En los polvorientos paisajes rurales de Bundelkhand, una transformación silenciosa pero poderosa está tomando forma. Lo que antes era sinónimo de escasez y marginación —las regiones de Jhansi, Mahoba y Lalitpur— hoy se convierten en el escenario de una revolución social y económica liderada por mujeres.
A través de modelos innovadores como la agricultura en multilayer (Machan), la cría de cabras y aves, los huertos de nutrición y el procesamiento de especias, estas mujeres han pasado de la dependencia económica a tomar decisiones clave en sus hogares y comunidades. La creación de la Organización de Productoras Basant (FPO), gestionada íntegramente por mujeres, simboliza este giro radical: ellas ahora se encargan de la compra, la venta y la gobernanza, tareas tradicionalmente reservadas a los hombres.
Mujeres, verdaderas emprendedoras
Casos como el de Rekha, una agricultora de Mahoba que ha pasado de la subsistencia a generar ingresos por 67 000 rupias con su cultivo en Machan, evidencian el impacto económico, pero también un cambio profundo en la percepción del rol de las mujeres rurales.
La migración masculina hacia las ciudades ha acelerado esta evolución. Las mujeres, lejos de quedarse atrás, han ocupado el espacio público: participan en formaciones, representan a sus comunidades en ferias y reuniones oficiales, y se desplazan con autonomía por mercados, oficinas y departamentos agrícolas. Esta movilidad se traduce también en voz y visibilidad.
El impacto va más allá de la economía. Se trata de un renacimiento cultural. Las mujeres se reconocen ahora como emprendedoras, formadoras y líderes. Están accediendo a conocimientos sobre gobernanza, mercados, herramientas digitales y políticas públicas. Esta democratización del saber refuerza una nueva identidad colectiva, basada en la dignidad, la competencia y la autodeterminación.
Como ejemplo, Sarswati, criadora de cabras y conductora de e-rickshaw en Jhansi, gana 15.000 rupias al mes y financia la educación de sus hijas: algo impensable hace apenas unos años.
Más que desarrollo, justicia de género
Lo que está ocurriendo en Bundelkhand es más que un proyecto de desarrollo: es una apuesta por la justicia de género y la transformación estructural. A medida que los colectivos de mujeres se fortalecen y se consolidan alianzas con instituciones públicas, el territorio se convierte en un ejemplo de lo que ocurre cuando la inclusión económica se encuentra con el empoderamiento social.
Bundelkhand hoy es un faro de posibilidades. Y son las mujeres quienes lo iluminan.
Gracias a la iniciativa W4Progress, impulsada por ActionAid Karnataka y el Programa La Caixa, más de 4 200 mujeres están protagonizando un cambio sin precedentes. No solo han mejorado sus técnicas agrícolas, sino que están recuperando el control sobre sus medios de vida, su identidad y su papel en la sociedad.