Calendario de Adviento 2024. Día 17: el plan - Noelia Jiménez

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PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis (49,1-2.8-10):

En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo:

«Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel:

A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos».

Salmo  Sal 24,4-5ab.6-7bc.8-9

R/. En sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.

V/. Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R/. 

V/. Que los montes traigan paz, y los collados justicia; defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre. R/.

V/. En sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R/.

V/. Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol; él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,1-17):

Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón, Esrón engendró a Aran, Aran engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce.

***

Me pierdo con el evangelio de hoy. Para qué nos vamos a engañar. Tanto nombre, tanto engendramiento, tantas generaciones… uf, demasiado para mi única neurona, que está, la pobre, a la virulé.

Voy a ir, por el momento, a lo sencillo: hicieron falta 42 generaciones para que se cumpliera la promesa de Dios y llegase su Hijo a salvar al mundo.

No sé si será casualidad, pero, en numerología, el 42 adquiere un significado acerca del propósito único que cada persona tiene en la vida. A su vez, este 42 se divide en tres generaciones de 14 ‘ramas’; y ese 14 simboliza la búsqueda de equilibrio en la vida a través del cambio y el ejercicio de la libertad.

Y si conecto todo esto en un triple salto mortal… ¡tachán! Sea cual sea tu momento, resulta que existe un equilibrio en el presunto caos de tu vida y que, si te haces responsable de tu propósito único, tu historia servirá para un fin mayor.

Vale, pensarás que se me ha ido un poco la pinza con tanta droga legal para el catarro. Pero no del todo. Voy a compartirte el comentario del evangelio del día en Ciudad Redonda, a cargo del padre claretiano Fernando Torres:

«No deja de ser una genealogía complicada. Incluso podríamos decir muy humana. Se ve esto que digo en la inclusión de cuatro mujeres en esa genealogía. La primera, Tamar, tiene una forma complicada de tener descendencia con Judá. La segunda, Rahab, es directamente una prostituta en Jericó. La tercera, Rut, es una moabita, una extranjera. Y la cuarta es la mujer de Urías, de la que se enamoró David cuando el marido andaba peleando en la guerra y con la que aquel tuvo un hijo. Son historias que nos hablan de cómo Dios va guiando la historia por caminos que nos pueden sorprender pero que siempre llegan a buen término. Y aquí el término es Jesús, nuestro salvador. Porque, como dice el refrán español, “Dios escribe recto con líneas torcidas”.

»Conclusión: que a veces lo que nos parece que está mal o que nos hace daño puede terminar en bien para nosotros y para los que nos rodean. La fe es creer que Dios es el señor de la historia y que, aunque no siempre lo comprendamos, él lo va orientando todo para nuestro bien. Esa es nuestra fe y es nuestra esperanza.»

Luego hay otro aspecto que me llama la atención de esta genealogía: «Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo». Podríamos pensar que José es un secundario en toda esta historia. Y, sin embargo, pese a que Jesús es el hijo de Dios encarnado en María, el Jefe reservó para José ese papel protagonista de ser él quien ‘aportase’ el linaje al Mesías.

Al Jefe no se le escapa ni una.

Incluso cuando piensas que no pintas nada.

Incluso cuando crees que eres un cero a la izquierda.

Incluso cuando la vida pasa por ti como si tal cosa.

Incluso entonces, importas.

Hay un plan para ti más allá de lo que puedas imaginar.

¿Te atreves a aceptarlo?

Obra: La Natividad, Rodrigo y Francisco de Osona (1490), ©Museo Nacional del Prado, Madrid

Asesoramiento artístico: Conchy González-Pecellín

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Noelia Jiménez