Barcelona acogió un encuentro de alto nivel sobre la figura del director general externo en la empresa familiar, un rol clave en la profesionalización y continuidad de este modelo de negocio. La sesión, organizada por la Comisión de la Función Directiva de la AED, contó con la participación de Xavier Torra, ex CEO de Simón y consejero en múltiples compañías familiares e Ignacio Rafael, socio fundador de Talman Group, firma especializada en la captación de talento directivo.
Ambos expertos coincidieron en que el éxito de un director general ajeno a la familia propietaria no depende de un decálogo rígido, sino de la construcción de confianza, la alineación de valores y la capacidad de gestionar relaciones complejas dentro de un entorno menos estructurado que el de una multinacional. «Sin confianza entre el directivo y la familia, nada funciona», subrayó Torra.
El proceso de adopción del directivo por parte de la empresa familiar fue otro de los ejes de la conversación. Ignacio Rafael explicó que no se trata solo de un proceso de selección, sino de una integración profunda, que requiere espacios informales y una relación cercana con la familia propietaria. «Si el accionista no siente una conexión real con el directivo, la relación tendrá los días contados», añadió.
El debate también abordó la movilidad de los directivos entre multinacionales y empresas familiares. «No todo el mundo está preparado para trabajar en una empresa familiar», advirtió el exdirectivo del Grupo Simon. La flexibilidad, la humildad y la capacidad de adaptación a estructuras más dinámicas son cualidades indispensables. Además, el paso de un modelo corporativo a uno familiar suele ser definitivo: «Quienes prueban la empresa familiar rara vez desean volver a una multinacional».
Por último, se discutieron los desafíos en los cambios generacionales. Con empresas familiares alcanzando su cuarta generación, las tensiones entre dividendos y crecimiento, así como la gestión de conflictos entre accionistas, se presentan como retos ineludibles. Aquí, el director general juega un papel clave en la estabilidad del negocio, aportando una visión estratégica que trascienda los vínculos emocionales.
El consenso final fue claro: la empresa familiar puede beneficiarse enormemente de la incorporación de talento externo, pero el éxito de esta integración depende de la transparencia, el respeto por la cultura empresarial y la correcta definición de las reglas del juego desde el principio.