Emi Boix: “Una sucesión mal gestionada puede poner en riesgo la viabilidad de la empresa familiar” - Asociación Española de Directivos

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En el Diálogo AED organizado por la Asociación Española de Directivos (AED), Emi Boix, presidenta del Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (IVEFA), ofreció una reflexión en profundidad sobre los desafíos que enfrentan las empresas familiares en su camino hacia la profesionalización y la continuidad intergeneracional.

Boix recordó que entre el 91% y el 94% del tejido empresarial español está compuesto por empresas familiares, lo que hace indispensable reflexionar sobre la figura del directivo en este tipo de estructuras. Según explicó, la profesionalización de los órganos de gobierno y del equipo directivo “no es una opción, sino una necesidad si se quiere competir con éxito en el mercado”.

Durante su intervención, Boix insistió en que la clave está en fomentar una cultura de confianza, transparencia y comunicación entre la familia propietaria y los ejecutivos externos. “La empresa familiar no puede pretender hacerlo todo con sus propias manos. Debe apoyarse en profesionales que compartan su visión y se comprometan con el propósito de la compañía”, afirmó.

Uno de los puntos más destacados fue la reflexión sobre la incorporación de la siguiente generación. Boix alertó de los riesgos de forzar la entrada de herederos no preparados o poco motivados: “Una sucesión mal gestionada puede poner en peligro no solo la cultura de la empresa, sino su viabilidad”. Por ello, defendió la necesidad de formar a los futuros accionistas para que comprendan el legado y el propósito de la compañía, incluso si no desean asumir roles ejecutivos.

La presidenta de IVEFA también abordó el papel del Consejo de Familia y el Consejo de Administración, diferenciando claramente su función estratégica y operativa. Subrayó la importancia de incorporar perfiles externos a estos órganos para ganar en rigor, abrir la mirada al mercado y anticipar riesgos. “Una voz externa puede hacer preguntas incómodas que un familiar nunca se atrevería a plantear”, indicó.

En un contexto de transformación digital, Boix negó que las empresas familiares estén por detrás. “La digitalización no depende del tipo de propiedad, sino del tamaño y de la estructura organizativa”, explicó. Aun así, animó a las compañías a buscar alianzas con startups y universidades para acelerar su adaptación tecnológica.

Respecto a la creciente tendencia de ventas o incorporación de fondos en el capital, Boix fue clara: “Hoy vender no es un fracaso, es una opción más para garantizar la continuidad del proyecto empresarial, incluso si no está ya en manos de la familia fundadora”.

La jornada cerró con un mensaje inspirador: “La empresa familiar que vale la pena construir es aquella que deja el legado en mejores condiciones que como lo recibió”. Una declaración que resume el espíritu con el que IVEFA quiere afrontar los retos del presente y del futuro.

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Raúl Lozano