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Memoria en juego: el auge del negacionismo en América Latina

América Latina es una región que ha cargado perennemente con heridas abiertas. En lo que respecta a su historia reciente, el siglo XX estuvo caracterizado por los golpes de Estado, el conflicto, las desapariciones forzadas y múltiples violaciones a los derechos humanos. Y, en particular, en este período la represión adquirió una especial crueldad durante las dictaduras que comenzaron en la década de los 70, dejando un saldo de víctimas que hasta el día de hoy desconocemos en su totalidad. 

Esta represión política –cargada de desapariciones forzadas, torturas, detenciones y ejecuciones extrajudiciales, robo de bebés, y oscurantismo– que se desarrollaba en el marco de las dictaduras de cada país latinoamericano adquirió una dimensión regional especialmente siniestra con la creación del Plan Cóndor. Desde 1975, y con el apoyo económico y militar de Estados Unidos, los oficiales de inteligencia militar de los regímenes de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, tras una serie de reuniones, establecieron –justificado en una lucha contra los enemigos internos y la subversión comunista, e inspirado en la Doctrina de Seguridad Nacional estadounidense– un sistema transnacional de cooperación represiva. Este les permitió coordinar operaciones clandestinas para localizar, vigilar, secuestrar, torturar y asesinar a personas exiliadas que continuaban denunciando a los regímenes desde el extranjero, y a familiares de personas desaparecidas y refugiadas, identificadas como amenazas por los aparatos represivos. A estos países se les sumarían luego Brasil en el año 1976, Ecuador y Perú, en el año 1978.

Tras la caída de los regímenes dictatoriales de América Latina, la región se sumó a un proceso global de democratización que dió lugar a que el Siglo XX finalizara con la mayor cantidad de Estados democráticos que hubiera visto el mundo. Los pueblos de latinoamérica hicieron suyo el reclamo por la memoria, la verdad, la justicia, la reparación y las garantía de no repetición, y ese movimiento dió lugar a procesos históricos. Algunos de los países que habían sufrido ese plan sistemático de cooperación, como Argentina, inclusive llevaron a la justicia ordinaria a los perpetradores del genocidio, dando lugar a que las cúpulas de las Juntas Militares de las tres fuerzas armadas (Ejército, Armada, Fuerza Aérea) que encabezaron estos regímenes sean condenadas a prisión por sus crímenes en 1985 y que a día de hoy se continúen juzgando responsables.

Este ciclo, que parecía infranqueable, está viéndose menguado. Actualmente atravesamos una recesión democrática que es una propensión de nivel mundial, y al cuestionamiento actual a las democracias, se le suman el de otros consensos alcanzados en la última mitad del Siglo XX. América Latina, una región que se ha encontrado transitando sus primeras décadas de redemocratización luego de la última ola de recesión de los años sesenta y setenta del siglo XX, no escapa de esta tendencia en los albores del nuevo siglo. En los últimos años hemos visto que en la región se ha constatado un declive sistemático del apoyo a los regímenes y valores democráticos por parte de la población y un aumento constante de la indiferencia hacia otros modelos más autoritarios.

El caso argentino, con el ascenso del gobierno de Javier Milei a finales del año 2023 podría ser uno de los ejemplos más actuales de estas corrientes.. De esta manera, vemos como, a 40 años del Juicio a las Juntas, en Argentina el negacionismo viene tomando carrera. Desde hace ya algunos años y de forma cada vez más robusta no solo se niegan los más horrorosos crímenes cometidos por los genocidas, si no que también se convierten discursivamente a víctima en victimarios. Incluso desde la campaña presidencial, las autoridades del partido oficialista, han incurrido en preocupantes discursos negacionistas, se ha negado el número de víctimas de la dictadura y hasta se ha refundado la “teoría de los dos demonios”  como forma de justificar los crímenes de desaparición forzada del periodo y en aras a refundar la memoria oficial de la dictadura y disputar los sentidos sociales de rechazo al terrorismo de Estado.  Con el nuevo gobierno, el revisionismo y la reivindicación de los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar se pusieron en el centro del debate. En una evidente práctica estatal dirigida a atentar contra las políticas de memoria, verdad y justicia, apostando a desgastar los acuerdos sostenidos en las últimas décadas. El desguace del Estado se siente particularmente en éstas áreas, que parece entendido ideológicamente como una decisión gubernamental dirigida a rectificar este proceso.

