Un día en la vida de... Entrevista a Cecilia Danesi, investigadora y divulgadora en inteligencia artificial

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Hoy conocemos más en profundidad a Cecilia Danesi, investigadora y divulgadora en inteligencia artificial

En nuestra sección ‘Un día en la vida de…’, llega el turno de Cecilia Celeste Danesi, investigadora en el Instituto de Estudios Europeos y Derechos Humanos de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Asimismo, es coordinadora del Laboratorio de Innovación e Inteligencia Artificial (IALAB) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Su búsqueda de conocimiento le llevó a Europa, donde completó su doctorado y redactó «El imperio de los algoritmos», un libro que explora el impacto de la IA en la sociedad, especialmente en temas de género y Derechos Humanos.

Hoy compartimos sus respuestas en una nueva entrega de «Un día en la vida de…«.

¿Qué es lo primero que hace al llegar a la oficina o empezar su día de trabajo? 

Un poco depende de dónde esté, porque tengo que reconocer que no tengo una vida muy rutinaria, viajo muchísimo por trabajo, entonces depende de si estoy en la universidad o si estoy de viaje.

Vamos a suponer que es un día normal en el cual estoy en la universidad. Me levanto, desayuno, llego a la universidad y lo primero que hago es contestar los mails. A veces, tengo reuniones con el equipo, generalmente los primeros días de la semana, para organizar, por ejemplo, el contenido para redes sociales o discutir proyectos abiertos en los que estamos trabajando.

Otra cosa que hago en el día a día es estar informada y actualizada. Dado que trabajo en áreas como tecnología, innovación e inteligencia artificial, la necesidad de actualización es permanente, casi segundo a segundo. Te obliga a arrancar todos los días haciendo una especie de backup de lo que esté pasando.

¿Qué papel juega la comunicación en su día a día? ¿Tiene algún consejo para divulgar contenido sobre inteligencia artificial?

Para mí, la comunicación juega un rol muy importante. Si bien soy académica, sostengo que la importancia, o sea, el sentido de lo que nosotros hacemos como académicos en la universidad es que esos papers o investigaciones científicas lleguen a la comunidad, es decir, que se divulguen y poder transmitirlo.

Entonces, para mí, la comunicación es muy importante en el sentido de poder lograr en lenguaje claro y accesible, transmitir, traducir y compartir las investigaciones y todo el trabajo que nosotros hacemos desde la parte académica.

Y mira, un consejo, yo que vengo del ámbito del derecho, trabajé 14 años en el Poder Judicial de la nación, y ahí se habla muy complejo, hasta a veces a mí me costaba entender lo que decíamos o en qué sentido. Hay una mala creencia que es que cuanto más difícil y complejo hables, parece que sabes más o que tu contenido es más elevado, y creo que no es así. Entonces, bueno, fue un ejercicio que hice porque tuve que cambiar de lo que me habían enseñado a lo que hoy en día creo, que es que el conocimiento es colaborativo, que el conocimiento se construye de distintas disciplinas, de distintas visiones. Entonces para eso es clave la comunicación.

¿Qué impacto considera que tiene y tendrá la inteligencia artificial en el sector legal?

Enorme, pero no sólo en el sector legal. La inteligencia artificial llegó para cambiar radicalmente nuestra vida, lo que hacemos, hasta lo que no hacemos y no somos conscientes. Esto lo que nos genera es un cambio de paradigma en la manera en que nosotros desarrollamos las tareas más cotidianas y de ello se replica todo. El sector legal está incluido desde un montón de aspectos, así que creo que el impacto es enorme. 

¿Cómo ha transformado la tecnología el sector legal desde que arrancó su vida profesional?

Bueno, a ver, desde mi época, cuando tenía 18 años, que entré a trabajar al poder judicial, obviamente ya usábamos una computadora y un sistema, pero siempre fue un sistema bastante vetusto. Creo que el poder judicial no se caracteriza o no se ha caracterizado por la innovación y la tecnología. Creo que eso es una deuda pendiente que existe.

Entonces, creo que justamente fue esa carencia de tecnología e innovación, lo que me llevó a especializarme en inteligencia artificial y empezar a encontrar maneras de mejorar, junto con la tecnología, la prestación del servicio de justicia, que era lo que hacía en su momento.

