Autor: Fad Juventud
28 febrero, 2025
- Solo un 4,5% de la población sigue estrictamente estos mandatos de la masculinidad hegemónica y el 37,1% ocupa una posición intermedia.
- Sin embargo, aún persisten ciertos mandatos de la masculinidad hegemónica entre los hombres vascos: ‘ser un hombre de verdad’ significa ser heterosexual (22,5%), no pedir ayuda (21,8%) o nunca comportarse de manera ‘afeminada’ (20,3%).
- Las diferencias generacionales son clave: los hombres jóvenes (15-29 años) sienten más presión para ajustarse a los estereotipos, con un 69,3% que ha crecido con mensajes rígidos sobre cómo debe comportarse ‘un hombre de verdad’.
- Los hombres más alineados con estos roles tradicionales son menos felices, y hasta un 32,2% ha experimentado ideaciones suicidas, frente al 19,7% de quienes se distancian de ellos.
- Las mujeres se alejan más de los mandatos de géneros tradicionales: un 73,6% rechaza estos estereotipos, frente al 43,2% de los hombres.
- La investigación ha sido realizada por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud a través de 1.252 encuestas online a personas de entre 15 y 65 años. Cuenta con el apoyo de Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer.
En el País Vasco, las actitudes hacia la masculinidad están cambiando. Casi el 60% de la población rechaza los mandatos de la masculinidad tradicional, lo que refleja un claro avance hacia una visión más flexible y acorde a la igualdad.
Solo un 4,5% de la población se sitúa dentro de la “caja de la masculinidad”, es decir, sigue estrictamente los roles tradicionales de género. En contraste, el 58,4% se encuentra fuera de la caja, y el 37,1% ocupa una posición intermedia, reconociendo ciertos estereotipos sin rechazarlos completamente.
Pero, ¿qué significa estar dentro, fuera, o al borde de la caja de la masculinidad? La caja de la masculinidad representa el grado de adhesión a los estereotipos más tradicionales de género: estar dentro significa ajustarse a normas rígidas que dictan cómo debe ser y comportarse un hombre; estar fuera implica rechazar estos modelos y adoptar una visión más flexible e igualitaria de la masculinidad; estar en el borde es una posición intermedia, en la que se cuestionan ciertos mandatos, pero sin llegar a romper completamente con ellos.
Entre estos mandatos encontramos la prohibición de mostrar vulnerabilidad, defendiendo la idea de que un hombre que no se defiende cuando otros abusan de él, es débil (un 30,1% de los hombres vascos lo piensan). También establece la heterosexualidad como norma (22,5%), y la idea de que un hombre de verdad no debe pedir ayuda ante sus problemas (21,8%), ni mostrar actitudes percibidas como afeminadas (20,3%).
Además, se siguen justificando comportamientos como recurrir a la prostitución (19,5%) o cometer infidelidades (17,3%) cuando no se está satisfecho en una relación, reforzando la idea de que un hombre está necesitado de sexo y debe estar disponible, perpetuando el estereotipo de la sexualidad siempre activa.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio “La caja de la masculinidad en el País Vasco. Construcción, actitudes e impacto de las masculinidades en la población vasca”, realizado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud para Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer y su servicio Gizonduz y presentado hoy en el marco de la jornada “Estrategias para el trabajo con hombres y masculinidades por la igualdad en Euskadi”.
Su objetivo es analizar cómo la población vasca construye y percibe su masculinidad, explorando cómo estas visiones influyen en su salud mental, su bienestar y sus relaciones. Además, busca identificar los factores que moldean estas masculinidades y comparar las diferencias entre géneros y generaciones.
Si bien el rechazo a la masculinidad tradicional es mayoritario en el País Vasco, las diferencias de género y edad siguen marcando tendencias significativas.
Las mujeres se distancian en mayor medida de estos estereotipos: solo el 2,2% de ellas se sitúa dentro de la caja de la masculinidad, mientras que un 24,2% ocupa una posición intermedia y la gran mayoría, un 73,6%, se posiciona fuera de la caja.
La edad también juega un papel crucial en la adhesión a estos estereotipos. Los hombres más jóvenes, especialmente aquellos de entre 15 y 19 años, son los que muestran una mayor inclinación hacia los estereotipos de la masculinidad tradicional, con un 22,5% situándose dentro de la caja, un 60% al borde y solo un 17,5% fuera. Esto contrasta con el resto de grupos etarios: solo el 4,1% de los hombres de 20 a 24 años estarían «dentro»; del grupo entre 25 y 59 años, un 9%, y del grupo entre 50 y 65 años, solo un 2%.
