El acto de cuidar tiene como objetivo reducir o eliminar el sufrimiento del adulto mayor aunque en algunas ocasiones pueden ocurrir eventos adversos asociados al cuidado que se proporciona, siendo definidos como incidentes que ocurren durante la prestación del cuidado de la salud, que no están relacionados con la enfermedad de base determinando daños al paciente, que pueden generar una afectación de la estructura o función corporal y/o algún efecto nocivo, como enfermedad, lesión, incapacidad, o muerte.
«La úlcera por presión (UPP) es un problema de origen silencioso ya sea en el medio hospitalario, residencia o lugar en donde se encuentre el adulto mayor. La UPP es un evento adverso y constante en salud pública, porque origina un problema patológico adicional que genera mayor deterioro de la calidad de vida, malestar, aumento de la morbilidad, consecuencias socioeconómicas para el país y el Sistema de Salud»
La prevalencia de UPP oscila entre el 5 y el 12% a nivel mundial, correspondiendo el 7 % a América Latina. En países desarrollados, la prevalencia de úlceras por presión fue de 26% en Canadá, en todas las instituciones de salud; en los Estados Unidos de 15%, en todos sus hospitales; en Países Bajos de 23,1%, mientras que en España en adultos alcanza el 7,87% (rango entre 7,31-8,47%) y, de este un 84,2% de pacientes con UPP son mayores de 65 años.
La UPP es un problema clínico complejo caracterizado por áreas de daño localizado en la piel y tejidos subyacentes, causado por heridas isquémicas prolongadas sin el tiempo adecuado para recuperarse, resultado de factores extrínsecos e intrínsecos, y que representan una de las principales complicaciones del síndrome de inmovilidad. La movilidad reducida es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de UPP.
La carga de las UPP y su tratamiento impacta en la calidad clínica y, por lo tanto, en los resultados del cuidado de enfermería reflejándose en mayor costo económico para el sistema de salud y las familias, afectando la calidad de vida de los pacientes que las sufren, pudiendo impedir su regreso al funcionamiento en su estado habitual.
«La Sociedad Iberolatinoamericana de Úlceras y Heridas (SILAHUE) señala que hasta un 95% de los casos de UPP son evitables, hecho que invita a reflexionar sobre los factores que condicionan la aparición de estas lesiones. Uno de ellos es el cuidado brindado por los profesionales de enfermería, ya que se considera que las UPP son ‘un evento adverso, resultante de las intervenciones realizadas o no realizadas a los usuarios’, entre las que se incluyen tanto medidas preventivas como acciones enfocadas al tratamiento de dichas lesiones”.
La prevención de la UPP es responsabilidad de todos los profesionales involucrados en el cuidado del paciente, siendo el conocimiento y las habilidades necesarios para efectuar esto con efectividad. La educación no solamente agudiza la conciencia del problema, también proporciona las bases para la toma de decisiones y el marco de trabajo para desarrollar y mantener la capacidad de implementar nuevos conocimientos en la práctica clínica. Por el contrario, un inadecuado conocimiento y práctica, y una actitud negativa llevan a una prevalencia mayor de úlceras por presión.