El proceso transformador de la cultura comunicativa de las organizaciones se inicia con la reflexión sobre los propósitos, misión, visión y valores, en un entorno en el que el bienestar de los trabajadores (muchos de ellos en entornos híbridos), el cuidado de las relaciones con los stakeholders y la apuesta por la sostenibilidad se han convertido en imperativos sociales.
Un proceso en el que las organizaciones deben definir cuáles son las conversaciones significativas en las que quieren participar, con quiénes son esas conversaciones, y, sobre todas las cosas, cómo mostrar en su comportamiento cotidiano el compromiso y coherencia con sus convicciones.
Si concebimos a las organizaciones como entes abiertos, que se relacionan y conversan con su entorno y que en esa interacción van transformando sus convicciones y comportamientos (su cultura comunicativa) está claro que las organizaciones del futuro serán aquellas que asuman que la salud y el bienestar de sus trabajadores en entornos híbridos y el trabajo en pro de la sostenibilidad son parte de las conversaciones significativas de nuestras sociedades.
En este sentido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han permitido pensar en el bienestar y la sostenibilidad no como productos sino como procesos, en los que intervienen una serie de condicionantes y determinantes sociales, y que precisamente por ello han mostrado a las organizaciones que todas, en mayor o menor medida, pueden incidir en ellos.
La verdadera transformación de la cultura comunicativa de las organizaciones supone estar dispuestos a influir y dejarse influir por el entorno, a conversar y construir con otros actores a partir de intereses comunes socialmente reconocidos y a estar dispuestos a hacer las cosas de otra manera.
El compromiso de una organización con sus trabajadores, con sus stakeholders y con la sostenibilidad no puede quedarse en una mera declaración de intenciones o en un cambio de discurso que no tiene traslación a su hacer. La verdadera transformación de la cultura comunicativa de las organizaciones supone estar dispuestos a influir y dejarse influir por el entorno, a conversar y construir con otros actores a partir de intereses comunes socialmente reconocidos y a estar dispuestos a hacer las cosas de otra manera.
Los entornos de trabajo, muchos de ellos ahora híbridos, que promueven el desarrollo personal y profesional de sus miembros y se preocupan por su salud física y emocional. La empresa que mide el impacto ambiental de su proceso de producción y que está dispuesta a modificarlo para reducirlo. Las organizaciones dispuestas a construir alianzas intersectoriales entre lo público y lo privado para transformar sus entornos y conseguir un impacto social y ambiental positivo. Todos ellos son ejemplos de organizaciones comprometidas con la salud, el bienestar y la sostenibilidad.
La transformación de la cultura comunicativa, en conclusión, puede facilitar los procesos de cambio, propiciando conversaciones significativas y la articulación de las personas y organizaciones con capacidad de incidir en un determinado entorno social y cultural.
Periodista y comunicador. Profesor asociado en la Universidad Carlos III de Madrid. Soy especialista en comunicación y estrategia en los ámbitos de la salud, el medio ambiente, la sostenibilidad y la ciencia. He trabajado dos décadas como asesor de comunicación para diversas administraciones públicas. Fui periodista en la Cadena SER, CNN+ y Antena 3 Radio.