo produce diabetes, transitoria en muchos casos.
Entre los factores que aumentan el riesgo de sufrir diabetes gestacional destacan:
- El sobrepeso o la obesidad previa al embarazo.
- Tener antecedentes familiares de diabetes gestacional o haberla sufrido en algún embarazo anterior.
- Un estilo de vida poco saludable (no es cierto que tengas que comer por dos).
- Un incremento brusco de peso durante la gestación.
- Tener el síndrome de ovario poliquístico.
- Formar parte de ciertos grupos étnicos, sobre todo africanos y americanos.
- Que el embarazo se produzca después de los 25 años de edad. En general, los embarazos que tienen lugar próximos a la perimenopausia son los que presentan mayor riesgo de diabetes gestacional en mujeres que no cuentan con otros factores de riesgo.
Posibles complicaciones asociadas a una diabetes del embarazo no controlada
Las mujeres con diabetes gestacional que se cuidan suelen poder llevar a término su embarazo, pese a ser de riesgo. Los bebés gestados con altos niveles de glucosa en sangre tienden a ser muy grandes, lo que sería un problema en caso de parto natural, y la madre suele necesitar una cesárea por la seguridad de ambos.
Pero, además, la diabetes durante el embarazo dispara el riesgo de hipertensión, y esta a su vez el de un parto adelantado.
Muchas veces, cuando la madre con diabetes, previa o gestacional, se encuentra bien controlada, el médico decide adelantar un poco el parto para asegurar la seguridad de ambos, madre y bebé. Y es que los bebés gestados con niveles elevados de glucosa suelen necesitar pasar un tiempo en la incubadora, porque tienden a nacer con un problema de hipoglucemia que se resuelve solo.
En cuanto a la madre, aunque los niveles de glucosa se normalicen pronto, permanece el riesgo de desarrollar diabetes de tipo II en los siguientes años. La dieta saludable y las analíticas periódicas pasan a ser obligadas.
Síntomas de la diabetes del embarazo
Lo primero que debes tener en cuenta es que no siempre hay síntomas. Por eso, es importantísimo no saltarte las revisiones rutinarias y las analíticas que tu médico vaya pidiendo a medida que avance el embarazo.
Cuando la diabetes del embarazo se puede detectar no solo por las analíticas, sino por síntomas comunes en muchos casos de diabetes, del tipo que sea:
- Cansancio.
- Problemas de visión borrosa.
- Sensación de sed, que no siempre se sacia al beber agua.
- Necesidad de orinar con frecuencia. Este síntoma es común en embarazadas, a medida que el útero aumenta de tamaño y presiona la vejiga. Sin embargo, cuando hay diabetes gestacional, es más acusado y se puede presentar antes de que la barriga esté muy abultada.
- Mayor tendencia a las infecciones, en especial a las del tracto urinario, la vagina y la piel.
Tratamiento de la diabetes gestacional
Lo más importante para la seguridad de la madre y el bebé es la detección precoz. A partir de ahí, el tratamiento puede variar un poco, dependiendo de la severidad de la diabetes gestacional y de si el embarazo es también de riesgo por otros motivos.
Como prevención, se aconseja monitorizar al bebé con una máquina que percibe y muestra los latidos Esta máquina se coloca sobre el abdomen de la madre, para realizar el ecocardiograma al feto.
La madre puede controlar la glucosa en su casa con un dispositivo que analiza la sangre con solo punzar la yema de un dedo, si mantiene informados puntualmente a su médico o su enfermera. Así no necesita desplazarse hasta su centro de salud o el hospital más que para las revisiones que toda embarazada debería realizarse.
Dieta recomendada para madres con esta afección o con alto riesgo de padecerla
En muchos casos, la diabetes gestacional aparece en torno a la mitad del embarazo, por lo que si adoptas una dieta pensada para estas mujeres, tienes mucho adelantado si te llega a tocar a ti. Mientras no se sindique lo contrario, hablamos de una dieta fácil de llevar.
