Cada 1 de septiembre, la Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, una oportunidad para reflexionar sobre nuestra responsabilidad como guardianes de la Tierra. Este año, el Papa Francisco nos invita a «Esperar y actuar con la creación,» un llamado a unir nuestra fe con acciones concretas que protejan nuestra casa común.
¿Qué es la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación?
Establecida por el Papa Francisco en 2015, esta jornada busca movilizar a la Iglesia y a todas las personas de buena voluntad en la oración y acción por el cuidado del medio ambiente. Inspirado en la Carta de San Pablo a los Romanos (Rm 8, 19-25), el lema de este año nos anima a reflexionar sobre cómo nuestras vidas pueden contribuir a una ecología integral, promoviendo una armonía que abarque tanto a la humanidad como a la creación.
En su mensaje, el Papa Francisco nos exhorta a vivir una fe encarnada, que se manifiesta en el cuidado de los demás y del planeta. Nos recuerda la urgencia de repensar el poder humano, buscando una transformación que responda a las crisis ecológicas con compasión y justicia.
Nuestra respuesta como Hermanas Hospitalarias
Como Hermanas Hospitalarias, nos unimos a este llamado con un espíritu de hospitalidad que trasciende las fronteras humanas para abarcar toda la creación. En nuestra misión diaria, buscamos ser testigos del amor de Dios a través del cuidado integral de las personas, especialmente las más vulnerables, y extendemos ese mismo cuidado al medio ambiente, conscientes de que nuestra salud y bienestar están intrínsecamente ligados a la salud de nuestro planeta.
Promovemos prácticas sostenibles en nuestras comunidades y centros de atención, inspiradas por una fe viva que ve en la creación la obra amorosa de Dios. Así, respondemos al llamado del Papa Francisco con acciones concretas que reflejan nuestro compromiso con una ecología integral.
En este día de oración por nuestra casa común recordamos especialmente las palabras de San Benito Menni, fundador de nuestra congregación: «Contemplando la inmensidad del océano, obra de las manos de mi Dios, me viene cada vez más deseos de amar a mi Jesús, con todo mi alma y mi corazón.» Que esta jornada nos inspire a profundizar en nuestro amor por Dios a través del cuidado de su creación.