Sensibilidad dental: evaluación, diagnóstico y manejo en la práctica odontológica - Laboratorios KIN

Compatibilidad
Ahorrar(0)
Compartir

La sensibilidad dental aparece debido a diferentes factores: pérdida de esmalte, recesión gingival o factores iatrogénicos, por lo que su diagnóstico requiere de una historia clínica detallada, un examen clínico y ciertas pruebas específicas con las que descartar otros problemas orales. Su tratamiento combina medidas preventivas con tratamientos profesionales adaptados según la causa y la intensidad de la molestia.

Definición y fisiopatología de la sensibilidad dental

La sensibilidad dental es un dolor breve, punzante y localizado provocado por la exposición de la dentina, un tejido vital y permeable formado por colágeno e hidroxiapatita, que queda expuesto. Esta está atravesada por túbulos dentinarios que contienen líquido y prolongaciones de células odontoblásticas, conectando el tejido con la pulpa dental, donde se encuentran fibras nerviosas tipo A-δ mielinizadas, responsables de transmitir el dolor rápidamente.

Cuando el esmalte dental o el cemento radicular se desgastan, los túbulos dentinarios quedan abiertos y permeables, permitiendo que los estímulos externos desplacen el líquido dentro de ellos. Este movimiento activa los mecanorreceptores pulpares, causando la sensación característica de la sensibilidad dental, según la teoría hidrodinámica de Brännström.

La intensidad de la respuesta dolorosa depende del diámetro de los túbulos dentinarios, la longitud de los expuestos, del grado de exposición radicular o de la pérdida de esmalte, así como de la condición pulpar y la presencia de inflamación.

Tipo de estímulo Descripción
Mecánicos Contacto con instrumentos odontológicos, como sondas.
Químicos Exposición a ácidos presentes en alimentos o bebidas.
Térmicos Cambios de temperatura, principalmente frío.
Osmóticos Ingestión de azúcares o alimentos dulces.
Evaporativos Aire directo o cánula de aspiración durante procedimientos clínicos.

Etiología y factores de riesgo

La sensibilidad dental es más común en adultos entre 20 y 50 años, con un pico alrededor de los 30-40 años. Tiene una prevalencia estimada del 11,5% en la población general. Las causas de la exposición son múltiples, desde la pérdida de esmalte y la recesión gingival, hasta factores iatrogénicos en algunos casos. 

1. Pérdida de esmalte

El esmalte dental puede desgastarse por distintos motivos: atrición, abrasión y erosión.

Atrición Desgaste mecánico por contacto diente con diente. Puede ser fisiológico por masticación o patológico en casos de bruxismo, malposición dental o alteraciones oclusales.
Abrasión Pérdida patológica por agentes externos, como cepillado con movimientos horizontales que afectan la unión amelocementaria, o hábitos adquiridos: comer pipas o tocar instrumentos de viento, entre otros.
Erosión Pérdida química sin intervención bacteriana. Puede ser por exposición ambiental, dietética, medicamentosa, y/o gástrica.

2. Recesión gingival

La recesión gingival deja al descubierto las superficies radiculares, exponiendo la dentina y el cemento. Las causas más comunes son gingivitis o periodontitis, tratamientos periodontales quirúrgicos o conservadores, movimientos dentales resultado de tratamientos de ortodoncia, envejecimiento natural y cepillados agresivos que causan defectos en forma de cuña.

3. Factores iatrogénicos

Algunos procedimientos odontológicos pueden inducir sensibilidad dental, como la preparación de restauraciones o coronas donde se debe eliminar mucho tejido dental, tratamientos periodontales o blanqueamientos dentales. El blanqueamiento dental puede generar una sensibilidad transitoria por el paso del peróxido de hidrógeno o la carbamida a través del esmalte y dentina hacia la pulpa, cambios osmóticos, deshidratación, alteraciones de la presión intradentinaria y cambios de pH. Suele desaparecer en 24 horas tras la remineralización de la dentina con compuestos fluorados.