¿Qué implicaciones tiene vivir dentro de la caja de la masculinidad?
Vivir dentro de la caja de la masculinidad implica adherirse a expectativas rígidas sobre lo que significa ser un «hombre de verdad». Estos hombres perciben más presiones sociales para tener la iniciativa ligando (42%), ser buenos en el sexo (39,3%) y ser físicamente atractivos (36,3%).
Los datos también muestran que estos jóvenes son más propensos a involucrarse en actos de violencia, tanto como víctimas como perpetradores. Un 11,7% ha participado en peleas en los últimos seis meses, un 5,8% ha sufrido violencia física con frecuencia y un 5,3% la ha ejercido de forma recurrente.
La consecuencia más inmediata para los hombres situados dentro de la caja es un notable deterioro de su bienestar emocional, con un 32,2% que ha tenido ideaciones suicidas. Este malestar se agrava por su tendencia al aislamiento, ya que el 36,3% de estos hombres no pide ayuda a nadie cuando enfrenta problemas personales, lo que refuerza su vulnerabilidad emocional.
Masculinidad y violencia de género
Pero este alineamiento con los estereotipos tradicionales no solo les afecta a ellos, sino que perpetúa dinámicas sociales problemáticas, normalizando comportamientos peligrosos que alimentan la violencia de género.
Pese a que existe una conciencia generalizada con respecto a la violencia de género (el 80,3% de la población vasca afirma que es un problema social muy grave), para quienes se sitúan dentro de la caja de la masculinidad el panorama es muy distinto:
- Solo 2 de cada 10 afirman que la violencia de género es un problema social muy grave, frente al 66,8% de quienes están al borde y el 87,5% de quienes están fuera.
- Un 57,4% cree que la violencia de género es un invento ideológico, frente al 14,8% y el 8,2% de quienes se encuentran al borde y fuera de la caja.
- El 43,1% justifica controlar dónde está su pareja en todo momento, frente al 16% al borde y 6,2% fuera.
El rol de la educación y el entorno en la construcción de masculinidades
Desde la infancia, la socialización de género juega un papel clave en la manera en que los hombres y las mujeres construyen su identidad.
En el País Vasco, el 55,1% de la población afirma haber recibido mensajes explícitos sobre lo que significa ser «un hombre de verdad», y un 56,6% sobre lo que significa «ser una mujer de verdad». Estos mensajes provienen en gran medida del entorno familiar y cercano, y reflejan un modelo de socialización que refuerza estereotipos tradicionales de género.
Gráfico I. Personas a las que les han dicho desde la infancia que «UN HOMBRE DE VERDAD» se comportan de determinada manera. Población 15-65 años; global, por género y edad. País Vasco. 2024. (%)
Esta socialización ideal de comportamiento masculino es especialmente marcada entre los hombres que se sitúan dentro de la caja de la masculinidad, donde el 78,8% afirma haber crecido con estas definiciones rígidas, en comparación con el 44,2% de quienes están fuera de la caja.
Además, existe una brecha generacional en esta socialización de género. Los jóvenes de 15 a 29 años son los más propensos a haber recibido desde la infancia estos mensajes (69,3%), en comparación con el grupo de 30 a 49 años (56,7%) y el de 50 a 65 años (52,9%).
Estos datos sugieren que, a pesar de los avances en la igualdad de género, las generaciones más jóvenes todavía enfrentan fuertes presiones sociales para adherirse a modelos tradicionales de masculinidad.
PORTAL INTERACTIVO IgualFAD
Porque en la socialización diferencial de género juegan un papel decisivo familias, educadores y educadoras, Fad Juventud ha puesto en marcha el portal interactivo IgualFAD. Se trata de un espacio digital de aprendizaje que ofrece a profesorado de entornos formales y no formales, a padres y madres una suma de recursos atractivos para la reflexión y para el fomento de una educación en igualdad: https://www.campusfad.org/igualfad/
A través de vídeos y guías coeducativas, se construye una plataforma que pretende ser amena y cercana, donde el usuario/la usuaria puede sumergirse en diferentes contenidos didácticos y atractivos sobre la igualdad de género para educar a VIVIR EN IGUALDAD.
En la página se incluyen además juegos atractivos online sobre la igualdad de género con diversos formatos:
- El rosco coeducativo, para conocer o afianzar conceptos básicos de coeducación.
- El atrapabulos, que desmonta bulos sobre igualdad o el amor romántico.
- Equitrivial, para aprender sobre feminismo
- ¿Quién dijo/hizo qué? sobre grandes mujeres de la historia invisibilizadas.
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