El Club de Exportadores analiza el impacto del acuerdo comercial entre EE. UU. y la UE: “España gana certidumbre, pero a costa de competitividad”
Madrid, 11 de diciembre. – El Club de Exportadores e Inversores Españoles ha publicado una nueva Nota Técnica elaborada por Rafael Pampillón Olmedo, catedrático de la Universidad CEU San Pablo y de IE University, en la que se analizan las consecuencias del acuerdo comercial alcanzado el pasado mes de julio entre Estados Unidos y la Unión Europea. La Nota destaca que el pacto ha devuelto estabilidad a las relaciones transatlánticas tras meses de tensiones arancelarias, aunque a un precio significativo para la competitividad de las exportaciones europeas.
Según el análisis, Estados Unidos impone hasta un 15 % de arancel a los bienes procedentes de la UE, muy por encima del 4,5 % previo, mientras que Bruselas mantiene en el 0 % los aranceles a los productos industriales estadounidenses. “Europa ha comprado estabilidad a cambio de aceptar un trato asimétrico”, afirma Pampillón, quien subraya que el acuerdo “rompe con el principio tradicional de reciprocidad y refuerza la dependencia europea de EE. UU. en energía, tecnología y seguridad”.
Esta asimetría, explica el experto, permite evitar una guerra comercial y desactiva la amenaza de aranceles extremos —como el 30 % general que llegó a plantearse—, lo que proporciona previsibilidad para las empresas europeas. “Aunque un arancel del 15 % perjudica la competitividad, sigue siendo manejable y permite mantener la presencia en el mercado estadounidense”, apunta.
Impacto moderado para España, pero con riesgos sectoriales
La Nota Técnica señala que el impacto global para España será moderado, ya que solo alrededor del 5 % de las exportaciones españolas de bienes se dirigen a Estados Unidos, una de las proporciones más bajas entre los países europeos.
España mantiene, además, una estructura comercial particular con EE. UU.: suele registrar déficit en mercancías, pero superávit en servicios, especialmente gracias al turismo. “A los servicios no se les pueden poner aranceles”, recuerda Pampillón, por lo que esta fuente de ingresos seguirá actuando como amortiguador del impacto negativo.
No obstante, el acuerdo sí genera focos de riesgo en sectores clave, entre otros:
- Automóvil: El arancel medio pasa del 5 % al 15 %, lo que afecta directamente a la competitividad del sector automoción y componentes.
- Aceite de oliva: El sector evita el escenario extremo del 30 %, pero el nuevo marco mantiene incertidumbre.
- Vino: La Federación Española del Vino advierte de un posible desplazamiento de productos europeos en favor de competidores con menor carga arancelaria.
“El nuevo marco comercial introduce desafíos en sectores donde España compite directamente con países que mantienen aranceles más bajos, como Marruecos o Turquía”, subraya Pampillón.
Además, el compromiso europeo de aumentar las compras de gas y petróleo estadounidenses podría mantener los precios energéticos elevados, añadiendo presión a la inflación en las economías europeas.
Recomendaciones clave: diversificación, competitividad y oportunidades
La Nota Técnica propone varias líneas estratégicas para afrontar la nueva situación. En primer lugar, destaca la necesidad de diversificar mercados y alianzas comerciales, impulsando la apertura de nuevos destinos de exportación —como Mercosur o países asiáticos como India e Indonesia— y reforzando los acuerdos ya existentes con México, Canadá, Japón o Corea. También subraya la importancia de ofrecer apoyo a los sectores más afectados, como el agroalimentario, el automóvil o el químico, que podrían requerir medidas de acompañamiento. Asimismo, insiste en que la mejora de la competitividad será clave: la innovación, la calidad y la diferenciación resultan esenciales para que los consumidores estadounidenses sigan eligiendo productos españoles pese al incremento de costes. Por último, el análisis señala que la eliminación de aranceles europeos a los bienes industriales estadounidenses abre la puerta a aprovechar nuevas oportunidades, permitiendo importar maquinaria, equipos y piezas a precios más competitivos y ofreciendo margen para renegociar contratos o diversificar proveedores.
“España debe responder con estrategia, no con resignación”, concluye Pampillón. “Es necesario proteger a corto plazo a los sectores más expuestos, pero también convertir este nuevo contexto en una oportunidad para ganar presencia internacional con productos de mayor innovación y valor añadido”.