La sensibilidad dental aparece debido a diferentes factores: pérdida de esmalte, recesión gingival o factores iatrogénicos, por lo que su diagnóstico requiere de una historia clínica detallada, un examen clínico y ciertas pruebas específicas con las que descartar otros problemas orales. Su tratamiento combina medidas preventivas con tratamientos profesionales adaptados según la causa y la intensidad de la molestia.
Definición y fisiopatología de la sensibilidad dental
La sensibilidad dental es un dolor breve, punzante y localizado provocado por la exposición de la dentina, un tejido vital y permeable formado por colágeno e hidroxiapatita, que queda expuesto. Esta está atravesada por túbulos dentinarios que contienen líquido y prolongaciones de células odontoblásticas, conectando el tejido con la pulpa dental, donde se encuentran fibras nerviosas tipo A-δ mielinizadas, responsables de transmitir el dolor rápidamente.
Cuando el esmalte dental o el cemento radicular se desgastan, los túbulos dentinarios quedan abiertos y permeables, permitiendo que los estímulos externos desplacen el líquido dentro de ellos. Este movimiento activa los mecanorreceptores pulpares, causando la sensación característica de la sensibilidad dental, según la teoría hidrodinámica de Brännström.
La intensidad de la respuesta dolorosa depende del diámetro de los túbulos dentinarios, la longitud de los expuestos, del grado de exposición radicular o de la pérdida de esmalte, así como de la condición pulpar y la presencia de inflamación.
| Tipo de estímulo | Descripción |
| Mecánicos | Contacto con instrumentos odontológicos, como sondas. |
| Químicos | Exposición a ácidos presentes en alimentos o bebidas. |
| Térmicos | Cambios de temperatura, principalmente frío. |
| Osmóticos | Ingestión de azúcares o alimentos dulces. |
| Evaporativos | Aire directo o cánula de aspiración durante procedimientos clínicos. |
Etiología y factores de riesgo
La sensibilidad dental es más común en adultos entre 20 y 50 años, con un pico alrededor de los 30-40 años. Tiene una prevalencia estimada del 11,5% en la población general. Las causas de la exposición son múltiples, desde la pérdida de esmalte y la recesión gingival, hasta factores iatrogénicos en algunos casos.
1. Pérdida de esmalte
El esmalte dental puede desgastarse por distintos motivos: atrición, abrasión y erosión.
| Atrición | Desgaste mecánico por contacto diente con diente. Puede ser fisiológico por masticación o patológico en casos de bruxismo, malposición dental o alteraciones oclusales. |
| Abrasión | Pérdida patológica por agentes externos, como cepillado con movimientos horizontales que afectan la unión amelocementaria, o hábitos adquiridos: comer pipas o tocar instrumentos de viento, entre otros. |
| Erosión | Pérdida química sin intervención bacteriana. Puede ser por exposición ambiental, dietética, medicamentosa, y/o gástrica. |
2. Recesión gingival
La recesión gingival deja al descubierto las superficies radiculares, exponiendo la dentina y el cemento. Las causas más comunes son gingivitis o periodontitis, tratamientos periodontales quirúrgicos o conservadores, movimientos dentales resultado de tratamientos de ortodoncia, envejecimiento natural y cepillados agresivos que causan defectos en forma de cuña.
3. Factores iatrogénicos
Algunos procedimientos odontológicos pueden inducir sensibilidad dental, como la preparación de restauraciones o coronas donde se debe eliminar mucho tejido dental, tratamientos periodontales o blanqueamientos dentales. El blanqueamiento dental puede generar una sensibilidad transitoria por el paso del peróxido de hidrógeno o la carbamida a través del esmalte y dentina hacia la pulpa, cambios osmóticos, deshidratación, alteraciones de la presión intradentinaria y cambios de pH. Suele desaparecer en 24 horas tras la remineralización de la dentina con compuestos fluorados.
