Tribuna de opinión (Carlos Biurrun, Presidente de Community of Insurance)
Cuando una joint venture madura, el modelo cambia.
Durante años hemos hablado de bancaseguros como un modelo de distribución eficiente. Sin embargo, el caso de la joint venture entre Banco Sabadell y Zurich demuestra que, cuando una alianza madura de verdad, deja de ser un canal para convertirse en una plataforma estratégica de crecimiento.
Los resultados obtenidos en Vida (BanSabadell Vida se coloca en 2º lugar en el ranking sectorial con una cuota del 12,7% en el tercer trimestre de 2025 y un volumen de primas de 3.471 M€ y crecimiento del 178,2%) y Hogar (con un crecimiento del 14%, muy por encima del promedio sectorial) no son únicamente una buena noticia financiera; son la consecuencia lógica de una visión compartida, sostenida en el tiempo y orientada a construir valor estructural, no solo volumen coyuntural. En un entorno de presión sobre márgenes, esta apuesta por profundizar en el modelo, en lugar de simplificarlo, resulta especialmente relevante. BanSabadell Seguros Generales crece en el conjunto de productos un 11,6% – cabe resaltar el 27% del seguro de Salud – muy por encima del mercado que crece el 7,3%.
El cliente en el centro… cuando de verdad se le escucha.
Uno de los elementos más interesantes de esta estrategia es cómo se traduce el discurso de “cliente en el centro” en decisiones concretas. Diseñar propuestas de valor a partir de entrevistas con miles de clientes – más de 6.000 escuchas activas – no es un ejercicio de marketing, es una forma distinta de entender el producto asegurador.
La segmentación clara, las modalidades de cobertura comprensibles y la adaptación a distintos momentos vitales reflejan una evolución necesaria: el seguro deja de ser un contrato estándar para convertirse en una solución relevante. Y eso, en ramos tan maduros como Vida y Hogar, marca la diferencia.
Estabilidad como propuesta de valor: el significado real de ZENIT
La introducción de la contratación trianual con prima estable durante tres años es, en mi opinión, uno de los movimientos más estratégicos de toda la propuesta. En un mercado acostumbrado a la revisión anual, apostar por estabilidad es apostar por confianza.
No se trata solo de precio, sino de relación. Reducir la incertidumbre para el cliente, comprometerse públicamente con niveles de servicio exigentes y asumir penalizaciones en caso de incumplimiento eleva el estándar del sector. Aquí el seguro deja de ser defensivo y pasa a ser relacional.
Innovar no es añadir coberturas, es ampliar el propósito
Otro aspecto clave es cómo se amplía el perímetro tradicional del seguro. La protección frente a la ocupación ilegal en Hogar o la incorporación de servicios de salud, bienestar y apoyo psicológico en Vida responden a una realidad evidente: los clientes esperan que el seguro sea útil antes, durante y después del siniestro.
Esta visión conecta con un cambio profundo en las expectativas del mercado. Asegurar ya no es solo indemnizar, es acompañar. Y quien entienda esto antes, tendrá una ventaja competitiva sostenible.
Además, la tendencia apunta hacia la creación de ecosistemas integrales de servicios, donde el cliente puede acceder, en un espacio común y coordinado, a soluciones variadas que cubren no solo la protección, sino también la prevención, el bienestar y el acompañamiento continuo. Este enfoque refuerza el papel del seguro como parte activa y central en la vida diaria del cliente, generando así relaciones más sólidas y duraderas.
Conclusión, acelerando el paso hacia la compañía de 2030
La estrategia conjunta de Banco Sabadell y Zurich encaja de forma muy clara con la visión del seguro que, a mi juicio, definirá la próxima década. La aseguradora de 2030 no será únicamente una entidad indemnizatoria, sino un actor relevante en la vida de las personas, capaz de prevenir, asistir y acompañar en cada etapa vital.
Este modelo anticipa un seguro que deja de aparecer solo cuando algo falla para estar presente de forma continua, aportando servicios, orientación y apoyo real. Un seguro que protege, pero que también cuida; que indemniza cuando es necesario, pero que sobre todo ayuda a evitar que el problema ocurra o a gestionarlo mejor cuando aparece. En definitiva, un seguro que actúa como una mano amiga en los momentos clave de la vida, desde la protección del hogar hasta la salud física y emocional de las personas.
Desde esta perspectiva, la joint venture entre Sabadell y Zurich no solo responde a las demandas actuales del mercado, sino que se adelanta al cambio estructural que ya está en marcha en el sector asegurador. Un cambio que exige repensar productos, relaciones y propósito, y que sitúa al seguro en el lugar que le corresponde: cerca de las personas, acompañándolas con soluciones útiles, humanas y sostenibles a lo largo del tiempo.