Calendario de Adviento 2024. Día 16: la autoridad - Noelia Jiménez

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PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Números (24,2-7.15-17a):

En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos: «Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, que cae y se le abren los ojos: ¡Qué bellas tus tiendas, oh Jacob, y tus moradas, Israel! Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente. Su rey es más alto que Agag, y descuella su reinado». Y entonó sus versos: «Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla visiones del Poderoso, que cae en éxtasis, y se le abren los ojos: Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza una estrella de Jacob, y surge un cetro de Israel».

Salmo  Sal 24,4-5ab.6-7bc.8-9

R/. Señor, instrúyeme en tus sendas

V/. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/. 

V/. Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/. 

V/. El Señor es bueno y es recto, enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,23-27):

En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:

«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».

Jesús les replicó:

«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».

Ellos se pusieron a deliberar:

«Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le habéis creído?”. Si le decimos “de los hombres”, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».

Y respondieron a Jesús:

«No sabemos».

Él, por su parte, les dijo:

«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

***

¿Puede ejercerse la autoridad sin ser autoritario? La respuesta es, claramente, sí.

La autoridad está en horas bajas. Lo comento a menudo con personas cercanas que se dedican a la enseñanza y me echo a temblar: en los últimos años hemos involucionado quitando autoridad a personas que siempre han sido facultados por sus conocimientos y experiencia para ejercer ciertas dosis de mando.

Pero no nos gusta que nos manden. A mí la primera.

Preferimos mandar.

La autoridad exige inteligencia. Saber estar. Y es claramente lo que el Jefe pone sobre la mesa en la lectura de hoy: Él habla de lo importante con quien está dispuesto a reconocer su autoridad, que no es otra que el poder del Cielo.

Pero vamos a poner las cartas sobre la mesa: reconocer la autoridad de Dios en nuestras vidas es de todo menos fácil. Porque exige desprendernos de nuestros intereses. Exige soltar lastre. Exige no dejarse llevar por el orgullo. Exige pasar del qué dirán. Exige poner la fe por delante de todo.

¿Estoy dispuesta a salir de mi zona de confort para dejarme transformar por la autoridad del cielo o prefiero seguir buscando excusas para no cumplir mi misión?

Obra: La Virgen en una iglesia, Jan van Eyck (h. 1438-1440), Gemäldegalerie de Berlín (Alemania)

Asesoramiento artístico: Conchy González-Pecellín

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Noelia Jiménez