Se tratará de una dieta moderada en proteínas, con una presencia de grasas saludables a ajustar en función del peso previo de la madre y de si está ganando o no más masa de la recomendable durante los primeros meses del embarazo.
Además, debe ser rica en frutas y verduras, preferentemente frescas, y no excluir otros alimentos que aportan hidratos de carbono como las legumbres o los cereales. Incluso se permite comer arroz y algo de pan.
Lo que debe limitarse es la comida ultraprocesada, rica en azúcares libres, y los productos de bollería o pastelería, incluso si son caseros. Toma la fruta entera y no en zumos y ten cuidado con las galletas. De vez en cuando, no hay problema, pero piensa en otras alternativas para desayunar: copos de avena, yogur natural, huevos revueltos o escalfados…
Estilo de vida para reducir el riesgo de diabetes gestacional
La dieta recomendada para las mujeres con diabetes gestacional no muy severa y para quienes tienen riesgo de padecerla es muy permisiva, porque debe complementarse con un estilo de vida donde se mantenga una actividad razonable: paseos, aqua-gym, Pilates…
Consulta con tu médico acerca de hasta cuándo pueden mantener la práctica de deportes más intensos, si venías realizándolos antes y tu organismo se encuentra entrenado. A partir de esa fecha, pasa a algunas de las opciones suaves del punto anterior.
Además, como medida preventiva, si la madre ya presenta obesidad antes del embarazo, recomendamos aplicar este combo de dieta con cierta actividad física antes. Algunos médicos insisten en la conveniencia de bajar de peso primero, para reducir los peligros de la diabetes gestacional en estas mujeres y en sus bebés.
Adelanto del parto como prevención de complicaciones serias
Como te contábamos, muchas veces adelantan un poco el parto por la seguridad de la madre y el bebé. En general, se va observando cómo varían los niveles de glucosa, el peso de la madre y el del bebé, para decidir la fecha de la inducción o la cesárea.
La idea es que el bebé permanezca en el útero materno el mayor tiempo posible, siempre y cuando la situación no se vuelva peligrosa para uno de los dos. Puesto que casi todos los bebés de madres con diabetes gestacional necesitan pasar por incubadora, y los adelantos que existen en el cuidado de prematuros, se suele optar por adelantar el parto 2 semanas o un mes.
Cuando existe preeclampsia, una elevación de la presión arterial a partir de la semana 20 de gestación asociada a una pérdida de proteínas por la orina, el criterio pasa a ser otro: la seguridad del bebé. Los bebés de madres con preeclampsia pueden no estar recibiendo los suficientes nutrientes dentro del útero de la madre, incluso existe riesgo de muerte. A la vez, inducir el parto muy pronto suele acarrear problemas de salud para el bebé a medio y largo plazo.
Aunque no es la única manera de prevenirla, intentar mantener la diabetes gestacional bajo control o, incluso mejor, que disminuir los factores de riesgo, es una forma de prolongar el tiempo que un bebé puede estar en el útero materno sin riesgos.
No es posible eliminar por completo el riesgo de sufrir diabetes gestacional, pero sí puedes reducir el riesgo de que se presente y los peligros que puede acarrear. La dieta y un estilo de vida activo son los factores más importantes que dependen únicamente de ti. Además, si tienes riesgo de sufrir esta alteración endocrina, deberías comentárselo a tus médicos para que te hagan un seguimiento más minucioso o, llegado el momento, valores la conveniencia o no de otros tratamientos para reforzar las indicaciones generales.
Muchos bebés de madres con diabetes gestacional nacen por parto inducido o cesárea un poco antes de tiempo, y necesitan pasar por incubadora. No obstante, si os cuidáis, estos embarazos suelen llegar a su fin con éxito, y lo habitual es que tú recuperes los niveles normales de glucosa en sangre al cabo de 6-12 semanas tras el parto.