Top 12 lugares que ver en Viena
Palacio Schönbrunn
Si estás buscando una experiencia completa y mítica en Viena, el Palacio de Schönbrunn es una parada principal y obligatoria que ver en Viena. Este palacio fue la residencia de verano de la familia imperial y es un auténtico tesoro de historia y belleza.
Con sus majestuosos salones, jardines impresionantes y una arquitectura que refleja el esplendor de la época, Schönbrunn te transporta al corazón de la monarquía austrohúngara.
Al recorrer sus 1.441 habitaciones, entre ellas el Salón de los Espejos y la Gran Galería, sentirás cómo te teletransportas a la época imperial. Además, sus jardines, perfectamente simétricos y cuidados, están llenos de esculturas, fuentes y rincones que invitan a perderse por ellos. Eso sí, no te pierdas el zoológico de Schönbrunn, el más antiguo del mundo, que añade un toque único a esta visita.
Lo mejor de todo es que el Palacio de Schönbrunn es tan impresionante de día como de noche, cuando las luces resaltan su elegante fachada y crean una atmósfera especial. Ya sea admirando el palacio desde el exterior o explorando su interior, verás el corazón de Viena maravillado.
En cuanto a su horario y su precio, el Palacio de Schönbrunn está abierto al público casi todos los días, y sus horarios varían ligeramente según la temporada. Normalmente de 9:00 a 17:30 puedes visitarlo. Y, la entrada general es de pago, con precios que oscilan entre 20 y 30 euros según el tipo de visita que quieras, aunque el acceso a los jardines principales es gratuito.
Palacio de Hofburg
Si visitas Viena, el Palacio de Hofburg es uno de esos lugares que no puedes perderte. Este impresionante palacio, antigua residencia de invierno de los Habsburgo, cuenta con siglos de historia y es un símbolo del poder imperial austríaco.
Con más de 2,600 habitaciones, Hofburg posee varios museos, salones y colecciones, ofreciendo una experiencia imperial de época, para todos los amantes de la historia y el arte.
Durante tu recorrido, no dejes de visitar:
- Apartamentos Imperiales, donde podrás ver cómo vivían el emperador Francisco José y la emperatriz Sissi, con cada detalle reflejando el esplendor de la corte imperial.
- Museo de Sissi, que muestra objetos personales y la historia de la famosa emperatriz.
- Cámara del Tesoro Imperial, donde se guardan las joyas de la corona, incluida la famosa Corona del Sacro Imperio Romano.
El Palacio de Hofburg está abierto todos los días al público, generalmente de 9:00 a 17:30, aunque los horarios pueden variar según la temporada. La entrada es de pago, con precios que rondan los 15 a 20 euros, dependiendo del tipo de visita y las áreas que desees recorrer. Ya sea explorando sus salas o disfrutando de sus patios y arquitectura exterior, Hofburg es un viaje directo al esplendor de la monarquía vienesa.
Palacio Belvedere
¿Preparado para maravillarte con un bello palacio con una increíble colección de arte? Este es el Palacio Belvedere. El Belvedere no es solo un palacio barroco, sino también un ‘templo’ del arte que ver en Viena y Austria. Más allá de su arquitectura, este lugar guarda una de las colecciones artísticas más valiosas y queridas del país.
Desde que entras, el Belvedere respira arte: en el Belvedere Superior, las obras de Gustav Klimt y su icónico “El beso” son sólo el comienzo. Este espacio guarda piezas que van desde la Edad Media hasta el arte contemporáneo, tomando relevancia el modernismo austríaco.
Mientras recorres el Belvedere Inferior, además de disfrutar de los salones de lujo, también puedes descubrir más sobre la vida en la corte vienesa. Este palacio fue un centro de la nobleza y su diseño refleja el prestigio de su época.
Y no podemos olvidar sus jardines barrocos, que son de los encantos del complejo. Al conectarse entre ambos palacios, ofrecen una caminata llena de fuentes, terrazas, esculturas y flores, ideales para disfrutar tanto el arte de la naturaleza como las vistas a Viena.
El Belvedere está abierto al público todos los días, con horarios que suelen ser de 10:00 a 18:00 horas (aunque pueden variar por temporada). La entrada es de pago, con precios entre 16 y 25 euros según las áreas que quieras visitar.
Catedral de San Esteban de Viena
Si hablamos de edificios religiosos en Viena, la Catedral de San Esteban es el más importante que ver en la propia Viena. Situada en el corazón de Viena, esta catedral gótica es un símbolo de la capital austriaca.
Construida entre los siglos XII y XVI, con su imponente torre de 136 metros y su famoso techo de azulejos multicolores, la catedral destaca entre el paisaje urbano y es un punto de referencia que no puedes dejar de visitar.
En su interior, te sorprenderán las capillas, los vitrales y las obras de arte que narran la rica historia de la ciudad. No te pierdas la oportunidad de ver el monumental órgano, uno de los más grandes de Europa, y la cripta imperial, donde descansan muchos de los miembros de la familia Habsburgo. Por cierto, ¿sabías que el funeral de Mozart se celebró allí?