¿Cuál es el mayor aprendizaje que ha traído de su cargo actual y a lo largo de toda su carrera profesional? 

El aprendizaje más grande y del que sigo aprendiendo, es la frustración. O sea, lo que yo aprendo a raíz de la frustración y te pongo un ejemplo. Uno suele compartir, o tal vez los otros suelen ver, los logros que uno tiene, pero no ven todo el camino de frustraciones, de rechazos o de cosas que no salen como uno lo imaginaba.

Entonces, no sé, por ejemplo, yo he obtenido muchas becas, pero no se compara con la cantidad de las becas a las cuales apliqué. Apliqué a muchísimas y me han rechazado muchísimas. Entonces, esa frustración es como el volver a intentarlo, volver a levantarse y seguir adelante. Creo que es el “persevera y triunfarás”, ¿no? Es un lema muy importante que tenemos que seguir.

Y otra cosa es la perseverancia porque cuando nos cierran puertas, cuando nos frustramos, a veces nos dan ganas de tirar la toalla. Voy a decirte una frase que no sé si es muy académica o correcta para una entrevista, pero bueno, se dice que “el que no llora no mama”. Y para mí, es perfecta esa frase, porque tenemos que seguir adelante, quejarnos, estar presentes… Muchas veces yo me he presentado a concursos, convocatorias de premios, de ensayos, de consultoría, de lo que sea y en la primera no ganaba, en la segunda no ganaba y en la tercera ganaba. Entonces eso del seguir intentándolo creo que está bueno.

¿Qué es lo más raro que le ha pasado en la oficina o en la profesión?

No sé si raro, pero un común denominador que me ha pasado a lo largo de estos años fue que hay mucha gente que se dedica a descalificar lo que los otros hacen. Entonces, siempre cuento la anécdota de cuando empecé a especializarme en inteligencia artificial hace como 10 años, me decían “ay, esto nunca va a llegar a nuestros países”, “estás estudiando un tema que es súper teórico y no tiene aplicación práctica” o “no tiene mucho sentido hablar de esto”.

Y si uno hace eco y toma todos esos comentarios, tendría que dejarlo de lado y guiarse porque son los más escuchados. Así que, es un poco lo que decíamos en la pregunta anterior, ¿no? El seguir intentando y seguir adelante y como que de última te vaya mal por una decisión que tomaste vos y no por algo que te dijeron los demás. Por lo tanto, te diría eso, no sé si es lo más raro, pero el recibir comentarios no muy alentadores para lo que uno está emprendiendo.

Desde su rol docente, ¿cómo se pueden adaptar los nuevos educadores del Derecho frente a este nuevo cambio de aprendizaje que inevitablemente hace uso de la IA?

Lo primero es la aceptación, porque te puede causar gracia, pero todavía escucho docentes, de cualquier edad o nivel educativo, decir “a mí no me vengas a hablar inteligencia artificial porque a mí eso no me interesa y yo no pienso estudiarlo”. Claro, pero estás condenando a tus estudiantes a que no se informen, a que no aprendan, a que no usen esa herramienta de manera correcta, porque los jóvenes son los que más utilizan y más saben usar la inteligencia artificial.

Entonces, nosotros tenemos un deber como educadores de acompañarlos en ese proceso y de enseñarles los riesgos que tiene también esta herramienta, que hagan un uso consciente de esa herramienta. El hecho de decir, “no, yo me resisto a la inteligencia artificial”, perjudica enormemente a los estudiantes. Así que, creo que lo primero es aceptar y después informarse y estudiar.

Creo que los docentes tenemos el deber de estudiar de manera permanente. Nosotros tenemos que ser los primeros estudiantes, porque esa es la manera que tenemos de asegurarnos de que podemos transmitir el conocimiento de la manera más actual y lo más verificado posible. Y más aún en las sociedades modernas, donde hay una cantidad de flujo de información y de datos y de todo, que tiene que estar chequeada, que tiene que estar revisada. De modo que, creo que los educadores en general, no sólo del Derecho, tienen que uno, aceptar el nuevo paradigma y dos, inmiscuirse, meterse en este nuevo paradigma.

¿Qué herramientas tecnológicas podrían implementar los profesionales de la abogacía que empiezan a entender la necesidad de adaptarse a esta nueva realidad? 