Al caso argentino, se le suma el de otro país que, habiendo sufrido las terribles consecuencias del Plan Cóndor y una dictadura reciente, ha elegido recientemente en sus comicios a un declarado defensor de la dictadura de Pinochet. El país vecino, Chile, tendrá a partir de 2026, por primera vez desde la vuelta de la democracia, un presidente que reivindica el pasado dictatorial y que no dudo en afirmar que si Augusto Pinochet viviera, votaría por él. El hecho de que este sea el candidato presidencial más votado en la historia del país andino, deja en evidencia que la memoria se está poniendo en juego en todo el cono-sur latinoamericano.

Asimismo, vemos cómo en estos países el negacionismo estatal se complementa con un negacionismo academicista que, bajo la apariencia de un falso revisionismo histórico orientado a “contar la historia completa”, busca difundir un contradiscurso legitimador de la violencia estatal.

Estas narrativas públicas que han encabezado los gobiernos de derecha de la región, tergiversan el pasado de una forma peligrosa. Tienen como fin la construcción del poder a través de la redefinición del campo de sentidos, al disputar el significado del pasado reciente. El negacionismo ofrece un repertorio eficaz para esos grupos, que se valen de él en sus estrategias políticas para la construcción de una nueva hegemonía cultural. Como menciona la filosofa italiana Donatella Di Cesare (“Si Auschwitz no es nada: contra el negacionismo”) lo que pretenden no es solo negar la existencia de una historia oficial, sino también cambiar lo que es la propia memoria democrática, buscan desacreditar la existencia de graves crímenes cometidos y, además, construir una historia paralela o alternativa. Así vemos cómo la manipulación de la memoria, que va de la mano con la manipulación de la realidad factual que vivenciamos en muchas de las sociedades actuales, se está convirtiendo en un arma más peligrosa que el propio olvido. 

Las políticas de memoria, verdad, justicia y reparación, así como medidas de no repetición, son pilares esenciales para la consolidación de democracias más justas. Por ello, es imprescindible hacer un llamamiento para no abandonar estas luchas y profundizar los procesos de reconstrucción social, necesarios para que estos crímenes atroces no vuelvan a repetirse. A pesar del negacionismo que proyectan algunos actores, la lucha de sobrevivientes, familiares y organismos de derechos humanos, y la búsqueda de memoria, verdad y justicia, debe continuar, más fuerte y vigente que nunca.

Federica Carnevale, responsable de proyectos.

BIBLIOGRAFÍA

Agenda Estado de Derecho, Discursos negacionistas y derechos humanos en Latinoamérica: ¿nunca más?, 11 de Septiembre de 2023, disponible en: https://agendaestadodederecho.com/discursos-negacionistas-y-derechos-humanos-en-latinoamerica-nunca-mas/

Álvaro Soto Carmona. “Las amenazas a la democracia”, en Alcores, Edición N.º 24, 2020, ISSN: 1886-8770. Universidad Autónoma de Madrid, 15 de noviembre de 2020.

Comunicado de Prensa Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, “Plan de impunidad para condenados por delitos de lesa humanidad: pedimos explicaciones al Consejo de la Magistratura”, 15 de agosto de 2024, disponible en: https://www.abuelas.org.ar/prensa-y-difusion/noticias/1965

Fernando Vallespín, “La transformación del Estado como consecuencia de la crisis económica”, Revista CLAD Reforma y Democracia, Nº. 48, año 2010.

Emilio Gentile , “La vía italiana al totalitarismo. Partido y estado en el régimen fascista”, 2005, Siglo XXI Editores, Argentina.

Marcela Perelman, “Memoria: el año en el que el pasado se hizo presente”, “Anuario 2024: Milei”, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Buenos Aires, disponible en: https://cels.org.ar/anuarioultraderecha/memoria/

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