Si te sientes con energía, sube los 343 escalones de la torre sur para disfrutar de unas vistas panorámicas espectaculares de Viena. Desde las alturas, la ciudad se despliega ante ti, y la experiencia es verdaderamente inolvidable.
La Catedral de San Esteban está abierta al público, con horarios de visita de 6:00 a 22:00 horas, lo que te permite explorarla tanto de día como de noche. La entrada a la nave principal es gratuita, pero si quieres acceder a la cripta o subir a la torre, hay una pequeña tarifa.
Iglesia Votiva
Como has podido observar, Viena es todo un cofre del tesoro. Es majestuosa y siempre se muestra en cada rincón, la historia y majestuosidad de la época imperial. Entre los tesoros de Viena, la Iglesia Votiva es muy destacada.
Construida en agradecimiento por la vida del emperador Francisco José I (quien sobrevivió un intento de asesinato), esta iglesia de estilo neogótico se convirtió en símbolo de protección y devoción. Sus altísimas torres de casi 100 metros y detalladas fachadas góticas capturan todas las miradas y recuerdan al turista la riqueza histórica de la ciudad.
La Iglesia Votiva es un lugar ideal para explorar sin prisas. Su interior posee preciosos vitrales que, al iluminarse con la luz natural, envuelven el lugar de colores. Además, está rodeada de jardines que brindan ese respiro puro y contrastan con su impresionante fachada, ideal para hacer alguna que otra fotografía.
Además, se ubica en el barrio universitario, cerca de la estación Schottentor, por lo que es fácil de acceder en transporte público, y perfecta para incluirla en tu lista de ‘qué ver en Viena’. Encima, entrada gratuita…
Ópera de Viena
¿Acaso hay una ópera más conocida y famosa que la de Viena? Si se piensa en Viena, se piensa en su ópera. Desde su inauguración en 1869, ha sido un símbolo cultural y un referente en la vida musical de la ciudad. Por tanto, podría ser el imprescindible que ver sí o sí en Viena.
Su fachada neorrenacentista se abre hacia el Ringstrasse (avenida que rodea Viena) con esculturas y arcos, donde se observa esa parte de la historia de la ciudad. Desde su apertura, la ópera ha sido un espacio para el arte y la cultura, y su sala principal puede recibir a casi 2.800 personas, lo que la convierte en uno de los teatros de ópera más grandes de Europa.
Recorrerla es una experiencia que vale más que la pena; sus visitas guiadas, disponibles todos los días en distintos idiomas, permiten explorar áreas únicas, como su gran salón y las escalinatas, mientras se aprende sobre los personajes célebres que han pasado por allí.
Además, asistir a una función es una oportunidad especial para disfrutar de la ópera y el ballet en un entorno tan único como este. Y, aunque hay asientos exclusivos, la ópera también ofrece entradas económicas e incluso entradas para estar de pie, aunque tendrás que hacer cola el día de la función.
Esta mezcla entre accesibilidad y tradición hace que la Ópera Estatal sea uno de los lugares imprescindibles que ver en Viena.
El Ayuntamiento de Viena (Wiener Rathaus)
Si hablamos de edificios emblemáticos en Viena, el Ayuntamiento es el edificio no eclesiástico más importante de la ciudad. Situado en el corazón del distrito, este edificio neogótico es la sede del gobierno municipal.
Con su impresionante torre de 98 metros el Ayuntamiento destaca por su arquitectura y su grandeza. Construido entre 1872 y 1883, el Ayuntamiento de Viena es un ejemplo magnífico de la arquitectura del siglo XIX. Al entrar, te encontrarás con espacios espectaculares, como el impresionante vestíbulo y las majestuosas salas de recepción, donde a menudo acogen eventos culturales y exposiciones.
Además, el edificio está rodeado de hermosos jardines y plazas que invitan a pasear y disfrutar del ambiente. Si tienes la oportunidad, no te pierdas la famosa Feria de Navidad que se celebra aquí cada año, convirtiendo el Ayuntamiento en un mágico mercado lleno de luces y aromas.
El Ayuntamiento de Viena está abierto al público, y a menudo puedes unirte a visitas guiadas que te permitirán explorar su interior y aprender más sobre su historia y funciones.
Parlamento de Austria
Ahora vamos a hablar de aquellos edificios donde se refleja el poder legislativo y, sí, de la historia imperial del país: el Parlamento de Austria. Construido entre 1874 y 1883, el Parlamento fue recientemente renovado en 2023, donde se le dio un nuevo brillo, realzando aún más su esplendor original.
Sus detalles artísticos, como estatuas y frisos que representan la justicia y la libertad, son todo lo que necesitan los amantes al arte. Al entrar, serás recibido por un inmenso vestíbulo y escaleras con detalles que te llevan a las diversas salas donde se toman decisiones importantes del país.