Diagnóstico clínico de la sensibilidad dental

Para diagnosticar la sensibilidad dental es necesario seguir un proceso sistemático que incluya: historia clínica, examen bucodental y pruebas específicas.

Paso 1. Historia clínica

Es importante recabar información sobre los síntomas del paciente, su higiene oral, posibles antecedentes médicos y dentales relacionados, dieta y hábitos. 

Síntomas Intensidad del dolor, frecuencia, dónde se ubica y qué lo desencadena.
Higiene oral Cómo se cepilla, tipo de pasta y cepillo.
Antecedentes  Tratamientos recientes, enfermedades generales, problemas digestivos.
Dieta Consumo frecuente de refrescos, cítricos, vinagre o alcohol.
Hábitos Bruxismo, uso de instrumentos de viento, tabaquismo.

Paso 2. Examen clínico

Durante el examen clínico se revisa la exposición de los dientes y su desgaste, si hay recesión de las encías, restauraciones defectuosas o signos de inflamación pulpar.

Dientes expuestos Zonas sin esmalte o con cemento descubierto.
Recesión de encías Medir cuánto se han retraído.
Desgaste dental Si se trata de atrición, abrasión o erosión.
Restauraciones  Defectos en coronas o empastes: filtrados, fracturados o desajustados.
Inflamación pulpar Cambio de color, sangrado o sensibilidad prolongada.

Paso 3. Pruebas diagnósticas

Las pruebas diagnósticas son necesarias para descartar caries, pulpitis o fisuras, cuyos síntomas podrían confundirse con sensibilidad dental.

Estímulo térmico Aplicación de aire frío o agua fría para evaluar respuesta dolorosa.
Estímulo táctil Uso de sonda dental sobre la superficie expuesta de dentina.
Prueba química Aplicación de soluciones ácidas suaves para reproducir dolor dentinario.
Radiografía Descartar caries profundas, fracturas o problemas de pulpa.

Manejo y tratamiento de la sensibilidad dental

Es recomendable tomar medidas preventivas para evitar que la sensibilidad dental aparezca y, de suceder, elegir un tratamiento que aborde la causa subyacente y el alivio sintomático. 

1. Medidas preventivas

Las medidas preventivas incluyen el cepillado suave de los dientes no más de dos veces al día con productos específicos para la sensibilidad dental que ayuden a la disminución de las molestias. En Laboratorios KIN ofrecemos la gama SensiKIN, especialmente formulada para el cuidado de dientes sensibles. Además de sus presentaciones en pasta dentífrica y enjuague bucal, la línea incluye formatos como spray y gel bucal, ideales para la higiene bucodental en casos de hipersensibilidad localizada.

2. Tratamiento profesional

Hay distintas opciones para aliviar la sensibilidad y proteger la dentina:

Desensibilizantes tópicos Pastas o geles con fluoruro, nitrato de potasio o fosfato de calcio que promueven la obliteración de los túbulos dentinarios.
Selladores y resinas Recubrimiento de la dentina expuesta para proteger la pulpa.
Terapias periodontales Injertos de tejido conectivo para cubrir raíces expuestas.
Corrección de hábitos parafuncionales Férulas oclusales para el bruxismo.
Manejo de erosiones y abrasión Restauración de dientes afectados con materiales compuestos o cerámicos, manteniendo la función y estética.

En tratamientos de blanqueamiento dental, si el paciente presenta sensibilidad previa, se recomienda aplicar gel o pasta desensibilizante antes y después del procedimiento, ajustar la frecuencia y la duración del tratamiento para minimizar molestias, así como informar al paciente sobre la posibilidad de sentir molestias temporales y las técnicas para aliviarlas.

https://scielo.isciii.es/pdf/odonto/v19n5/original3.pdf

https://www.elsevier.es/es-revista-quintessence-9-articulo-cuando-los-dientes-se-vuelven-S021409851200181X

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8966209

Detalles de contacto
Carmen Rignanese