Diagnóstico clínico de la sensibilidad dental
Para diagnosticar la sensibilidad dental es necesario seguir un proceso sistemático que incluya: historia clínica, examen bucodental y pruebas específicas.
Paso 1. Historia clínica
Es importante recabar información sobre los síntomas del paciente, su higiene oral, posibles antecedentes médicos y dentales relacionados, dieta y hábitos.
| Síntomas | Intensidad del dolor, frecuencia, dónde se ubica y qué lo desencadena. |
| Higiene oral | Cómo se cepilla, tipo de pasta y cepillo. |
| Antecedentes | Tratamientos recientes, enfermedades generales, problemas digestivos. |
| Dieta | Consumo frecuente de refrescos, cítricos, vinagre o alcohol. |
| Hábitos | Bruxismo, uso de instrumentos de viento, tabaquismo. |
Paso 2. Examen clínico
Durante el examen clínico se revisa la exposición de los dientes y su desgaste, si hay recesión de las encías, restauraciones defectuosas o signos de inflamación pulpar.
| Dientes expuestos | Zonas sin esmalte o con cemento descubierto. |
| Recesión de encías | Medir cuánto se han retraído. |
| Desgaste dental | Si se trata de atrición, abrasión o erosión. |
| Restauraciones | Defectos en coronas o empastes: filtrados, fracturados o desajustados. |
| Inflamación pulpar | Cambio de color, sangrado o sensibilidad prolongada. |
Paso 3. Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnósticas son necesarias para descartar caries, pulpitis o fisuras, cuyos síntomas podrían confundirse con sensibilidad dental.
| Estímulo térmico | Aplicación de aire frío o agua fría para evaluar respuesta dolorosa. |
| Estímulo táctil | Uso de sonda dental sobre la superficie expuesta de dentina. |
| Prueba química | Aplicación de soluciones ácidas suaves para reproducir dolor dentinario. |
| Radiografía | Descartar caries profundas, fracturas o problemas de pulpa. |
Manejo y tratamiento de la sensibilidad dental
Es recomendable tomar medidas preventivas para evitar que la sensibilidad dental aparezca y, de suceder, elegir un tratamiento que aborde la causa subyacente y el alivio sintomático.
1. Medidas preventivas
Las medidas preventivas incluyen el cepillado suave de los dientes no más de dos veces al día con productos específicos para la sensibilidad dental que ayuden a la disminución de las molestias. En Laboratorios KIN ofrecemos la gama SensiKIN, especialmente formulada para el cuidado de dientes sensibles. Además de sus presentaciones en pasta dentífrica y enjuague bucal, la línea incluye formatos como spray y gel bucal, ideales para la higiene bucodental en casos de hipersensibilidad localizada.
2. Tratamiento profesional
Hay distintas opciones para aliviar la sensibilidad y proteger la dentina:
| Desensibilizantes tópicos | Pastas o geles con fluoruro, nitrato de potasio o fosfato de calcio que promueven la obliteración de los túbulos dentinarios. |
| Selladores y resinas | Recubrimiento de la dentina expuesta para proteger la pulpa. |
| Terapias periodontales | Injertos de tejido conectivo para cubrir raíces expuestas. |
| Corrección de hábitos parafuncionales | Férulas oclusales para el bruxismo. |
| Manejo de erosiones y abrasión | Restauración de dientes afectados con materiales compuestos o cerámicos, manteniendo la función y estética. |
En tratamientos de blanqueamiento dental, si el paciente presenta sensibilidad previa, se recomienda aplicar gel o pasta desensibilizante antes y después del procedimiento, ajustar la frecuencia y la duración del tratamiento para minimizar molestias, así como informar al paciente sobre la posibilidad de sentir molestias temporales y las técnicas para aliviarlas.
https://scielo.isciii.es/pdf/odonto/v19n5/original3.pdf
https://www.elsevier.es/es-revista-quintessence-9-articulo-cuando-los-dientes-se-vuelven-S021409851200181X
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8966209