Primero, hay herramientas que ya están en funcionamiento, como por ejemplo blockchain, como contratos inteligentes o IA en la búsqueda de buscadores inteligentes para buscar jurisprudencia o para trazar la estrategia de un juicio, analizar contratos, hacer sugerencias de escritos, de contratos, etc. Creo que estamos ya en la era de la IA generativa, donde nosotros podemos con chatGPT o con otros modelos, empezar a crear u obtener ventajas de la tecnología. Yo escucho a profesionales de cualquier disciplina que vienen y me dicen que se les ocurrió usar chatGPT para tal cosa, que a mí nunca se me había ocurrido. Cada uno puede ir creando su universo laboral cocreado o complementado con las bondades que tiene la inteligencia artificial.

La inteligencia artificial nos desafía e interpela, ¿cómo estar a la altura de esta nueva revolución tecnológica y no sentirnos desplazados? 

Un poco de ese sentimiento de frustración o de reemplazo lo vamos a sentir. Al margen de inteligencia artificial, por ejemplo, lo sentimos cuando nos cambian una tarea en nuestro trabajo y se la asignan a otra persona porque la hace mejor esa persona o ascienden a otro. Siempre que nos pasan esas situaciones uno se siente frustrado o mal, le genera enojo, envidia o lo que sea. Entonces yo digo que ese sentimiento hay que asimilarlo, hay que aceptarlo y es normal que nos pase. Me imagino los traductores, que es una de las disciplinas más afectadas por la inteligencia artificial, lógicamente van a sentir miedo o preocupación por sus puestos de trabajo porque esto es inevitable y esto ya está pasando.

El tema es cómo gestionamos ese sentimiento y qué podemos hacer. Entonces, acá es donde yo digo, bueno, aliémonos con la tecnología. Es decir, por más que yo anule la inteligencia artificial de mi vida, la gente la va a seguir utilizando y va a estar pasando.

¿Cómo puedo yo aliarme con esa tecnología para mejorar mi productividad, mi creatividad y mi desempeño laboral? Lo primero es nuevamente el aceptar esto que está pasando, que es una realidad y que por más que no queramos hablar de ella, está, existe. Lo segundo, capacitarnos para poder aprovecharnos de esto. Siempre digo que, en el futuro, los profesionales más exitosos van a ser aquellos que sepan y aprendan a complementarse con la tecnología. ¿Por qué? Porque esos van a ser más rápidos, más eficientes, van a poder producir más y mejor. Entonces, es muy importante tener este conocimiento de la tecnología para potenciarnos.

En su libro “El Imperio de los Algoritmos” habla desde la perspectiva de género y los sesgos en la IA. ¿Cómo cree que se podría tratar/superar la falta de diversidad que también existe en este ámbito?

Justamente el libro a lo que nos invita es primero a crear conciencia y conocimiento sobre estos sesgos en inteligencia artificial y finalmente, en el último capítulo, da claves sobre cómo podemos tener una inteligencia artificial más diversa, más ética. Hay distintos aspectos a tener en cuenta.

Creo que uno es, y muy importante, la formación en estas temáticas. Ser conscientes que la tecnología tiene sesgos, que esos sesgos pueden tener consecuencias enormes en la sociedad. Tenemos que trabajar en ello para que esto no siga pasando. Entonces, capacitación, la lectura siempre es un buen ejercicio. Hoy en día tenemos material en todos lados como para ser parte de esta transformación.

Algún tip que te puedo dar es, por ejemplo, es que en temas de IA que es necesaria la capacitación en temas éticos de las ciencias sociales y de derechos humanos. Por eso, nosotros en la Universidad Pontificia de Salamanca sacamos el máster en Gobernanza Ética de la Inteligencia Artificial. En este máster capacitamos a profesionales de las más diversas disciplinas (médicos, ingenieros, programadores, abogados, sociólogos, lingüistas, etcétera.) en temas de inteligencia artificial y gobernanza ética de la inteligencia artificial.

Además, tiene que haber más diversidad en los equipos que desarrollan tecnología. Hay un porcentaje muy bajo de mujeres en inteligencia artificial y, si hablamos de otras diversidades, te diría que es casi nulo. Necesitamos que los grupos que desarrollan tecnología, los equipos desarrolladores y programadores, tengan diversidad y tengan conocimiento en cuestiones de gobernanza ética de la inteligencia artificial.

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Reiner Solis