Frente al edificio, no puedes perderte la Fuente de Pallas Atenea, rodeada de impresionantes esculturas que simbolizan el conocimiento y la sabiduría. Y, además, está junto al Palacio Epstein, que se encuentra entre los palacios más significativos de la Ringstraße, aportando aún más valor histórico y cultural a la zona.
El Parlamento está abierto al público, y puedes unirte a visitas guiadas que te permitirán conocer más sobre su historia, funcionamiento y su importancia en la política austríaca. Las visitas suelen tener un coste simbólico, y el horario de apertura varía según el día y los eventos programados.
Museo de Historia del Arte de Viena
Situado en la famosa plaza de María Teresa, el Museo de Historia del Arte de Viena es un verdadero tesoro para los amantes del arte y la cultura del mundo. Además, su increíble fachada y cúpula te incitan a entrar en su interior.
Inaugurado en 1891, el Museo de Historia del Arte alberga una de las colecciones de arte más significativas del mundo, con piezas que abarcan desde el Antiguo Egipto hasta el siglo XVIII. Aquí encontrarás obras de grandes artistas como Rembrandt, Vermeer, Rubens o Velazquez, así como esculturas clásicas y arte egipcio antiguo.
Uno de los puntos destacados del museo es la Colección de Arte Antiguo, que incluye impresionantes piezas de la antigua Grecia y Roma. Además, la Sala de las Pinturas Flamencas es un verdadero deleite para los sentidos que no suele pasar desapercibido.
El Museo de Historia del Arte está abierto al público y ofrece visitas guiadas que te permitirán conocer más sobre las obras y la historia del museo. Generalmente, sus horarios son de 10:00 a 18:00 horas, aunque pueden variar en días festivos. La entrada es de pago (en torno a 14 euros), pero hay descuentos disponibles para estudiantes y grupos.
Casa Hundertwasser (Hundertwasserhaus)
Dejando de lado lo ‘imperial’, llegamos a lo visionario. Ubicada en el distrito 3 de Viena, la Casa Hundertwasser es un icónico edificio que da ejemplo de la creatividad y la innovación del arquitecto Friedensreich Hundertwasser. Con su estilo único y colorido, la Casa Hundertwasser desafía las convenciones de la arquitectura tradicional y te invita a explorar un mundo donde el arte y la vida cotidiana se fusionan.
Inaugurada en 1985, la Casa Hundertwasser destaca por su fachada, adornada con colores llamativos, formas orgánicas y un sinfín de plantas que crecen en su exterior. Este edificio no es solo un espacio habitacional; es una obra de arte en sí misma, donde cada rincón cuenta una historia y cada ventana tiene su propio carácter. La estructura se inspira en la naturaleza, con su diseño irregular que imita las formas de la tierra y el agua.
Uno de los aspectos más fascinantes de la Casa Hundertwasser es el uso de la vegetación en su diseño. Hundertwasser creía que las plantas no solo embellecen los edificios, sino que también mejoran la calidad de vida de sus habitantes.
Aunque la Casa Hundertwasser es principalmente un complejo residencial, puedes visitarla y explorar su colorido entorno. Además, a sólo unos cien metros de aquí, el Kunst Haus Wien alberga una exposición permanente de este edificio. Ofrece una interesante exposición sobre la vida y obra de Hundertwasser, donde podrás aprender más sobre su filosofía arquitectónica y su visión del mundo.
Stadtpark
Si buscas un respiro del bullicio de Viena, el Stadtpark es el lugar ideal. Situado en el corazón de la ciudad, este parque combina naturaleza, arte y relajación. Inaugurado en 1862, es famoso por su belleza ‘natural’ y por ser uno de los espacios más emblemáticos de la capital austriaca.
Con más de 65.000 metros cuadrados de jardines bien cuidados, caminos y estanques, el Stadtpark es perfecto para un paseo relajante o un picnic. No te puedes perder la impresionante estatua de Johann Strauss, un icono de la ciudad.
A lo largo de sus senderos, encontrarás esculturas y monumentos que celebran la rica historia de Viena. También se organizan eventos y conciertos, brindando la oportunidad de disfrutar de música en directo en un entorno natural.
El Stadtpark es fácilmente accesible y está abierto al público de forma gratuita, lo que lo convierte en un lugar ideal para todos. Sin duda, es un rincón imprescindible que ver en Viena, donde la naturaleza y la cultura crean un ambiente de paz y belleza.
Café Central de Viena
Antes de irte de Viena, no puedes perderte el Café Central, un lugar donde la historia, la cultura y la buena gastronomía se juntan. Este emblemático café, inaugurado en 1876, ha sido un punto de encuentro para intelectuales, artistas y pensadores a lo largo de los años, y su atmósfera sigue reflejando ese rico legado cultural.
Al entrar, serás recibido por el diseño del lugar, con sus altos techos, cuidados frescos y mobiliario clásico que te transportará a otra época. Aquí, podrás disfrutar de un delicioso café vienés